Aunque algunos lotes importantes no encontraron comprador, buenas ventas de los óleos de Cristóbal Toral y César Manrique, y de los preciosistas Álvarez Catalá y Vicente de Paredes.
A casi nadie le extraña ya saber que una obra de un pintor poco conocido en nuestro país pero de origen filipino haya pasado de los 10.000 a los 25.000 euros en la última subasta. Pregunta en todo caso el nombre del pintor, pero ya no es noticia. Si contestan Zóbel o Luna, se entiende mejor, pero Félix Resurrección Hidalgo (1855-1913) es aún un gran desconocido en nuestro país. Y sin embargo, no deja de ser una buena venta.
Es lo que pasó con el Paisaje campestre (O/L/catón, 33 x 45,5 cm; 152) del pintor fallecido en Barcelona. Los teléfonos se dispararon, como viene siendo ya habitual en las salas cuando hay una pieza de estas características, y alguno en sala aún se preguntó quién era el autor de la pieza que subía y subía.
Algo similar sucedió, pero esta vez sin teléfonos, con el buen lienzo de Cristóbal Toral, Interior con figura de mujer al fondo (O/L, 63,5 x 80 cm; 204); buen tamaño, calidad de su mano pintando a finales de los años 70 o mediados de los 80, trastos en el primer plano, una puerta abierta en un lateral que muestra un pasillo con una figura iluminada al fondo… Como un homenaje velado (y simplificado) a las Meninas, con una calidad que se ve poco en las piezas más tardías de su mano. Eso debieron ver los coleccionistas que pujaron, y que elevaron su salida hasta tres veces: de 6.000 a 18.000 euros. Enhorabuena a la compradora que se lo adjudicó, por cierto.
Sigue habiendo interés también por la obra del canario César Manrique, pero menos de lo que cabría esperar… Se ofrecían dos obras muy matéricas, con buen tamaño y mejor precio, pero quizá las composiciones, con colores claros, no se contaban entre sus piezas más atractivas. El comprador, pagó las salidas: Escarmiento de tierra, 1977 (Tm/L, 131 x 164 cm; 190) por los 12.000 euros, y Elisa, 1989 (Tm/L, 100 x 75 cm; 192) por 6.000 euros. Ventas al fin y al cabo.
Llamaron la atención tres obritas, de calidad. El pastel con un atractivo Paisaje (12,5 x 20 cm; 195) de Carmen Laffón pasó en pocos segundos de 800 a 2.250 euros, mostrando una vez más el interés por estas piezas verdaderamente delicadas que tienen las marismas y el Coto de Doñana como telón de fondo. Interés similar, aunque menor, hubo por el pequeño lienzo de Bonifacio Alonso: Pastor, 2001 (38 x 45,5 cm; 193), con etiqueta de la galería Antonio Machón, pasó de 900 a 1.500 euros. Y lo mismo sucedió con la acuarela dedicada de Agustín Redondela, Paisaje de casas, 1979 (34 x 49 cm), que se fue de 450 a 1.300 euros. Menor, pero reseñable también: Picasso es español, 1998 (Tm/L, 81,5 x 65 cm; 26) de Patricia Gadea, subió también de 300 a 850 euros.
Pintura regionalista. Hubo también interés por la tabla con El paseo (31,5 x 50,5 cm; 169) de Ricardo Baroja, y así, las pujas se sucedieron de 3.000 hasta los 5.000 euros. En cambio, tampoco se vendieron esta vez ni los dos lienzos de Daniel Vázquez Díaz: Eva en La Pedriza (O/cartón, 94 x 73 cm; 157; 12.000 euros) ni el Retrato de María Guerrero (O/L, 110 x 75 cm; 158; 15.000 euros), ni los de Eugenio Hermoso: María (díptico) (O/L, 185,5 x 100 cm; 163; 40.000 euros) ni Fabia, Carmen o Melancolía, 1914 (O/L, 101 x 73 cm; 164; 20.000 euros). Costará que este tipo de piezas, más regionalistas, vuelvan al mercado a los precios de antaño, y por no su calidad…
Retrocedamos al siglo XIX. De Luis Álvarez Catalá se ofrecían dos lienzos típicos de la pintura preciosista finisecular, firmado ambos en Roma: Jugando al escondite, 1870 (O/L, 38 x 57 cm; 149), que se había comprado en Sotheby’s Londres en 2001 por 34.096 euros, subió ayer de 7.000 hasta 9.000 euros; en cambio, Flirteo durante la costura, 1880 (O/L, 41,5 x 56,4 cm; 150), por el que se pagaron 35.107 euros en 1999 en la misma casa, Sotheby’s Londres, con la misma salida de 7.000 euros, quedó sin comprador. Y es que son horas bajas, muy bajas, para este tipo de obra un tanto retardataria…
Algo similar ocurrió con Jardín de las Tullerías (O/L, 72 x 90 cm; 151), de Vicente de Paredes: subió también de 5.000 a 7.000 euros –siempre hay interesados cuando las obras tienen un buen precio-, pero se había comprado en noviembre de 2001 en Sotheby’s Londres por 22.999 euros…
En pintura antigua sobresalió la venta de Juan I de la Abadía (activo 1470-1500), cuya tabla con Pentecostés (54 x 80 cm; 114) subió de 7.000 a 9.000 euros; en mayo pasado, se había ofrecido en Balclis, pero la salida por 14.000 euros fue claramente excesiva.
Nos quedamos, eso sí, con la pena de que la casa no encontrase comprador para su pieza más importante en esta licitación: el atractivo San Francisco de Paula, 1640 (O/L, 74,5 x 61 cm; 123), firmado por José de Ribera, por el que pedían 150.000 euros… Daniel Díaz @Invertirenarte