‘La Virgen con san Joaquín y santa Ana’ de Goya, en el Museo de Zaragoza

‘La Virgen con san Joaquín y santa Ana’ de Goya, en el Museo de Zaragoza

‘La Virgen con san Joaquín y santa Ana’ de Goya, en el Museo de Zaragoza

La institución recibe en depósito esta obra juvenil del pintor aragonés, dentro del marco de celebraciones por el 250 aniversario de su nacimiento. Esta pintura, fechada hacia 1774, se expone ya en la sala 19 junto a un dibujo preparatorio para el fresco de la Adoración del nombre de Dios.


El Museo de Zaragoza posee un conjunto de obras de Francisco de Goya muy sobresaliente formado por pinturas, estampas y un dibujo. De la veintena de óleos destacan algunas obras maestras como los retratos del rey Fernando VII y del Duque de San Carlos (1815) depósito de la Confederación Hidrográfica del Ebro, o la pareja de miniaturas con las efigies de Javier Goya –el único hijo superviviente de don Francisco– y de su esposa, Gumersinda de Goicoechea (1805).

Para conmemorar el 275 aniversario del nacimiento de Goya en Fuendetodos el Museo de Zaragoza ha incorporado en calidad de depósito temporal a la colección permanente una obra maestra juvenil de Goya, La Virgen con san Joaquín y santa Ana. Se trata de un óleo sobre lienzo que mide 96,6 x 74,7 cm propiedad de una colección privada española. Este préstamo ha sido posible gracias a la cortesía de la Galería Caylus de Madrid. Fue publicado por el profesor Fernando Tabar en 2011 en esta misma revista (número 11), cuyo estudio lo dató hacia 1774.

La pintura se expone en la sala 19 del museo, una de las tres dedicadas a la obra del autor de los Disparates en la planta principal de la institución. «La obra realiza un diálogo perfecto enfrentada con el dibujo preparatorio para la cabeza de un ángel del fresco de la Adoración del nombre de Dios (1772) pintado en el coreto de la Basílica del Pilar. Es una de las joyas de la colección del museo y también uno de los dibujos más antiguos conocidos del de Fuendetodos», afirma Isidro Aguilera, director del museo.

En la pared contigua, al otro lado del arco de ingreso a la sala 20 se encuentra la copia que elaboró Goya de la Muerte de san Antonio abad (hacia 1772), ejecutada por el italiano Corrado Giaquinto en la iglesia de San Giovanni Calibita de Roma. «La tela ahora incorporada al museo constituirá una de las novedades de la próxima remodelación total de las salas 17 a 20, donde se expondrá la pintura del siglo XVIII y de Francisco de Goya» en la que trabaja el centro para cerrar el año Goya en 2022.

Francisco de Goya. La Virgen con san Joaquín y santa Ana. 1774. Óleo sobre lienzo. 96,6 x 74,7 cm. Colección particular. Fotografía: Imagen M.A.S.

La Virgen con san Joaquín y santa Ana es una extraordinaria pintura en relación directa con el más temprano ciclo pictórico mural del maestro de Fuendetodos: el conjunto sobre la vida de la Virgen para la iglesia de la cartuja de Aula Dei cerca de Zaragoza (hacia 1772-1774) cuyo inicio emprendió el mismo año del fresco del coreto del Pilar. Las similitudes formales que se establecen con un conjunto de obras originales del joven Goya hacen de esta pintura uno de sus primeros y seguros autógrafos.

Vista de la sala donde se expone "Virgen con san Joaquín y santa Ana" de Goya en el Museo de Zaragoza. Fotografía: José Garrido.

La obra de la Santa Parentela podría haber sido dedicada a un pequeño oratorio privado pero también cabe la hipótesis de que se trate de un modelo o de la versión de una pintura mayor no llevada a cabo. La sencilla y equilibrada composición disimulan un buen estudio de la iluminación de las figuras y de sus rostros, del modelado de los ropajes de su respectiva indumentaria, de la riqueza del colorido y de la rotundidad clásica de los personajes destacados sobre un sencillo fondo celestial dorado y presentados sobre un escalón (como en las grandes escenas de Aula Dei).

La cronología establecida para este lienzo posterior al viaje a Italia –del que regresó en otoño de 1771– no debe enfocar toda la capacidad creativa de Goya sobre las enseñanzas recibidas italianas. En cambio, la pintura muestra, por ejemplo, en el uso de la iluminación y de la composición de los ropajes la indudable influencia de su primer maestro reconocido, José Luzán, y de toda la cultura pictórica napolitana aprendida en su taller. Ricardo Centellas Salamero