LAS JOYAS DE LA HISPANIC SOCIETY SE EXHIBEN EN EL MUSEO DEL PRADO

Batea (Detalle). Peribán, Michoacán, México, Ca, 1650. Madera lacada. LS1808. Cortesía de la Hispanic Society of America

LAS JOYAS DE LA HISPANIC SOCIETY SE EXHIBEN EN EL MUSEO DEL PRADO

La Hispanic Society of America (HSA), con sede en Nueva York, posee la mejor colección de arte hispánico y quizá la mejor biblioteca de temas hispanos fuera de España, Fue fundada hace poco más de un siglo por Archer M. Huntington, un coleccionista y filántropo norteamericano fascinado por el arte hispano de la Península Ibérica, América y Filipinas, que quiso reunir en la parte alta de Manhattan una parte importante del alma hispana a través de sus mejores creaciones. Actualmente la HSA atesora más de 500.000 piezas, entre pinturas, esculturas, dibujos, grabados, artes decorativas, fotografías y libros, entre otros objetos.

El próximo lunes los Reyes Juan Carlos y Sofía, acompañados del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo; el presidente del Real Patronato del Prado, José Pedro Pérez-Llorca; y el presidente de la Fundación BBVA, Francisco González, entre otras personalidades,  inaugurarán en el Museo del Prado la exposición Tesoros de la Hispanic Society of America. Visiones del mundo hispánico, comisariada por Miguel Falomir, director de la primera pinacoteca española y por Mitchell A. Codding, director ejecutivo y presidente de la institución norteamericana. La muestra permanecerá desde el 4 de abril al 10 de septiembre.

Francisco de Goya. La Duquesa de Alba. 1797. A 102. Cortesía de la Hispanic Society of America.

En la presentación de la exposición que ha tenido lugar esta mañana, Miguel Falomir dijo que la exposición es importante tanto por la calidad de las piezas como porque todas ellas son muy cercanas a nuestro acervo cultural, algo en lo que insistió Rafael Pardo, director general de la Fundación BBVA– patrocinador exclusivo de la muestra- cuando mencionó que esta mirada -la de Huntington- desde fuera, compleja y en un espacio temporal tan dilatado, nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos. Por último, Mitchell A. Codding, agradeció a ambas instituciones la organización de esta exposición y añadió que el Museo del Prado deslumbró a Archer M. Huntington cuando visitó Madrid por primera vez a los 22 años y eso le inspiró para poner en marcha la HSA posteriormente.

Esta antológica reúne 214 piezas de primerísimo nivel del arte hispánico, entre restos arqueológicos, objetos islámicos, pinturas, esculturas, manuscritos, artes decorativas, textiles, mobiliario y obras coloniales en América Latina, junto a una serie de mapas y libros de gran valor. Muchas de las obras expuestas nunca se habían expuesto antes en España y otras que han sido recientemente restauradas en el Museo del Prado y en el Metropolitan de Nueva York recobrando todo su esplendor como dos óleos de Velázquez y otros dos de Goya, por citar cuatro de las obras maestras que se podrán admirar durante más de cinco meses.

A lo largo de recorrido por los más de cuatro milenios de historia encontramos cuencos campaniformes muy antiguos (h. 2400-1900 a.C.); joyería celtíbera (125-100 A.C.); bronces y platería romana de los siglos I y II D.C; piezas de arte islámico como el extraordinario bote de marfil de Madinat al-Zahra, cerca de Córdoba, y tejidos nazaríes de los siglos XIII al XV; cerámicas de Manises con reflejos metálicos de influencia islámica; una pila bautismal  (hacia 1400) de Toledo; lujosas prendas eclesiásticas de Valencia; una custodia procesional dorada (h. 1585); la cerámica de Talavera de la Reina con un par de albarelos que procedían de la Farmacia Real de El Escorial; joyas de oro con esmalte, piedras preciosas y semipreciosas de los períodos renacentista y barroco.

Del período colonial en América sobresalen las lacas de los siglos XVII y XVIII, realizadas en Colombia y México; las cerámicas de Tonalá y Puebla del siglo XVII; la plata boliviana del siglo XVIII. Y junto a ellas buenos ejemplos de cerámica de Alcora (Valencia), singulares porcelanas neoclásicas de la Real Fábrica del  Buen Retiro (Madrid) o el vidrio de la Real Fábrica de la Granja, que son una buena representación de los suntuosos objetos que se producían en España durante el siglo XVIII.

Joaquín Sorolla. Benito Pérez Galdós. 1911. A 47. Cortesía de la Hispanic Society of America.

Uno de los apartados estelares de la exposición probablemente sea el dedicado a la pintura española con cuatro obras cumbres, todas ellas recientemente restauradas para su exhibición en Madrid: Retrato de una niña (ca.1638-42) y el retrato de Camillo Astalli, ambos de Velázquez; y la duquesa de Alba (1797) y el retrato de Manuel Lapeña, de Francisco de Goya, que son piezas centrales en la colección permanente de la Hispanic Society of America. La duquesa de Alba fue adquirida por Archer M. Huntington en 1906 y es uno de los símbolos de la institución desde que abrió sus puertas al público en 1908. Un año después el mecenas norteamericano adquirió Retrato de una niña de Velázquez, al que tras su restauración se ha incorporado un marco, gracias a la generosidad de Jorge Coll de Colnaghi, la galería de arte más antigua del mundo con sede en Londres.

En ese elenco de pinturas podemos citar la Ascensión (ca. 1408) de Miguel Alcañiz; tres cuadros de El Greco; el retrato del duque de Alba de Antonio Moro; óleos de Luis de Morales; el retrato del Conde Duque de Olivares, también de Velázquez, y que no se había expuesto nunca en España; lienzos de Zurbarán, Murillo; y por supuesto una gran selección del pintor español más presente en la colección de la HSA, Joaquín Sorolla, del que se exhiben más de una veintena de pinturas; y de Ignacio Zuloaga, Rusiñol, Anglada-Camarasa, Nonell, entre otros, así como piezas pictóricas del arte español en la América Colonial de la mano de Sebastián López de Arteaga; Juan Rodríguez Juárez; José Campeche; y José Agustín Arrieta.

Diego Velázquez. Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares. Ca 1625/6. A 104. Cortesía de la Hispanic Society of America.

La escultura procedente de España también está muy bien representada en las colecciones de la HSA y en la exposición. Desde una pieza romana de mármol del período Antonino, el busto del retrato de un joven (130-50 D.C.), a una medieval tardía en alabastro con la efigie de Doña Mencía Enríquez de Toledo, duquesa de Alburquerque (Cuéllar, 1498). Y también maderas policromadas que representan a san Martín (León, ca. 1475-1500); dos relicarios de santa Marta y santa Magdalena (ca 1540-45), de Juan de Juni; y sobre todo el busto realista de Pedro de Mena al representar a san Acisclo (ca. 1680), patrón de Córdoba. Y no conviene olvidar dos soberbias piezas de policromía hispanoamericana, el gran panel temprano del altar de Santiago Matamoros (México, ca. 1600) y El destino del hombre (Ecuador, ca. 1775), compuesto por cuatro figuras diminutas, atribuidas a Manuel Chili, conocido como Caspicara.

Batea. Peribán, Michoacán, México, Ca, 1650. Madera lacada. LS1808. Cortesía de la Hispanic Society of America.
Biblia hebrea. España y Portugal, 1450/1496. Manuscrito iluminado. B241, Cortesía de la Hispanic Society of America.

Entre las joyas más fascinantes están los manuscritos y libros raros que forman parte de la biblioteca de la HSA. Y de ese extenso conjunto se exhiben un manuscrito ilustrado sobre pergamino Privilegio rodado (ca. 1255), por Alfonso X, rey de Castilla y León; el Misal tarraconense bellamente iluminado (ca. 1410); el libro negro de horas (ca. 1458) de María de Castilla, iluminado en oro y plata sobre pergamino teñido de negro; y la Biblia hebrea (España y Portugal, 1450-96). Y entre los tesoros cartográficos han viajado a Madrid el famoso mapa del mundo (1526) de Juan Vespucci; el Atlas portolano del mundo (Venecia, ca. 1550) por Battista Agnese; y el Atlas portolano del Mare Nostrum y  del Atlántico Oriental (Messina, 1582) por Joan Martines.

Por último, encontramos documentos históricos como el holograma de instrucciones del emperador Carlos V a su hijo Felipe II; un grupo de cartas manuscritas de Rubens, Velázquez y Goya. Y junto a esos singulares documentos se han incluido la genealogía de Macuilxochitl de Zapoteca (Oaxaca, México, ca. 1570); un mapa indígena de Tequaltiche (Jalisco, México, 1584) que incorpora detalles de la historia prehispánica de la región; un viaje a China …, ilustrado hacia 1621-26; así como las acuarelas de Joaquín Antonio Basarás (México,1763), que recogieron el  origen y las costumbres de los mexicanos y filipinos. Y para concluir un documental de 20 minutos realizado para su presentación en Madrid, ilustrado con fotografías e imágenes de época, la historia de la institución centenaria, y que sirve como colofón de un paseo exhaustivo que compendia lo mejor del arte y la literatura hispana. Julián H. Miranda