Eva Lootz, ríos y volcanes en el Reina Sofía
El museo madrileño expone el universo creativo de la artista austriaca, afincada en España, a raíz de su reciente donación de obras. La muestra estará abierta al público hasta el 2 de septiembre.
Eva Lootz, tras su llegada a España en los años 70 comenzó una etapa creativa donde el proceso de creación era tan importante como el resultado, y donde experimentó para ir componiendo una serie de obras que la situaron como una de las pioneras de nuestro arte contemporáneo.
Debido a ello, Manuel Segade, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, ha querido programar, en la primera ocasión que le ha brindado el calendario desde que fuera elegido como director del museo, esta muestra tiene como eje las obras entregadas por la artista al Reina Sofia. Además de esa donación y, a pesar de la edad de la creadora, la artista sigue teniendo mucha vitalidad, ya que se ha comprometido a dejar más obra futura a nuestro primer museo de arte contemporáneo.
La exposición “Hacer como quien dice: ¿y esto qué es?” alude a su forma de entender el mundo, a su manera de acercarse a lo que le llama la atención de forma genuina y sin prejuicios. Algo representativo dentro del arte de Lootz que también se puede visitar en otras salas que están exponiendo su trabajo como la de Alcalá 31 de la que también escribimos en ARS.
El comisario Fernando López ha podido disfrutar de muchas horas de conversación con Eva Lootz, a la que admira profundamente, según comentó en la rueda de prensa de presentación. Su intención ha sido adentrarnos en los diferentes temas que abordó desde que la artista llegó a España. Entre ellos están el lenguaje, la pérdida, el agua y la hidrografía o el papel de la mujer y la feminidad. Estas materias son recogidas en 13 salas, que incluyen algunas obras que no se habían expuesto antes en Madrid y otras que se han restaurado o revisado para esta ocasión.
El recorrido es un viaje sensorial y experimental en el cual podemos encontrar todo tipo de creaciones: fotografías, esculturas, grabados o videos de la artista, con las que nos introduce en los diferentes temas. La idea no ha sido organizar una retrospectiva sino un trayecto donde lo que importa no es su evolución sino sus líneas de trabajo.
Los eclécticos espacios, con piezas de toda índole, se cohesionan tanto por la temática como por las salas de grabados donde se exponen algunos trabajos inéditos sobre las líneas argumentativas en los que trabajó la austriaca. Además de ello, podemos observar algunos motivos habituales que se van repitiendo a lo largo del recorrido como zapatos, suelas, manos, pies, o lenguas. Estos elementos aparecen al principio del trayecto para ir apareciendo de manera salpicada hasta el final del mismo.
Como en muchas de las exposiciones de Eva Lootz hay que tener cuidado por donde pisas, ya que sus obras cuelgan a diferentes alturas, pudiendo ser completadas por distintos materiales que decoran el suelo para completar el significado de las mismas. En este caso, podemos observar por ejemplo cisco de carbón que cae de unos embudos de metal que sujetan 10 manos talladas en bronce. Esta creación es llamada Endless task, y alude a la preocupación de la artista por la historia y el papel de la mujer en el aspecto productivo.
Hay que destacar también la inmensa estancia con 24 fotografías en blanco y negro sobre temas líricos y teatrales que reivindican el error como vía para la creación. Y la dedicada a la lengua de los pájaros. En ella no hay nada para observar, solo surgen sonidos de aves comunicándose entre sí, con ello experimentamos los límites del lenguaje, en este caso del ser humano con el mundo animal. Algo muy habitual en la obra de la artista y una temática que exploramos a través de diversas creaciones durante el paseo por la diferentes salas.
Por otro lado, también encontramos textos escritos por la artista en los que ahonda en sus particulares modos de hacer. Son muy reveladores para comprender mejor los procesos que ella sigue a la hora de crear lo que vamos percibiendo a medida que avanzamos por el recorrido.
En definitiva, esta muestra situada en la planta uno del Edificio Sabatini es la vía para poder captar las pulsaciones de esta singular artista, a través de las donaciones que ella mismo ha hecho a la institución dirigida por Manuel Segade. Una vez más, dentro de las exposiciones que se han organizado en torno a su obra, se puede colegir su afán por la experimentación y su apuesta por acercar al público una obra original que no deja a nadie indiferente. Roberto Ponce López