La exploración audiovisual de Barbara Kruger en el Guggenheim Bilbao
La artista conceptual norteamericana Barbara Kruger (Newark, Nueva Jersey, 1945) será hasta el 9 de noviembre protagonista de una exposición ambiciosa, Barbara Kruger Another day. Another night, organizada por el Museo Guggenheim Bilbao. La muestra, en la que ha tenido mucha relevancia el criterio de esta creadora, abarca más de de cuatro décadas de un trabajo que gira en torno a las imágenes, el lenguaje y el poder. Comisariada por Lekha Hileman Waitoler, conservadora del Guggenheim Bilbao, cuenta con el patrocinio de Occident.
Esta exposición de Kruger en el Guggenheim Bilbao, casi una retrospectiva por el concepto, es la primera panorámica exhaustiva en España, no solo por la importancia de las piezas presentadas sino por el arco cronológico contenido, que empieza en la década de los años 70 y llega hasta la actualidad. Una continua exploración desde sus primeros años analógicos hasta la era digital que estamos viviendo, siempre atenta a la comunicación de masas y a lo que esta suscita en la sociedad.
Miren Arzalluz, directora general del Museo Guggenheim, afirmó durante la presentación que la artista ha colaborado activamente en todo el proyecto y diseño de montaje de la exposición, y señaló que el resultado nos ayuda a tomar conciencia de las estructuras de poder. Las dimensiones de sus piezas ofrecen una reflexión crítica sobre aspectos de nuestra realidad. Y en ellas también se observa cómo la mayor parte de ellas están conectadas con la actualidad porque como Kruger dice y nos recuerda la directora: “el lenguaje tiene un poder increíble que nos define».
Por su parte, Pablo Sampedro, director de Negocio Institucional y Online de Occident, patrono y patrocinador de la exposición, subrayó que desde su empresa quieren seguir apoyando proyectos como este y acercarlos a la ciudadanía.
Por último, la comisaria y conservadora del Museo, Lekha H. Waitoller, mencionó que conoció a la artista hace siete años y eso le permitió reflexionar sobre su obras. Y destacó varias cosas de Kruger: su capacidad para captar la atención y acercar su obra a la actualidad; su forma de repensar creaciones de hace tres o cuatro décadas; su habilidad para encontrar las palabras precisas para denunciar cosas como el abuso de poder, la desigualdad de género y hacerlo de un modo universal; y luego que sus obras inmersivas siempre tienen una intención intelectual. Respecto a la obra site specific que ha elaborado para el Guggenheim Bilbao Sin Título (Camino), 2025, dijo que ha integrado frases en tres idiomas; euskera, castellano e inglés y lo que esto significa en el contexto español y del País Vasco. Y añadió que muchas partes de la exposición recogen influencias de la literatura y el pensamiento con guiños a Kafka, Poe, Orwell, Virginia Woolf, Roland Barthes o James Baldwin, entre otros. Su obra se caracteriza por una propuesta de mensajes genéricos pero plenamente actuales.
La artista norteamericana lleva planteando al público desde hace cinco décadas un reto constante: la toma de conciencia de las estructuras de poder que han ido dando forma hasta hoy a nuestras identidades, creencias y deseos. Una de sus señas de identidad en fotografías es el uso de tipografías en torno a esas imágenes, en las que yuxtapone textos con gran intención en formatos monumentales.
Su lenguaje visual está inspirado en los medios de comunicación que le sirven para reflexionar de un modo crítico a lo que acontece. Barbara Kruger usa el lenguaje publicitario, aunque subvirtiendo la intención del mismo, dado que su trabajo expone los mecanismos de persuasión, consumo y control que impregnan la vida contemporánea.
Su singularidad estética tiene sus raíces en su previa experiencia profesional como diseñadora gráfica, especialidad desarrollada en el sector editorial y como editora gráfica en revistas como Mademoiselle y House & Garden. En dicha labor aprendió a captar la atención del público general y especializado por su claridad compositiva y la información visual que mostraba. Todo ese proceso forjó una habilidad para ahondar en los mecanismos de persuasión visual.
Su interés por innovar le llevó a trabajar con varias tipografías: sin serif, Futura Bold y Helvetica Ultra Compressed, que hacían más fácil la lectura y elevaban el impacto visual. Pero sobre todo le sirvieron para reflejar unas señas de identidad propias. Sus primeras paste-ups (obras fotográficas en blanco y negro con texto) surgieron de la citada experiencia como diseñadora y sentaron unas bases conceptuales de sus posteriores instalaciones a gran escala. Para ella el lenguaje no solo es contenido sino también forma, un elemento visual tan cargado como cualquier imagen.
Barbara Kruger. Otro día. Otra noche permite a los visitantes ir conociendo la evolución artística de la creadora norteamericana en el Guggenheim , donde en ese entorno van convergiendo sonido, texto y arquitectura para integrar todo en torno al lenguaje del poder. Además de sus composiciones de hace más de cuatro décadas con sus originales paste-ups se han incluido algunas piezas digitales y de video recientes que amplían con las nuevas tecnologías su alcance formal para los sentidos.
El recorrido se inicia con una obra reveladora de 1987, Sin título (I shop therefore I am), serigrafía fotográfica sobre vinilo que luego reimaginó en 2019 con una instalación LED a gran escala, con animaciòn y sonidoi. Y se va transformando con distintas variaciones a I shop therefore I hoard (Compro, luego acumulo); I need therefore I shop (Necesito, luego compro); I love therefore i need (Amo, luego necesito) y así sucesivamente, en un juego filosófico sobre consumo e identidad, reflexión muy actual, y donde no faltan referencias a pensadores y escritores.
Sus obras se nutren de diferentes fuentes, desde discursos políticos a esloganes pasando por la religión o las glosas que nos encontramos en Internet, y a partir de ellas Kruger reflexiona sobre aspectos que inciden en nuestra vida, Y lo hace con mordacidad para estimular la crítica que quien los contempla. Es capaz de sintetizar muchas de las tensiones políticas y culturales de la actualidad como por ejemplo en Forever, donde introduce un texto de George Orwell: «Si quieres hacerte una idea de cómo seré el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano… incesantemente», que enlaza con muchas de las preocupaciones actuales.
Barbara Kruger ha creado una obra este mismo año para la exposición en el Guggenheim Bilbao, Sin título (Camino), que hace referencia al paisaje lingüístico de Bilbao y que sirve de hilo conductor visual que conecta las diferentes salas donde se exhiben las obras a partir del Atrio central del Museo. En esta pieza reivindica la importancia que ella confiere a la lengua como símbolo de los matices de una comunidad.
Un cuidado montaje durante todo el recorrido permite ir desvelando una serie de conceptos en torno al consumismo, el deseo, la ciberseguridad, la verdad y la posverdad. Y en esa última sala nos vuelve a dejar mensajes ambiguos en torno a la censura y la autocensura, el nacionalismo. Hay una denuncia clara en una propuesta titulada Nuestra gente, en la que Kruger nos hablan de nosotros y ellos, algo plenamente actual que nos interpela ante el reto de las migraciones.