La retrospectiva que Aix-en-Provence le debió siempre a Cézanne

La retrospectiva que Aix-en-Provence le debió siempre a Cézanne

La ciudad natal del artista quiere compensar el olvido con una gran muestra en el Museo Granet, que reúne 130 piezas entre naturalezas muertas, retratos y paisajes. Entre ellas se encuentran Los jugadores de cartas prestado por el Orsay o la copia de El beso de la musa de Félix Nicolas Frillié que conserva el Granet entre sus fondos. 

Paul Cézanne. 'El mar de L'Estaque' (1878-1879). Óleo sobre lienzo. 72,8 x 92,8 cm. Francia, París, Museo Nacional Picasso-Paris, Donación Picasso, 1978. Pablo Picasso Collection.

Cézanne acecha en cada esquina de Aix-en-Provence: hay calles con su nombre, una escuela, un cine… ¡hasta un sándwich! Perder de vista al llamado “padre del arte moderno” en su ciudad natal es casi imposible, pero la propia Aix lo hizo durante varios años después de su muerte.

Cuando su viuda, Hortense, ofreció varias pinturas al Museo Granet, el escultor Henri Pontier –entonces conservador de la pequeña pinacoteca y director de su escuela de dibujo– declaró que las pinturas del artista entrarían en la galería solo sobre su cadáver.

Leyenda o no, esta condena perduró hasta el punto de que las únicas obras que se conservaron en el museo –hasta no hace tanto– fueron los pocos bocetos académicos y copias que el joven estudiante realizó durante su etapa de formación en la escuela de dibujo.

Este año, sin embargo, la localidad se ha reconciliado con el pintor y ha organizado todo un programa cultural dedicado a reescribir esa historia. Desde la gran exposición inaugurada en el Granet –que podrá visitarse hasta el 12 de octubre–, hasta la restauración y apertura al público de Jas de Bouffan, el caserón heredado de su familia.

Contar la vida de Cézanne sin la Provenza, sería como ignorar buena parte de su producción artística, ya que toda ella giró en torno al paisaje humano y natural de esta región del sur de Francia. Un claro ejemplo es la serie de 11 óleos y numerosas acuarelas que dedicó a la montaña Sainte-Victoire, una de las más famosas de la zona y uno de los ejes de su reflexión plástica hasta el final de sus días.

A pesar de la compleja dialéctica de sus relaciones familiares, el artista no salió de allí hasta cumplidos los 20 años, alentado por su profunda amistad con el escritor Émile Zola. La estación de Lyon recibió al artista en 1861 con un bullicio que aún mostraba la herencia de la Exposición Universal (1855). Dada la falta de correspondencia, se intuye que los primeros meses en París no fueron agradables para Cézanne.

Vivió en la capital francesa justo en el momento de gestación del Impresionismo. María Jesús Pacho, historiadora del arte en la Universidad del País Vasco, destaca de esta etapa: “Su formación cromática inicial tuvo como referencia a un Pisarro cuya pintura era decidida y más madura. No obstante, su actitud vacilante respecto al color era sustituida en su imaginario por los potentes desnudos de Courbert, los ricos empastes de Delacroix y la expresividad de las figuras de Daumier”.

Paul Cézanne. 'Montaña Sainte-Victoire' (1897). Óleo sobre lienzo. 73 x 91,5 cm. Suiza, Bern, Kunstmuseum Bern, Legs Cornelius Gurlitt, 2014. ©kunstmuseumbern.ch.

Este fue el origen de la ruta Aix-París, lleno de rechazos por parte de la capital que eran contrarrestados con la calidez que solo ofrece el lugar familiar. Tras exponer con los impresionistas en los años 1874 y 1877, y motivado por la muerte de su padre en 1886, se recluyó definitivamente en la Provenza. Además, la herencia que recibió le permitió dedicarse plenamente a la experimentación.

El pintor prefirió vivir y trabajar en la soledad de los paisajes de L’Estaque –donde hizo sus primeras marinas–, en Jas de Bouffan, a la sombra de Sainte-Victoire o en el refugio que se mandó a construir al final de su vida en Les Lauves.

Paul Cézanne. 'Pradera y granja de Jas de Bouffan' (ca. 1885-1887). Óleo sobre lienzo. 66 x 81,5 cm. Canadá, Ottawa, National Gallery of Canada, comprado en 1954 - Imagen: MBAC.
Paul Cézanne. 'La casa en Aix' (Jas de Bouffan) (1885-1887 ). Óleo sobre lienzo. 60,8 x 73,8 cm. República Checa, Praga, National Gallery Prague. ©National Gallery Prague 2023.
Paul Cézanne. 'La piscina de Jas de Bouffan' (ca. 1885–1886). Óleo sobre lienzo. 64,8 x 81 cm. Estados Unidos, Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, Bequest Stephen C. Clark, 1960. ©The Metropolitan Museum of Art.
Paul Cézanne. 'Las bañistas' (ca. 1899-1904). Óleo sobre lienzo. 51,3 x 61,7 cm. Estados Unidos, Chicago, The Art Institute of Chicago, Amy McCormick Memorial Collection. ©Art Institute of Chicago.

Fue en la Provenza donde construyó una narrativa icónica y realizó algunas de sus composiciones más conocidas como Los jugadores de cartas (1893-1896), cuadro prestado por el Museo de Orsay, Las grandes bañistas (1906) o Montaña Sainte-Victoire (1904), ubicados en el Philadelphia Museum of Art.

Cézanne convirtió la naturaleza provenzal en el objeto de sus experimentaciones formales y cromáticas, desarrollando todo un lenguaje visual al que fue fiel hasta el final de su vida. Más de un siglo después, su ciudad natal convierte a Cézanne en el centro de su relato, devolviéndolo una vez más a su añorado hogar. Nerea Méndez Pérez

Paul Cézanne. 'Los jugadores de cartas' (1893-1896). Óleo sobre lienzo. 47 x 56,5 cm. Francia, París, Museo de Orsay, Bequest Isaac de Camondo, 1911. ©Museo de Orsay.