Junto a las obras del madrileño, en la cita para los días 23 y 24 de junio destaca un impresionante naufragio de Meifrén y varias piezas mexicanas que subirán de precio.
La amplísima producción del mimético seguidor de Goya, Eugenio Lucas Velázquez (1817-1870) ha estado marcada en los últimos años por las dudas sobre la autoría de muchos de sus cuadros, igual que durante años estuvo la del maestro de Fuendetodos por las versiones y copias que hizo el propio Lucas, gracias a su hábil técnica.
Escena de carnaval (O/metal, 31 x 24,5 cm; lote 51) más parece recoger una escena de matrimonio de conveniencia donde la novia es presentada y entregada a los pies del altar por el triste padre ante el regocijo del pueblo y la mirada atenta de una especie de alguaciles, lo cual nos llevaría a la tradición goyesca más pura. La pieza refleja perfectamente su técnica, su firme y amplia pincelada cuando es necesaria, y su vibrante colorido donde tres toques de azul, un poco de amarillo y un espléndido vestido blanco iluminan la escena.
Lo interesante para sus coleccionistas es la salida, por 3.000 euros, pero es que sus precios –gracias a sus muchas falsificaciones- han bajado notablemente. Debería subir, pues, la pieza, pero hay que reconocer que sorprendieron los 10.000 euros en que se remató en diciembre de 2013 su Procesión nocturna (O/L, 38 x 46,5 cm), lejos de los 6.000 euros de la salida, lejos ya de las 20,000 GBP (22.891 euros, premium incl.) pagadas en Sotheby’s Londres en mayo de 2011 por Shipwreck Off The Coast, 1855 (O/L, 109 x 139,5 cm), su mejor venta desde enero de 2010 hasta la fecha… De su mano se presenta también, La cautiva (O/metal, 34 x 23,5 cm; 52), escena más sencilla y de inferior calidad, con una salida ligeramente menor, 2.500 euros.
Otra de las obras que centrará las miradas es, sin duda, el enorme Fuego a bordo (O/L, 210 x 380 cm; 56) de Eliseo Meifrén; con su calidad habitual pinta un celaje magnífico y un mar embravecido, con una gama de colores magníficamente reducida casi a blancos y verdes, pero la escena de naufragio no deja de parecernos hoy día un tanto simplista y excesivamente melodramática, acostumbrados como estamos ya a ver incluso el hundimiento del mismísimo Titanic en la excesivamente aclamada versión de James Cameron. Y, claro, no será fácil una puja que ofrezca los 100.000 euros de la salida, que con comisiones e impuestos se iría a los 118.750 euros…
En esta línea retardataria, pero con calidad, no pierdan de vista la Inmaculada (O/L, 165 x 125 cm; 47) del sevillano José María Rodríguez Losada por apenas 1.500 euros, y el Retrato de dama con abanico (O/L, 106 x 80 cm; 59) de Francisco Masriera, esta vez por unos probablemente excesivos 8.000 euros.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, la pintura mexicana tiene una acogida especial en estos últimos tiempos dada la potencia del país. Y conociendo su fuerza, Goya ofrece dos interesantes piezas, con salidas muy atractivas, y una tercera bastante mejor. Las más sencillas: un ingenua Santa María de Occotlan y sus apariciones milagrosas (55 x 39 cm; 36) por 600 euros, y un tondo de Inmaculada con San José y arcángel San Gabriel (O/cobre, 13 cm; 37) por 500 euros. Y la tercera, un cobre firmado por el conocido José de Páez, Virgen de Guadalupe (55 x 41 cm; 38), por 5.000 euros, un precio ya importante pero por una calidad evidente demostrada especialmente en las cabecitas de los putti.
Y ya que estamos en pintura antigua, debemos mencionar dos cobres del siglo XVII: Salomón y la reina de Saba (86 x 112 cm; 34) de Frans Francken II y taller por 3.500 euros, y Crucifixión (66 x 43 cm; 35) de Escuela flamenca siguiendo modelos de Van Dyck por 9.000 euros.
Por último, una curiosidad y una recomendación. La primera, un lienzo muy temprano como Bailarines (O/L, 44 x 53 cm; 68) de Cristóbal Toral por unos altos 3.000 euros, y una acuarela de Gallo (57 x 45 cm; 76A) de José Vela Zanetti por 900 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte