Las compras del Estado en Ansorena
Adquiridas en la licitación de los días 24 y 25 de junio tienen como principal destino el Museo de Bellas Artes de Valencia y el Nacional de Escultura de Valladolid
Este miércoles, anteayer, durante la subasta en la casa madrileña de Ansorena, asistimos a un hecho verdaderamente inusual. El Estado ejerció su derecho de tanteo, igualando como siempre la última oferta hecha por los coleccionistas, sobre nada menos que ocho lotes, de los cuales ya sabemos el destino de cuatro de ellos e intuimos el de un quinto.
Por 46.360 euros (19.000 euros + 22% del premium) compró las dos tablas de Escuela española del siglo XVI que se ofrecían con una Oración en el huerto y Caída de Cristo camino del Calvario (O/T, 72 x 54 cm cada una; lotes 585 y 586, y ver), y que se remataron en los 19.000 euros pedidos, al no pujar nadie sobre ellas. Son dos tablas con escenas de la Pasión, con un marcado carácter manierista: los difuminados contrastes lumínicos, el juego de colores en los vestidos (ángel y san Juan en el primero, o Cireneo en el segundo) y los complicados escorzos hablan a las claras de ello. Y, por eso mismo, es relativamente fácil relacionarlas con la producción de Machuca y Berruguete, fundamentalmente, aunque no sólo. Debieron pertenecer a un mismo retablo que hoy se encuentra descabalado. Su destino, como anunciamos ayer, será el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, que quizá nos sorprenda en unos meses -una vez estudiadas y puestas en su contexto- con una catalogación que alumbre y clarifique la procedencia y la autoría.
Para ese mismo museo no sería extraño que el Estado hubiese adquirido la escultura del San Roque, 1796 (talla en madera policromada y estofada, 48 cm; 817), del murciano Roque López, por los 18.000 euros pedidos más el premium, 21.960 euros finales. Segundo discípulo en el taller del famoso Salzillo, la realizó en 1796 según aparece en el catálogo de obras del escultor: «Un San Roque de media vara y peana, estofado, para Alicante, por mano de Diego Reynel. 450 reales”. Para su ejecución, explica el catálogo de la sala agradeciendo a Juan Antonio Fernández Labaña, “Roque López se inspiró en el modelo que Salzillo realizó para la iglesia de San Andrés de Murcia y que repetiría en alguna otra ocasión”.
El Museo de Bellas Artes de Valencia adquirió tres obras. La primera, la del genovés Simone Barabino, de finales del siglo XVI o comienzos del XVII, cuyo Entierro de Cristo (O/T, 53,5 x 36,5 cm; 578), siguiendo la obra de Rafael, se adjudicó por los 3.000 euros que se pedían. La siguiente es la pareja de Floreros (O/L, 62 x 38 cm c/u, uno de ellos firmado; 601), del valenciano Miguel Parra, por los 3.000 euros pedidos. Y la tercera es el lote 600, de Eugenio Lucas Velázquez. Su Corrida de toros (O/L, 55 x 81 cm) es especialmente interesante por su procedencia pues después de aparecer en la colección Thibault-Sisson, de París, estuvo en posesión del Minneapolis Institute of Art, Minneapolis, Minnesota (Estados Unidos); además fue expuesta en la muestra que organizó el Durlacher Bros, New Yok (Eugenio Lucas, February 28th – March 24th, 1956, nº cat. 1 como The bullfight). Y su precio ha sido por los escasos 3.000 euros de la salida.
Hasta aquí, los destinos que conocemos, y el presumible destino de la escultura de Roque López. Queda pendiente, por tanto, el del lienzo de Antonio María Esquivel, Las tres Marías [con san Juan], 1841 (O/L, 95,5 x 79 cm; 598), que subió de 5.000 a 6.500 euros, momento en el que el Estado ejercitó su derecho de tanteo. Y en segundo lugar, el del delicado dibujo a carboncillo y clarión sobre papel de Mariano Benlliure, Canto primaverile, 1894 (63 x 147 cm; 530), que subió desde los 5.000 euros de inicio hasta los 9.000 del remate, dado el interés de los coleccionistas por hacerse con pieza tan interesante. No en vano, la propia sala lo había relacionado ya tanto con el sarcófago del mausoleo de Julián Gayarre como con la Alegoría de la música del friso del salón de música del palacio de Bauer. Daniel Díaz @Invertirenarte