La historia del selfi: del primer daguerrotipo al Curiosity en Marte

La historia del selfi: del primer daguerrotipo al Curiosity en Marte

El 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía. Para conmemorarlo, hacemos un repaso por la historia de las autofotos, una técnica que, si bien parece reciente, se practica casi desde los inicios de esta disciplina.

En 2013 WordReference elegía el término selfie como la palabra del año, debido a un aumento del 17.000% de su uso durante aquellos 12 meses. Un año después, la FundéuRAE –Fundación del Español Urgente de la Real Academia– la escogía también, aunque españolizada como selfi.

La popularización de los teléfonos móviles con cámara frontal trajo consigo la revolución de este tipo de fotos, en las que quien realizaba la toma por fin podía ser también protagonista de ella (viendo además el resultado en tiempo real desde la pantalla). Poco a poco, la técnica se fue perfeccionando, añadiendo elementos extra, como el palo diseñado para tomar la fotografía desde lejos, de modo que pudieran aparecer más personas o incluso el paisaje de fondo.

Sin embargo, el fenómeno de las autofotos es tan antiguo como la fotografía misma, aunque sin duda los avances tecnológicos hayan facilitado mucho la logística necesaria a la hora de tomarlas.

Aunque existe cierta controversia por el modo en la que fue tomada –ya que se utilizó un espejo, mientras que los selfis suelen hacerse estirando el brazo y apretando el disparador en esa posición–, tradicionalmente se considera que la primera autofoto de la historia se la sacó Robert Cornelius, que se suele considerar también una imagen pionera del retrato norteamericano.

Se trata de un daguerrotipo, que tarda unos minutos en fijarse, por eso Cornelius aparece serio, ya que es muy complicado mantener una sonrisa durante tanto tiempo sin mover el rostro y, en consecuencia, arruinar la toma.

El primer selfi de la historia, de Robert Cornelius. 1839.

Esta imagen que haría historia, tomada en el estudio familiar en 1839, fue capturada con una cámara a la que el propio autor había hecho ciertas variaciones. Su ingenio y sus conocimientos en química hicieron que trabajara durante años para perfeccionar la técnica del daguerrotipo, hasta que abandonó el mundo de la fotografía cuando vio que otros autores comenzaron a abrir sus estudios, porque creyó que la competencia volvería el negocio mucho menos lucrativo.

El selfi tomado en Estudio Marceu. 1920. Museo de la Ciudad de Nueva York.
Vivian Maier. 1955.

Para encontrar el primer selfi tal y como lo conocemos hoy en día, habría que esperar hasta 1920, cuando aparece una autofoto grupal protagonizada por cinco fotógrafos de la compañía Byron tomada desde la azotea del estudio Marceau, en Nueva York.

Para entonces, los equipos se habían modernizado lo suficiente como para poder capturar imágenes sosteniendo la cámara en las manos, tanto por la disminución del tamaño y el peso, como por el recorte de los tiempos de exposición.

En la imagen, que si no fuese por el atuendo de los retratados podría pasar por una escena mucho más contemporánea, aparecen el fundador de la compañía, Joseph Byron, junto a Ben Falk Pirie MacDonald, el coronel Marceau y Pop Core. Algunos fueron inmortalizados mirando a cámara, mientras otros no pueden evitar fijarse en el disparador.

Además, existe una toma en la que puede verse a los protagonistas desde fuera, demostrando que, si bien las cámaras habían reducido considerablemente su tamaño, todavía debían ser sujetadas entre dos personas para tomar este tipo de instantáneas.

Poco a poco, a medida que la disciplina se fue desarrollando y que las cámaras de uso doméstico más baratas llegaron a los hogares, se fue popularizando este tipo de instantáneas. Eso hace que hayan llegado hasta nuestros días muchos ejemplos anónimos de la primera mitad del siglo XX, a menudo tomas sencillas capturadas en espejos.

Otra vista del selfi tomado en el Estudio Marceau. 1920. Museo de la Ciudad de Nueva York.
Vivian Maier. 1955.

Si hay una artista que destacó por su cantidad y calidad en este tipo de fotografías tomadas sobre superficies reflectantes es, sin duda, Vivian Maier (1926-2009), la fotógrafa-niñera cuyo imponente archivo se descubrió después de su fallecimiento. Aunque existen también selfis suyos en espacios interiores como el baño de su casa, la mayoría fueron tomados en la calle, en espejos que encontraba durante sus paseos o mientras desempañaba sus trabajos de niñera.

En ellos, a menudo su silueta se confunde con el resto de superficies que se reflejan en el espejo: las calles de la ciudad, los coches, las personas que se encuentran dentro de los locales en cuyos escaparates se retrata la artista… Se trata, en cierto modo, de exposiciones múltiples, pero logradas en una sola toma.

Maier practicó esta técnica en su juventud, pero cuando falleció en 2009, el selfi actual entraba ya en su apogeo. La artista no pudo ver cómo, en 2013, la celebrity Paris Hilton afirmaba que fueron Britney Spears y ella quienes lo inventaron, autorretratándose juntas en el 2006. Pero seguramente esa ocurrencia le habría arrancado una pequeña sonrisa.

Si bien Hilton no inventó el fenómeno que arrasa ahora en Redes, aquellas imágenes a las que se refería sí son un buen ejemplo de lo que supondría el selfi a partir de la década de 2010. Y aunque sigue habiendo fotógrafos que se hacen autorretratos utilizando espejos de manera artística –como Ziquian Liu–, en general este tipo de imágenes se ha convertido en una forma de dar testimonio de lo que se hace, dónde se está y con quién en cada momento.

De hecho, algunos de los ejemplos más famosos –como el de los Premios Oscar de 2014, el del astronauta japonés Akihiko Hoshide en el espacio o los que robots como el Curiosity tomaron de sí mismo en Marte– son muestras de ello. Aquí lo que destaca son los lugares insólitos en los que fueron capturados o las personas influyentes que aparecen, no tanto la intención estética.

Este cambio se debe, sobre todo, a que los avances técnicos han hecho concebir la fotografía de otra manera: las tomas son ilimitadas, se pueden capturar imágenes con aparatos diminutos que nos acompañan continuamente y realizar retoques o correcciones de forma mucho más sencilla.

Además, a menudo no suele ser tan importante la calidad, pues tienen un cierto aire casero, improvisado. Puede que alguien salga mal, que una persona del grupo se mueva o que el fondo no sea nítido, pero no importa sí, en términos generales, se ve con quién estás y dónde.

Quizá este planteamiento no esté tan alejado del de los primeros selfis, a pesar de las grandes diferencias que separan a unos de otros.Al fin y al cabo, ¿no pretendían, los fotógrafos de Byron tomar una instantánea divertida e insólita cuando se inmortalizaron en aquella azotea? ¿No estaba Vivian Maier dejando testimonio de los lugares por los que paseaba? ¿Para qué, si no es para mostrar su vida cotidiana, se tomarían una instantánea de sí mismos, un día cualquiera, en el interior de sus hogares? Sofía Guardiola

El famoso selfie de Hollywood de 2014.
Fotografía de Ziqian Liu perteneciente a la serie "Acceptance and isolation".
Selfie tomado en Marte por el Curiosity en 2019. NASA.