LAS CUEVAS DE FABRE EN OSTENDE

 LAS CUEVAS DE FABRE EN OSTENDE

En torno a la idea de la “balsa” y su significado en estos tiempos que corren con la crisis de refugiados, se organiza una gran exposición en la ciudad de Ostende comisariada por el artista Jan Fabre y por la historiadora Joanna de Vos. Para visitarla se necesita un mapa de la ciudad y buena orientación, ya que la muestra se distribuye en pequeños recovecos de la ciudad ocultos y desconocidos incluso para los mismos ostendeses. No obstante, existen dos puntos de partida que son los dos museos de arte contemporáneos más relevantes de la localidad. Pintura, escultura, video arte, performances e instalaciones de artistas conocidos y emergentes invaden y se esconden para ser descubiertos por los visitantes, que “navegan” por las calles mientras reflexionan sobre el sentido poético, político, social y humanístico del proyecto.


“Es una exposición que tiene doble significado, tal como dice el título: The Raft-Art is (not) lonely”, comentaba Jan Fabre en una entrevista con esta revista, “algunas obras están pensadas para expresar algo al mundo exterior pero otras solo reflejan la intimidad del artista, por eso el título tiene esa ambigüedad. El arte es (y no es) solitario”. El proyecto tiene dos líneas discursivas: una demanda política en respuesta a la crisis de inmigración, y una visión poética sobre la consolidación del ser humano y su enfrentamiento a la vida. “Soy consciente de que hoy todos los artistas hablan de lo mismo, de la tragedia de refugiados, y aquí también lo tratamos a modo de denuncia política, pero no queremos dejar de lado la parte poética, la reflexión sobre cada uno de nosotros, nuestros miedos, nuestras aventuras, nuestras maneras de interpretar el peligro o la libertad entre muchas otras cosas” aclaraba Fabre.

En este amplio proyecto se habla del océano y las distintas formas de entenderlo por los expositores. Ya puede ser algo que destruye, que erosiona y que mata, como algo relacionado con la vida, el nacimiento, la recreación, o el descubrimiento de nuevos lugares. Por ejemplo en el Venetiaanse gaanderijen se ve una performance grabada de Marina Abramovic llamada Stromboli (2002), un vídeo de 20 minutos en el que está tumbada a la orilla de una playa de Sicilia y las olas llegan a su cabeza, una forma de representar su cuerpo como balsa arrastrada por el mar, o como costa erosionada por él.

zaalzicht Venetiaanse gaanderijen. L'Apparitión de Antoine Roegiers, (2016). El personaje mira una escena donde el mar se ve como algo peligroso, temido... pero a la vez se entiende como si se estuviese mirando a sí mismo en el reflejo de un espejo.
Michael Borremans, "Rosa" (2017), uno de los highlights de la exposición. Primeramente pensada para que se clavase con la cabeza hundida en la arena de la playa.
Balsa de la instalación de Fabien Mérelle, "Le Radeau de Fortune" (2016).

Por otro lado el tema de la balsa (Raft) es el hilo conductor, mucho artistas la entienden como la construcción de ellos mismos como Fabien Mérelle, cuya obra es portada del catálogo. Le Redeau de Fortune consiste en un Sketch de su posterior performance construyendo una balsa con vela donde refleja sus inseguridades, miedos y memorias. Esta temática también se relaciona con la iglesia, como arca de Noé de los fieles, Jan Fabre confiesa que “la iglesia se ha involucrado con el proyecto al hospedar varias de las obras uniéndose al recorrido artístico”. Por ejemplo, la iglesia de Saint Joseph que ofreció su sótano oscuro y laberíntico que no tiene ningún uso y nadie lo conoce. Incluso la iglesia principal de la ciudad, la de San Pedro, alberga obras de la exposición. El decano de la diócesis de Brujas en Ostende, Antoon Wullepit, declaró que “la belleza debe ser vista, escuchada y experimentada. En tiempos antiguos, la iglesia era la gran patrona del arte, la que ofrecía arte al pueblo” por lo que acogen estas instalaciones en sus templos.

“Cada representante de estos lugares sagrados se han mostrados muy dispuestos para colaborar con el proyecto. Destacaría sin duda a la hermana Anniy Geuns, de la iglesia de Poverello, con quien entablé una fuerte amistad. Ella ha estado muy involucrada desde la dimensión filosófica-social. En su día a día da de comer a todos los pobres de Ostende. Opino que la labor de estas personas en el contexto de la exposición es tan importante como la mía de comisario. No es difícil identificar esta iglesia como otra balsa que rescata personas” La religiosa aportó una declaración que se fijó en varias paredes de las zonas expositivas, además de en el catálogo, una frase que Fabre citó enfáticamente durante su explicación del recorrido: “Para mi, veo belleza en intentar ayudar y hacer felices a los demás”.

Michael Fliri, "Early One morning with Time to Waste", balsa hecha con botellas de vidrio para la performance. Instalación ubicada en la Iglesia de Poverello.
Instalación de video arte en los sótanos deshabitados y oscuros de la iglesia de Sint-Jozepkerk. Atendiendo a la demanda política de la crisis de refugiados, representa un grupo de inmigrantes que suben las escaleras a un avión que nunca llega.
Instalación en la Iglesia de Sint-Jozefkerk de Hans Van Houwelinger, "Túbélá" (2017).

Es en el Mu.Zee donde se encuentran las piezas más destacadas, como la de Bill Viola titulada precisamente The Raft (2004) que presenta un grupo de personas atacadas por fuertes torrentes horizontales de agua fía mientras expresan agonía y caen al suelo. Sobresaliente también la instalación de Chiharu Shiota titulada Viaje incierto; esta es una de sus típicas marañas de hilo rojo que se dispersa por toda la sala uniendo barcas de madera. Se ha visto en el pabellón japonés de la Biennale el pasado otoño, con multitud de llaves colgando de los hilos; pero en esta exposición solo coloca tres, como un guiño a las tres llaves de la ciudad de Ostende, que figuran en su escudo. De todas formas las obras fundamentales en el museo son dos que resumen el discurso del proyecto: por un lado el cuadro de Théodore Gericault El naufragio de la balsa de Medusa (1818-20) y frente a ella una obra del mismo comisario, consiste en una maqueta de un barco titulada igual que la exposición. “Al ser comisario y exhibidor de una misma exposición, me he esforzado en acoger y atender lo mejor posible a mis artistas seleccionados, Joanna eligió a todos los jóvenes, y yo al resto, pero mi objetivo como comisario es ser buen anfitrión”.

Otras localizaciones ocultas del mapa del proyecto es por ejemplo las cuadras del famoso hipódromo Wellington, ya que este solo está activo durante los meses de verano. En dicho espacio se observan piezas de video arte como la de Rodrigo García y su experimento con hámsters en el agua o la de Linda Molenaar y su rueda de dientes humanos, con la que también grabó una performance.

Son innumerables los lugares donde se pueden seguir las huellas de esta magna exhibición. Suman un total de 73 artistas y 13 performances. A ello se le añade la inauguración del festival de Street Art The Cristal Ship, también disperso por la ciudad. Se puede decir que Ostende está desarrollándose como un centro de arte contemporáneo digno de visitar para conocer las tendencias actuales del arte y la nueva estética en un lugar que abraza el arte urbano y las recientes formas de expresión creativa.

 

Hasta abril de 2018

Vista de una de las salas del Mu.Zee. Al fondo Katie O'hagan, "Life Raft" (2011). Autorretrato de la artista en el que en un mar tormentoso pinta su balsa de madera.
La obra de Jan Fabre, "Kunst is (niet) eenzaam", delante de "La balsa de Medusa" de Géricault.
Chiharu Shiota, "Uncertain Journey" (2017).
Una de las obras del festivas "The Cristal Ship".