Las ‘Majas’ de Goya vuelven a sus salas

Las ‘Majas’ de Goya vuelven a sus salas

Las ‘Majas’ de Goya vuelven a sus salas


Por Fernando Rayón. El periplo de la Maja vestida y otros 17 goyas por tierras suizas ha sido aprovechado por el Prado para la complicada reordenación de las colecciones del pintor aragonés en el museo. Las salas 34 a 38 –al fondo a la derecha de la planta principal– presentan desde ayer un nuevo recorrido temático que desde el punto de vista expositivo incluye dos novedades: la eliminación de un muro junto a las Majas, y el cambio del color de la pintura de las paredes. Además de, por supuesto, la reordenación de los cuadros del maestro.

Sala 37-38 con la Venus recreándose con el Amor de Tiziano y a la derecha la Maja vestida de Goya. Foto © Museo Nacional del Prado.

La modificación arquitectónica supone la desaparición de un murete de reciente creación que permite que las Majas puedan ser contempladas de una forma más amplia y espaciada. La masificación turística –ya no tan habitual– provocaba un mogollón siempre frente a los dos cuadros que ahora, posiblemente, desaparezca. Una buena solución.

La pintura de las paredes –de un gris más que triste– ha dado paso a un color pardo, topo dicen, que aunque da luz a las salas sigue sin liberarlas de esa oscuridad tradicional. El director de la institución, Miguel Falomir, anunció la recuperación de los ventanales de todas las salas, hasta ahora cegados por motivos difíciles de explicar. En cualquier caso, durante la presentación seguían cerrados, por lo que no pudimos contemplar las vistas de los jardines ni la nueva luz anunciada.

La reordenación de los cuadros de Goya también incorpora dos novedades. La primera, un «diálogo» –palabro a extirpar– entre la Venus recreándose con el Amor, y la Música de Tiziano y el préstamo por un año de los dos bocetos del San Bernardino de Siena que Goya pintó para san Francisco el Grande, conservados en la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno.

La Venus de Tiziano se ha colado en las salas quitando seguramente el sitio a la Marquesa de Santa Cruz del aragonés que, a su vez, ha desplazado al retrato del Duque de Alba a una pared en la que casi no cabe. Salvo esta licencia, seguramente temporal, el resto de las estancias lucen magníficas.

Los cuadros y miniaturas de Goya –coincidiendo con otras remodelaciones– se han colgado muy bien y, aunque la cronología se rompe en la última de las salas –donde se han concentrado todos sus cuadros religiosos–, la presencia de los dos bocetos para la iglesia madrileña da un plus de interés a una temática que nunca fue la favorita del maestro. Son bocetos magníficos y muy poco conocidos que, al ser restaurados por el Prado, son expuestos junto a una imagen del cuadro final. Solo falta un tercer boceto, algo mayor, desaparecido de momento y en paradero desconocido. Pronto tendremos noticias.

De izquierda a derecha: Miguel Falomir, Director del Museo Nacional del Prado; Teodoro Sánchez-Ávila, Presidente de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno; Gudrun Maurer, Conservadora de Pintura del s. XVIII y Goya del Museo Nacional del Prado, y Álvaro Matud Juristo, Director Académico y de Relaciones Institucionales de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno Foto © Museo Nacional del Prado. Foto © Museo Nacional del Prado.
Segundo Boceto preparatorio de La predicación de San Bernardino de Siena Goya y Lucientes, Francisco de Óleo sobre lienzo, 61 x 32 cm Madrid, Colección Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, 83.
Sala 36. Foto © Museo Nacional del Prado.
Sala 34. Foto © Museo Nacional del Prado.
Primer Boceto preparatorio de La predicación de San Bernardino de Siena Goya y Lucientes, Francisco de Óleo sobre lienzo, 61 x 32 cm Madrid, Colección Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, 82.