LÍNEAS, TRAZOS Y OBJETOS DE PHILIPPE STARCK EN EL POMPIDOU MÁLAGA
La pasada semana se inauguró en el Centre Pompidou de Málaga la exposición Starck, dibujos secretos. 4.000 croquis desvelados, que nos introducen en el imaginario del creador francés, uno de los diseñadores con más impacto en los últimos años en el mundo del diseño. La muestra, que reúne reúne varios miles de diseños, croquis e investigaciones, procedentes de la Colección del Pompidou y de otros centros públicos y privados, permanecerá abierta hasta el 17 de septiembre y podría considerarse una retrospectiva de su laboratorio de ideas, que ha llegado a concebir más de 10.000 proyectos a partir de su estudio Ubik, y que siempre ha apostado por los objetos al servicio de las personas.
El objetivo de Philippe Starck (Paris, 1949), tanto en sus diseños icónicos de objetos como las sillas Richard III (1982) y Costes (19839, el taburete Mister Bliss (1980) o la lámpara Ara (1986), como en sus numerosos proyectos de arquitectura de interiores en locales: night clubs, restaurantes, entre otros lugares de las principales ciudades del mundo, a través de espacios transgresores en los que siempre ha primado la funcionalidad, la idea de servicio y lo ha sabido hacer a lo largo de más de cuatro décadas con un singular estilo, no exento de humor pero también con un latido poético. Una de sus características como diseñador es crear tanto en esos interiores como en los objetos un vínculo afectivo, con capacidad para renovar el lenguaje del diseño y consigue que nuestra mente pueda abrirse a nuevas percepciones hacia lo simbólico.
A lo largo de su trayectoria como diseñador, Starck ha ido evolucionando desde la década de los años 80 cuando comenzó sus primeros proyectos arquitectónicos en Japón, como el desarrollado para el Concurso de la Ópera de Tokio (1986), que elaboró con Jean Nouvel y que nunca llegó a ver la luz; el edificio de cobre oxidado Nani Nani, realizado en la capital japonesa tres años más tarde; o el Barón Vert (1992), en la ciudad de Osaka, entre otros.
Hace siete años intervino en la Alhóndiga de Bilbao, en 2012 el Port Adriano en Mallorca, el complejo deportivo Le Nuage (2014) en Montpellier, en los que se inclinó por una arquitectura orgánica, al concebirlos como ágoras, accesibles para los ciudadanos, que terminan siendo escenarios de la vida cotidiana con los que interactúan. Sin embargo, dos aspectos que destacan en su producción son su intención de concienciación ecológica en sus trabajos, apoyándose en materiales reciclados, que incluso le han llevado a trabajar con la firma 3 Suisses, para los que ha diseñado casas en formato kit; y su idea de crear un futuro mercado ético cuando colaboró con La Redoute para la colección Good-Goods, un catálogo de “no productos para no consumidores”. Todo ello le ha llevado a considerarse a sí mismo como un utopista naif, que sabe reinventar sus objetos para poder usarlos en estático o en movimiento como en Zik Parrot (2010), el termostato Netatmo (2011) o el smartphone cerámico Mi Mix (2014), entre otros productos.
El recorrido por las salas del Centre Pompidou de Málaga permite a los visitantes acercarse al imaginario de Philippe Starck, de un creador que con su lápiz sabe plasmar sus intuiciones. En las paredes se puede ver se puede ver el continuum de una gran composición, que por la iluminación desvela un cierto misterio. Y así vamos viendo piezas tan notables como la silla La Marie (1996), de gran pureza y realizada en un material como el policarbonato; la lámpara Miss Sissi (1988) en plástico inyectado; la silla Hudson (1998) como un producto mural; y la silla Broom (2010), donde el diseñador francés revolucionó la producción industrial a partir de residuos reciclados en origen. Otros diseños de gran impacto quizá sean el coche eléctrico V+ (2010), las sandalias Ipanema with Starck (2013), también con materiales reciclados; la bicicleta eléctrica Starckbike (2012); una silla denominada Misa Joy (2012), en las que incorpora un respaldo compuesto por bandas elastoméricas intercambiables; o la colección del perfume Peau (2014), que explora lo intangible e inmaterial como un homenaje a su universo creativo. Julián H. Miranda