El programa paralelo de Perú es un relato de más de 2000 años”, sostiene Fietta Jarque
Este año Perú es el país invitado a la nueva edición de ARCO y además de su presencia en la sede de la feria va a desarrollar un importante programa paralelo, coordinado por Fietta Jarque, periodista y crítica de arte durante más de 25 años en El País, así como comisaria y autora del libro Cómo piensan los artistas, que incluía 50 entrevistas con creadores contemporáneos. Ahora nos desvela lo más relevante del ambicioso programa paralelo que tendrá a su país como eje, con 14 exposiciones y otras 18 muestras de artistas peruanos que expondrán sus obras en Madrid.
¿Cuál es el objetivo principal del programa paralelo que han preparado para acercarnos a la cultura peruana fuera del recinto ferial?
Creo que en España se conoce muy poco de la cultura peruana. A la mayoría solo le suena algo Machu Picchu y, ahora, el cebiche. Incluso sobre la antigüedad solo se ha oído de los incas cuando antes de ellos hubo culturas de una riqueza y evolución fascinantes. El programa de exposiciones en Madrid se desarrolla por eso como un relato que se remonta dos mil años y llega al arte contemporáneo con todas las referencias que los artistas peruanos actuales hacen de su historia y particularidades sociales respecto al arte.
¿Cuántos artistas participan y cuánto público esperan atraer con todo el proyecto?
Aparte de las exposiciones previstas (14) hay previstas muestras de artistas peruanos. En total habrá representados unos 120 artistas. Se espera que todas ellas atraigan alrededor de un millón de espectadores.
¿Con qué apoyo institucional y privado han contado para la organización de las doce exposiciones y otros eventos?
En Perú no ha habido mucho apoyo a las artes por parte del Estado, esta es la primera vez que se apoya una iniciativa de esta envergadura en el extranjero. Se han hecho cargo del programa en esta ocasión el Ministerio de Cultura, el de Relaciones Exteriores y PromPerú. Por eso ha sido fundamental el apoyo de instituciones privadas o semi como el Museo de Arte de Lima (MALI) o el de coleccionistas peruanos importantes, como Jan Mulder y Eduardo Hochschild, e incluso el de Ella Fontanals, de origen cubano, con una exposición de arte peruano como preámbulo al Museo de Arte Latinoamericano que prevé tener en Madrid.
Podríamos calificar de una mirada transversal en el tiempo a la cultura peruana desde la antigüedad con las culturas preincaicas hasta la contemporaneidad, pasando por el período virreinal, las vanguardias del siglo XX y lo emergente en el siglo XXI
Prefiero decir que la programación de desarrolla como un relato y hasta recomendaría ver las exposiciones en orden cronológico. De esa manera se entienden y captan mejor las referencias actuales a claves estéticas del pasado. Hay que tener en cuenta que en Perú no hay museos con pintura europea original y los artistas no pueden verla si no viajan a Europa o Estados Unidos. Los museos con obra original que se ven allá son en su mayoría arqueológicos. Eso no es necesariamente una desventaja sino el desarrollo de una expresión con muchas referencias a su propio pasado, sin descuidar los lenguajes del arte contemporáneo internacional. Creo que eso hace este panorama más interesante para el espectador español.
En las exposiciones se abordan todos los formatos y disciplinas artísticas. ¿Qué destacaría de las mismas? Por ejemplo de la cultura Nasca
Imaginen un desierto hace dos mil años a unos kilómetros en la costa al sur de Lima. Ahí una antigua civilización trazó unos dibujos sobre la arena de kilómetros de extensión que solo se pueden ver desde el aire, o desde la altura. Son las famosas Líneas de Nasca. Esa gente desarrolló su arte además a través de cerámicas profusamente decoradas con figuras en un estilo lleno de significados, también sus finos textiles con tintes que mantienen hasta hoy el color, tienen una calidad extraordinaria. La exposición en Espacio Fundación Telefónica usa también recursos tecnológicos como mapping y 3D para realzar la visita. Imperdible.
El Museo del Prado acoge una obra del siglo XVIII
La historia que muestra es una lección de historia, política, propaganda, drama, traición y alianzas estratégicas. El cuadro anónimo de la escuela Cuzqueña Matrimonios de Martín de Loyola con Beatriz Ñusta y de Juan de Borja con Lorenza Ñusta, versión del siglo XVIII, es la escenificación de la boda de conveniencia entre una princesa inca y el sobrino nieto de San Ignacio de Loyola, fundador de la orden jesuita. Él era un capitán español que había participado en la muerte del último inca rebelde, ella era sobrina de ese inca. Mediante ese matrimonio se certificaba antes el pueblo indígena la alianza entre los jesuitas y la nobleza inca, que seguía ejerciendo poder económico durante el virreinato. Se pintaron varias versiones de ese enlace y cada año se celebraba, al menos hasta antes de la expulsión de los jesuitas. Cada uno de los personajes representados es la expresión de una historia.
Son importantes las colecciones privadas como la Hochschild en la Real Academia de San Fernando y SinCrónicas de la Colección de Fundación Cisneros Fontanals Art Foundation
El papel del coleccionismo privado es fundamental para el arte peruano y latinoamericano en general. Por eso el esfuerzo y la propuesta de estas dos exposiciones sirven como referencia del arte contemporáneo de Perú y también de América Latina. La exposición en la Real Academia tiene como comisarios a dos prestigiosos nombres: la crítica y académica española Estrella de Diego y el venezolano, ex comisario de arte latinoamericano del MoMA de Nueva York, Luis Pérez-Oramas. Ellos hacen el ejercicio de insertar en la colección permanente de esa institución obras de artistas peruanos y latinoamericanos. ¿Por qué está ausente la América Hispana de la historia del arte español? Esa interrogante también la hacen desde la exposición SinCrónicas, en El Instante Fundación, como preparación al Museo de Arte Latinoamericano que han acordado hacer en Madrid, en el espacio de Tabacalera.
¿Sorprenderá Amazonías?
La propuesta de la exposición Amazonías puede ser la más novedosa del programa para el público español. En un siglo que nació sin movimientos artísticos se puede considerar que el arte amazónico contemporáneo puede constituir uno. Esta exposición agrupa una serie de miradas sobre la selva amazónica -más de la mitad del territorio peruano es selva amazónica-, a través de las cuales se abordan asuntos medioambientales, migraciones obligadas por explotaciones de petróleo, minerales y otros, minorías étnicas desprotegidas, etc. Participan artistas tanto peruanos como europeos e indígenas y lo hacen mediante obras en video o hechas sobre fibras naturales, pinturas que remiten a ritos chamánicos o a la sensualidad desbordada de las urbes amazónicas. A descubrir.
El Centro Conde Duque expone parte del programa videográfico
Buena parte de los artistas peruanos que trabajan o han trabajado con tecnologías han pasado temporadas en el extranjero o están radicados fuera. Video-translaciones. Miradas x espacios agrupa a algunos de los más destacados trabajos en este campo, lo que permitirá evaluar el pulso o las ensoñaciones que los motivan. Trece artistas bajo el comisariado de José Carlos Mauriátegui y Jorge Villacorta con piezas que evocan más a la sombra de la memoria que a la luz.
Y cómo no la fotografía en la Casa de América
La colección de Jan Mulder es quizá la más completa de fotografía peruana. En esta ocasión presenta un panorama de las últimas décadas en la que se aprecia la atención sobre el territorio y lenguajes refinados para la proyección de lo local en lo global. En Estratos de un paisaje (Casa de América), bajo el comisariado de Alejandro Castellote, la fotografía no se pone límites geográficos o políticos pero llama la atención sobre una serie de autores de diversas generaciones que renovaron este arte. Julián H. Miranda