Goya y Fabelo: dos mundos que se encuentran en el Conde Duque
La Fundación Ibercaja une en esta muestra a dos artistas que, a pesar del tiempo y el espacio geográfico que separa sus contextos, cuentan con trabajos similares y afines, inspirados en la parte más violenta del ser humano.
Dos siglos, cuatro años y el océano Atlántico separan la obra de Franciso de Goya y la de Fabelo. Sin embargo, ambas tienen muchos puntos en común: un lenguaje grotesco basado en la representación del horror y una crítica a la crueldad que el hombre es capaz de ejercer. Lo peor de la condición humana aparece en el trabajo de estos dos artistas, por eso la Fundación Ibercaja les ha unido en la exposición Mundos. Goya y Fabelo ubicada en Centro Conde Duque.
En el caso de Goya, se ve representado con las series completas de Los desastres de la guerra –una primera edición perteneciente a la institución aragonesa– y Los Caprichos –una quinta edición propiedad de Marisa Oropesa, una de las comisarias–, sumando ambas un total de 260 aguafuertes.
Torturas, supersticiones y el autorretrato del artista con la famosa cita «El sueño de la razón produce monstruos» acompañan al cubano Fabelo en la primera exposición monográfica que realiza en nuestro país. Él, por su parte, muestra un total de 13 obras, entre las que se encuentran unas enormes cucarachas con cabeza humana inspiradas en La metamorfosis de Kafka, enormes dibujos en papel kraft con gestos extravagantes y varios tótems en los que enormes ollas de cocina se combinan con objetos tan dispares como balas o cabezas de ángeles.
Se trata, en definitiva, de dos formas de hablar de la devastación de cualquier conflicto armado. Asimismo demuestran, «que son las armas las que han avanzado, pero el corazón y el alma humana siguen siendo los mismo», según Marisa Oropesa.
Esta similitud no es en absoluto casual. Fabelo explicó durante la rueda de prensa que, de niño, le regalaron un libro del artista aragonés justo cuando comenzaba a sentir la necesidad de dibujar continuamente, en todas partes. Para él, el pintor de Fuendetodos ha sido, más que un maestro, un ángel guardián, pues siente que su obra se cobija bajo el ala del trabajo de Goya, a su amparo. Por eso le alegra y enorgullece ver las obras de ambos compartiendo espacio en el madrileño Centro Conde Duque, en el que la muestra podrá contemplarse hasta el próximo 30 de julio. Sofía Guardiola