La Galería de las Colecciones Reales abre sus puertas
Desde ayer 2.800 visitantes diarios pueden visitar La Galería de Patrimonio Nacional. Veremos cómo van fluyendo las masas en ese parque temático que ya es la explanada del Palacio Real. Tampoco sé decir si las 650 piezas con que La Galería se ha inaugurado son muchas o pocas. TEXTO: Fernando Rayón.
Cuando se pensó en las colecciones que podían integrar este museo, la primera propuesta implicaba el traslado a Madrid de las piezas más importantes de cada sitio real. Con buen criterio finalmente se decidió que no merecía la pena desnudar a un santo para vestir a otro.
Rotarán los tapices, libros, grabados y dibujos por motivos lógicos de conservación y eso permitirá que otras obras los sustituyan. Así, salvo raras excepciones –la Fuente del Águila de los Doria o el Monumento de Jueves Santo de Ventura Rodríguez– las obras irán rotando para poder exponer los miles de piezas que Patrimonio Nacional conserva.
La división en tres plantas, de arriba abajo: Austrias, Borbones y siglo XIX y XX con la exposición temporal de los carruajes, resulta perfecta. Aunque hay algunas dudas. Parece corta la etapa medieval y la representación de los Trastámara y los Reyes Católicos.
Los Austrias están mejor servidos e incluyen sorpresas como el Cristo Crucificado de Tiziano. Asombra también la buena iluminación de la miniatura del Conde duque de Olivares y del Caballo de Velázquez, lo que contrasta con la pésima ubicación y luz de la Salome de Caravaggio. Una pena.
No se pierdan en la planta de los Borbones el Ecce Homo y la Dolorosa de Francesco Solimena; ni los Paret que han salido de vaya usted a saber dónde. Y otra de las sorpresas, junto a la cómoda Gasparini comprada hace poco más de un año, es la presencia de los dos cuadritos de la Fabricación de la pólvora y la Fabricación de balas de Goya procedentes del Palacio de La Zarzuela.
En la planta tercera llama la atención el escaso espacio –una sucesión de imágenes en un panel– destinado a la etapa republicana, franquismo y restauración de la democracia. Eso sí: Pedro Sánchez aparece en varias imágenes.
Se echan de menos explicaciones complementarias y árboles genealógicos. Y quizá algún préstamo del Prado. Porque, como el Prado, este museo también es de todos.