Últimos días de la ‘escala humana’ de La Ribot en Alcalá 31
La sala de exposiciones de la CAM en Alcalá 31 apura los últimos días de una exposición dedicada a La Ribot, un proyecto multidisciplinar que ha aunado obras plásticas, videos y perfomances que nos acercan al universo de La Ribot (Madrid, 1962), coreógrafa, bailarina y artista.
Como indica su título, A escala humana subraya el papel clave que desempeña el cuerpo humano en la práctica de La Ribot: el cuerpo escenificado, el contacto entre cuerpos, la relación del cuerpo con su entorno espacial y arquitectónico, la huella del cuerpo en los objetos o la memoria de los gestos en vídeo o fotografía. La noción de escala también es determinante, ya que las obras se conciben y producen desde y con el cuerpo de la artista o de los intérpretes. Se han reunido una selección de piezas producidas a lo largo de más de veinte años.
Acompañada por los intérpretes de La Ribot Ensemble, un núcleo de colaboradores recientes y veteranos, la coreógrafa ofrecerá seis semanas de representaciones en el espacio expositivo de la Sala Alcalá 31. Una oportunidad única para descubrir creaciones emblemáticas de su repertorio, además de una pieza concebida especialmente para la exposición.
Las instalaciones Walk the Chair (2010), Walk the Bastards (2017) y Walk the Authors (2018 – en curso) se presentan juntas por primera vez. A las sillas de estas tres piezas se añade ahora una veintena de nuevas sillas, conformando en la actualidad una gran familia de más de 90 sillas pirograbadas.
A imagen de las sillas —“usadas, muy usadas, en donde miles de personas se han sentado para ver películas en los cines de verano, para celebrar bodas y bautizos, para contemplar a otras personas, o para leer” (La Ribot)—, la exposición está poblada también de objetos y materiales pobres, gastados y frágiles, con los que La Ribot siempre ha tenido una relación afectiva.
A pesar de que su realización esté separada por casi veinte años, en los vídeos Despliegue (2001), Cuarto de Oro (2008) y ROJO (2020) La Ribot sigue explorando su concepto de “cuerpo operativo”: un único plano secuencia rodado cámara en mano. A través de este dispositivo, la artista muestra universos fragmentados y trata de transmitir la experiencia de la danza. Así, por ejemplo, en Cuarto de Oro, un vídeo en que la danza viva se impregna de reminiscencias, casi puede escucharse el latido del corazón de la célebre artista flamenca Cristina Hoyos.
La composición de polaroids Otra Narcisa (2003) y los cuadernos de trabajo expuestos en la primera planta permiten recorrer más de treinta años de trabajo de La Ribot. La artista invita a los espectadores/visitantes a adentrarse en un viaje al corazón de sus archivos y de su proceso creativo.