Alexander Calder. Solaire, 1970, detalle. Segre. Salida: 45.000 euros
LO QUE NOS DEPARA EL INICIO DEL 2017
Junto a la apuesta segura que casi siempre supone Julio Romero de Torres, parece percibirse una atención especial a los maestros antiguos y al siglo XX internacional
No es fácil a día de hoy poder adivinar las líneas maestras del mercado español en estos primeros meses. Isbilya, Durán y Ansorena han presentado ya sus licitaciones para estos días de finales de enero, mientras Segre (14 de febrero), Abalarte (21 y 22), La Suite Subastas (23) y Balclis (7 y 8 de marzo) aún trabajan en sus catálogos. Sin embargo, hay líneas que parece que van a persistir, de las que hablamos.
Lo que más ha llamado la atención: las tres primeras salas que comienzan el año ofrecen un retrato del cordobés Julio Romero de Torres. Coincidencia tal vez, pero señal inequívoca de que es una apuesta que siempre obtiene eco mediático y, más importante aún, mucho interés por parte de un número importante de coleccionistas. El de Isbilya, un pequeño Retrato (28 x 23 cm; 312, ver), con bastante intensidad a pesar del reducido tamaño, por 17.500 euros; el de Durán, titulado Amarantina (O/L, 37 x 34 cm; lote 169, ver), con los típicos ojos negros y profundos, en claro contraste con el vestido de color esmeralda, es un estudio de expresión para el retrato de la bailarina sevillana Elisa Muñiz, por el que se espera una venta a partir de los 25.000 euros. Y el de Ansorena, un Retrato de dama (óleo y temple/L, 59 x 43,5 cm; 158, ver), parco y sobrio pero con fuerza y atractivo, y más si pensamos que se piden 16.000 euros…
Junto a piezas de este buscado autor, es indudable que aparecerán obras de los otros grandes pintores finiseculares, como Joaquín Sorolla –Ansorena y Alcalá parecen tener fondos inacabables, y Goya aunque en menor medida-, o los catalanes Anglada-Camarasa, Mir, Rusiñol (de Nonello Fortuny es mucho más complicado), o de vascos como Zuloaga (o los ligeramente inferiores Arteta, Arrúe, Guiard), o del santanderino Iturrino o del asturiano Regoyos, que en el mercado extranjero han tenido más dificultad de venta este último año…
Hay, sin embargo, un siglo XIX devaluado en el mercado, por cuestión de modas y de revisión, pero que resurgirá en unos años pues está cargado de indudable calidad y sus precios están claramente descompensados: Federico de Madrazo, Eduardo Rosales o Antonio María Esquivel, por citar sólo algunos. De este último, Segre ofrece un fantástico Retrato del hijo primogénito de don Antonio Hompanera de Cos, 1852 (O/L, firmado y fechado, 179,7 x 135,7 cm), procedente de los herederos de la familia. Sin duda es una importante aportación a su catálogo de retratos, realizado en los años de plenitud artística del pintor sevillano cuando, en palabras de Pérez Calero, “Esquivel tenía que mostrarse ante la avanzada burguesía cortesana como un pintor versátil, sabedor de las buenas formas de la tradición artística española, al tiempo que asimilador de la moda purista y los modos ingresianos”. La salida será por 20.000 euros.
Y junto a esta pintura, la del mundo filipino, testimonio de una época que terminó y que parece que los coleccionistas quieren recuperar a golpe de talonario, sin importar la cantidad de la que se habla. Ya hemos visto en años pasados sus cifras astronómicas (Luna, Arzeo, Honorato Lozano, etc.); ahora Abalarte ofrece un lote compuesto por 54 cartas y cerca de 30 dibujos (la mayoría a doble cara), la correspondencia del Teniente de Infantería Eduardo Coello y García Conde, durante su estancia en Filipinas entre 1858 y 1863, con su padre, Andrés Coello, arquitecto conservador del Teatro Real de Madrid. Son cartas familiares donde menciona las vicisitudes pasadas en la Isla de Balácac, detalles sobre el clima, costumbres, sueldo, etc. con unos dibujos etnográficos filipinos, muchos de ellos titulados, realizados a lápiz y a tinta, de paisajes y personajes del archipiélago, con una salida de apenas 4.000 euros. Y aunque ha bajado ligeramente la efervescencia coleccionista por las obras de Fernando Zóbel, aparecerán de nuevo, sin duda ninguna, y probablemente asistamos a más de una apasionante lucha por hacerse con algún lienzo.
Y ya que estamos en el siglo XX, comentemos tres ideas de fondo. La primera: se nota un esfuerzo especial por ofrecer piezas verdaderamente internacionales, aunque sean en un soporte menor como el papel, por obvias cuestiones de euros. Y así, destaca el gouache de Alexander Calder, Solaire, 1970 (73 x 110 cm; incluida en el Calder Archive con el nº A-08897), que ofrece Segre; procedente de las galerías Maeght de París y Barcelona, y expuesto en 1971 en el Studio Marconi de Milán, se piden apenas 45.000 euros, un precio verdaderamente atractivo, que subirá. En una línea similar, aunque en unas cifras superiores ya, Balclis propone un dibujo a tinta sumi-e sobre papel, Sin título, 1982 (57,2 x 72,5 cm) de Keith Haring, uno de los grandes nombres de final del siglo pasado; con etiquetas de las galerías Barbara Farber de Ámsterdam y René Metras de Barcelona, en 90.000 euros deberán iniciarse las pujas…
En lo español, en cambio, se nota una cierta rebaja en los precios, intentando dar salida, a costa de casi todo, a piezas de autores que deberían estar en otro nivel. Pero así es el mercado nacional… Se ve claramente en la oferta de Durán, cuyos lienzos de Soledad Sevilla, Bernardí Roig o Florencio Galindo (ver) están en unos niveles inauditos. ¿Porque su público apenas conoce a estos autores? Quizá, pero también porque su demanda ha bajado notablemente, y ya se sabe que una de las reglas fundamentales del mercado es tan sencilla como a poca demanda, la oferta baja de precios. Y así, son apenas 2.500, 1.000 y 1.500 euros en lo que parte cada una de estas obras que, esperemos, suban unas cuantas pujas en buena lógica…
Es sabido que lo contemporáneo es uno de los fuertes de Segre. Y así, el pastel de 1980 del Equipo Crónica, En el tren. Serie los viajes (100 x 70 cm), certificado por el propio Manolo Valdés y expuesto en 1981 en la Biblioteca Nacional de Madrid, se defenderá desde los 8.000 euros, un precio más alto, pero que debería seguir sonando escaso. Y más actual, característica de la casa, del asturiano premio BMW, Hugo Fontela, artista de la galería Marlborough, Sin título, 2012 (O/L, firmado en Manhattan, 140 x 140 cm) se ofrece por 8.800 euros. Faltaría conocer en concreto la oferta de Fernando Durán y Alcalá, las otras dos salas con departamento propio de contemporáneo para sus citas en la segunda mitad ya de marzo, que buscarán también sin duda seguir esta línea de autores menos conocidos para el gran público –además de los internacionales, claro-, que pueden suponer una oportunidad para los verdaderos conocedores del amplio abanico más actual. Y una primicia: Fernando Durán ha iniciado una nueva línea de negocio, en esa hibridación de mercados que hemos visto ya en Sotheby’s o Christie’s, buscando nuevas fuentes de ingresos: exposiciones de artistas vivos en sus salas. La actual, la de Alwin van der Linde (previamente expuesta en el MEIAC de Badajoz), con catálogo y todo…
Y queda el mundo de los maestros antiguos, donde se han dado en los últimos tiempos las grandes sorpresas e importantes ventas. Se nota el esfuerzo de las casas por intentar acercarse con buenas obras y precios atractivos a estos coleccionistas, que son menor en número pero muy pudientes. En esta línea trabaja habitualmente La Suite de Barcelona. Para su próxima licitación ofrece una impresionante escultura de San Bartolomé, hacia 1200 (68 x 27 x 11 cm), que será portada del catálogo; en un sorprendente estado de conservación, con su policromía original punto nada habitual como parece obvio, esta talla románica rondará los 70.000 euros. O una tabla de Pere García de Benavarre, Virgen con Niño y cuatro ángeles, 1482-1485 (temple y fondo de oro/T, 179 x 88 cm), probable fragmento del retablo procedente del Monasterio de San Francisco de Barbastro, por 35.000 euros.
El siglo XVII, mucho más habitual ya en nuestras licitaciones, cuenta siempre con interesantes piezas. Venidas del mundo barroco sevillano de la mano de Isbilya, la Pareja de retratos de los Condes de Peñaflorida (O/L, 190 x 127 cm c/u; lote 186, ver), de la mano del gran pintor aún, poco valorado por el gran público, Claudio Coello, se vendió ayer mismo por la salida, apenas 65.000 euros. Sin embargo, la sorpresa de la velada fue la venta de la tabla tardogótica atribuida al Maestro de Palanquinos, Pedro de Mayorga: Piedad (140 x 80 cm; 148, ver), que partía de 27.000 y se adjudicó finalmente en nada menos que 75.000 euros. En esta línea, no es extraño que Ansorena ofrezca, entre otras, un buen lienzo con Ruinas italianas (101 x 148,5 cm; 602, ver), del círculo de Giovanni Paolo Pannini; mundo idealizado tardobarroco, procedente de las colecciones de Lord Mounttemple, de Evelyn Ashley, del Conde de Iveagh y del vizconde Kemsley, comenzará las pujas por 30.000 euros.
Abalarte, con los conocimientos de Richard de Willermin, su último fichaje, presentará con total seguridad, piezas de peso del mundo antiguo. Para abrir boca, en esta primera ocasión destaca un lienzo de Antonio A. Palomino, un San Juan Bautista (O/L, 196 x 128 cm) firmado, por 22.000 euros, o un Retrato de Giovanni Maria Cecchi (O/T, 99 x 85 cm) atribuido a Alessandro Allori, el maestro florentino, por 23.000 euros. O, con mucha calidad también, un Cristo crucificado tallado en coral, trabajo de Trapani, Sicilia, del siglo XVII; nada menos que 30 cm, y muy buen estado de conservación, que partirá de los 15.000 euros.
Y lo colonial no podía faltar; es otra de las líneas que más ha vendido en estos últimos años y cuya demanda se percibe claramente. Balclis ofrece la pareja del lienzo de Castas que vendió en diciembre pasado por la salida, 65.000 euros (ver); esta vez se titula De Mestiza y Español produce Castiza(O/L, 48,6 x 81,4 cm), de Escuela mexicana del siglo XVIII, y parte del mismo precio. La Suite, ha conseguido diez obras procedentes de una colección particular, donde sobresale un cobre de Miguel Cabrera, Virgen de Guadalupe con las apariciones (36,5 x 27 cm; con marco original en palisandro y plata: 52 x 33 cm), firmado en 1765, que saldrá por 12.000 euros, además de cajas mexicanas, piezas Gujarat India en nácar, etc.
Junto a estas piezas, no faltarán los tapados, esos trabajos de calidad sin atribución clara, que con cierta frecuencia dan grandes alegrías a los vendedores, y tantos quebraderos de cabeza a los interesados que han entrevisto algo más… En esta senda se sitúa con voz propia un San Jerónimo(O/L, 60,5 x 52 cm) de Escuela francesa, del círculo de Georges de La Tour que ofrece La Suite. Procedente de una importante colección privada, acaba de ser limpiado, y su calidad es innegable, por lo que los 12.000 euros probablemente se queden escasos…
Al final, se quedan muchas obras en el tintero, pero se ve que la oferta promete ser muy atractiva. Publicados hoy los favorables datos del paro y de creación de empleo en nuestro país, dentro de la gravedad que a todos afecta y duele, gracias a esa recuperación social y económica, más lenta siempre de lo que nos gustaría, parece que 2017 será un año con bastante movimiento y buenas ventas. Estaremos aquí para contarlo con detalle. Daniel Díaz @Invertirenarte