LEWIS BALTZ, UN TOPÓGRAFO DE LAS FORMAS DEL PAISAJE Y LA CIUDAD

LEWIS BALTZ, UN TOPÓGRAFO DE LAS FORMAS DEL PAISAJE Y LA CIUDAD

Lewis Baltz. Continuous Fire Polar Circle no. 1, de la serie Continuous Fire Polar Circle, 1986. Copia en gelatina de plata 20,3 x 25,4 cm. Galerie Thomas Zander, Colonia. © The Lewis Baltz Trust

LEWIS BALTZ, UN TOPÓGRAFO DE LAS FORMAS DEL PAISAJE Y LA CIUDAD

La Fundación MAPFRE continúa organizando una serie de exposiciones de fotografía para presentar a los grandes de esta disciplina del siglo pasado. En esta ocasión presenta en la sala de Bárbara de Braganza de Madrid la exposición dedicada a Lewis Baltz (California,1945-París, 2014), uno de los grandes tomadores de imágenes de la segunda mitad del siglo XX. Es la primera vez que se dedica una retrospectiva en nuestro país de este artista, que abarca desde sus primeros trabajos en blanco y negro de los años 60 y 70 hasta su obra en color a partir de finales de los 80, siempre experimentando y buscando nuevos lenguajes con un medio de expresión como la fotografía. La exposición tiene momentos de notable intensidad y en el recorrido se vislumbra la capacidad de Baltz para componer poemas visuales.

Lewis Baltz. Monterrey, de la serie The Prototype Works, 1967.Copia en gelatina de plata 20 x 25,2 cm. Galerie Thomas Zander, Colonia. © The Lewis Baltz Trust

La muestra fue presentada por Pablo Jiménez Burillo, director del Área de Cultura de la Fundación Mapfre, que destacó que en la obra de Baltz hay una idea muy activista de la realidad y se puede ver cómo el sueño americano puede convertirse en una pesadilla; y por el comisario Urs Stahel, que ha seleccionado alrededor de 400 obras de más de cinco décadas, de un artista que utilizó la fotografía como medio de expresión para investigar, gracias a un pensamiento conceptual que se fue forjando en dos décadas de gran ebullición artística, años 60 y 70. Admirador de Robert Frank, Edward Weston, cursó estudios en el Instituto de Arte de San Francisco en 1972. Junto a creadores como Robert Adams, los Becher y otros, Baltz adopta una posición de ruptura con la visión idealizada del paisaje que imperaba hasta entonces y vuelve su mirada a las ciudades, al paisaje usado, transformado por la mano del hombre. El paisaje es un territorio, casi siempre ocupado y en ocasiones excluyente. Una mirada topográfica de la ciudad, que exige al espectador una nueva comprensión de la imagen.

Su evolución desde finales de los 60 hasta finales de los 80, caracterizada por sus pequeñas fotografías en blanco y negro de series como Tract Houses, New Industrial Parks near Irvine, California, Maryland, Nevada, Park CitySt. Quentin Point, Continuous Fire Polar Circle, Near Reno y Candlestick Point constituyen una exploración y revelan una meticulosidad en el modo de ordenar esas secuencias de imágenes. A partir de ese momento, su estilo se transforma radicalmente y sabe plantear cómo el urbanismo y todo lo que conlleva supone la materialización del poder, como expresión de la ideología dominante. Hay en esa búsqueda un cuestionamiento de la función de los medios de comunicación como productores de una hiperrealidad, donde cada vez resulta más difícil distinguir entre lo real y lo simulado como se observa en piezas tan relevantes como Rule without exceptionPiazza PuglieseSites of TechnologyRonde de Nuit o Venezia Marghera.

Lewis Baltz. Tract House no. 4, de la serie The Tract Houses, 1971. Copia en gelatina de plata. 14,2 x 22,4 cm cada una. Colección particular, París- © The Lewis Baltz Trust

El recorrido propuesto por el comisario se vertebra alrededor de las series y propuestas más importantes de su obra, siguiendo casi siempre un orden cronológico, que permite valorar su trabajo y también el diálogo y la coherencia evolutiva de un filósofo de la fotografía. La muestra se inicia con The Prototype Works, (1967-1976), un conjunto de fotos de su época como estudiante cuando se sintió atraído por el arte contemporáneo estadounidense y más en concreto por Barnet Newmann o Donald Judd. Hay un ángulo atractivo en la vista de la ciudad, los neones y letreros, alternando el mundo real y el simbólico.

A finales de los 60 en su serie Tract Houses (1969-1971), Baltz capta en una veintena de fotos un ejemplo de urbanización de casas unifamiliares en proceso de construcción junto a una autopista. Son tomas frontales de fachadas, ventanas y puertas de algunos materiales que, en ocasiones, semejan las superficies de algunas composiciones del expresionismo abstracto.  Esa exploración continúa en The New Industrial Parks Near Irvine, California (1974), donde combina imágenes de edificios vistos de cerca con vistas del paisaje y de la ubicación de fábricas o naves industriales cúbicas. Mientras que en Maryland (1976) toma desde arriba una urbanización de casas unifamiliares, creando contrastes de atmósfera inquietante en su modo de aproximarse a lo desconocido. En el último tercio de esa década, tanto En Nevada (1977) como en Park City (1978-1980), Baltz, con diferente escala pero con similar intención, fija su mirada en el paisaje intervenido por el hombre. Y es en la segunda serie donde demuestra sus dotes como topógrafo para denunciar este tipo de ciudades dormitorios que se construyeron a finales de los 70, no solo en ciudades estadounidenses.

Lewis Baltz. Maryland no. 25, de la serie Maryland, 1976. Copia en gelatina de plata 20,3 x 25,4 cm. Fondation A Stichting, Bruselas. © The Lewis Baltz Trust

Durante la década de los 80 alterna tomas de desorden y caos, visible en los montones de basura que produce la sociedad de consumo en Continuous Fire Polar Circle (1986) con el vertedero de la serie San Quentin Point (1981-1983), sito en la bahía de San Francisco y vuelve a impregnarse desde su visor en estos enclaves en grandes ciudades. Por último, Candlestick Point (1987-1989), serie de 84 fotografías que se disponen, como si de un paisaje se tratara, sobre la pared, dejando deliberadamente huecos vacíos entre ellas para que interactúe el espectador de sus obras. Hay en ellas una idea de conjunto y así aparecen las primeras imágenes en color de Baltz.

A partir de ese momento hay una ruptura formal no solo de estilo sino de paisaje vital. Se marcha de Estados Unidos y se instala en Francia y luego viaja por varios países europeos. Con el color va a expresar sus nuevas inquietudes en la sociedad postindustrial, caracterizada por la vigilancia, el espectáculo y la alienación. Tanto en las piezas de Generic Night Cities (1989-2000) al igual que en Piazza Sigmund Freud (1989) o Rule without Exception (1988), comienza a mostrar paisajes urbanos nocturnos en color que carecen de la más mínima luz diurna que pueda proporcionar un ordenamiento natural, y en esas luces artificiales, fijas o en movimiento, que atraen y dirigen nuestra atención.

Más adelante en Power Trilogy, conformada por Ronde de NuitDocile Bodies y The Politics of Bacteria, sigue explorando los mismos temas y girando en torno a imágenes de su propio archivo. Balz selecciona, manipula y amplía las partes que le interesan hasta conseguir la pieza final, que funciona como un monumental mural. El fotógrafo norteamericano siempre tuvo un tono narrativo, pero quizás fue en The Deaths in Newport (1988-1995), donde a través de una selección de fotografías y documentación de archivo procedente de periódicos, que se acompañan por la narración del propio artista, la pieza cuenta la historia de un crimen que conmocionó una pequeña población del sur de California en la década de los 50.

Las últimas obras de la exposición son End to End (2000) donde el artista cuenta la historia política y económica de Emilia-Romaña tras la Segunda Guerra Mundial. Y concluye con Venezia Marghera (2000/2013), un portfolio en el que Baltz ofrece su última visión de paisaje alterado por el hombre: la industrializada Marguera, cercana a Venezia, que a su vez está siendo sobreexplotada por las masas de turismo que la recorren cada año.

Hasta el 4 de junio. Julián H. Miranda

Lewis Baltz. Corso del Lavoro, de la serie Generic Night Cities, 1992. Copia en cibacromo 101,6 x 68,5 cm. Cortesía de colección particular y Gallery Luisotti, Santa Mónica, California. © The Lewis Baltz Trust
Lewis Baltz. Piazza Sigmund Freud, 1989. 3 copias en cibacromo 124 x 188 cm cada una. Commerzbank AG, Frankfurt. © The Lewis Baltz Trust