El Zóbel de 1959 de Segre vuela a casi 320.000 euros
En la cita del 2 de julio destacaron también las ventas de un lienzo de Isabel Quintanilla y de un grabado de Manolo Valdés
La venta en Segre del cuadro de Fernando Zóbel, su Cerf-en-ciel #250, (O/L, 70 x 100 cm; lote 370), fechado en 1959, procedente de la colección del Marqués de Magaz, de Madrid y publicado en el razonado de de la Torre y Pérez Madero (núm. 59-9 (250), pág. 161), había levantado gran expectación, como correspondía a una obra que podía superar con facilidad la barrera de los 250.000 euros, al menos teóricamente, claro. Firmado el 18 de enero, sobre un fondo blanco azulado y unas finas capas de verde azulado que dominaba la composición, Zóbel superpuso una trama de saetas con trazos de rojo intenso, como comentamos ampliamente en el artículo de previos (ver).
Más allá de la calidad de la obra, había también un cierto interés por saber cuál sería el precio de remate para una obra que había sido comprada en 2003 en Ansorena por 12.000 euros… Lo malo de estas situaciones es que terminan resolviéndose de forma muy rápida. Un comprador en la sala y un par de teléfonos con coleccionistas internacionales -suponemos que asiáticos o filipinos, y un tercero que falló a última hora, según los indicios-, fueron escalando trabajosamente las pujas hasta detenerse en los 260.000 euros. Con el premium del 21,78% (de la comisión de la sala, 18%, más el 21% de impuestos, 3,78%), la cifra final que deberá abonar el comprador será de 316.628 euros. Buena compra, sin duda. Y, hechas las cuentas, mejor revalorización aún.
En un nivel ya inferior, sobresalió la batalla por el lienzo de Isabel Quintanilla, la mujer del gran escultor Francisco López Hernández. Se trataba de Atardecer, 2010 (O/L/T, 95 x 100 cm; 416), visión desde un interior -muy probablemente el de su casa- de los chalets de enfrente en el tercer plano, ya sin apenas luz natural, y la luz amarillenta que ilumina aún otras partes de la composición. Adquirido a la artista por el propietario actual, se ofrecía por 9.000 euros, que fueron subiendo gota a gota hasta rematarse en los 32.000 definitivos. Ya iba siendo hora de que el coleccionismo apreciase la calidad de esta pintora, cuyos precios parece que van ajustándose poco a poco.
La licitación transitaba por derroteros esperados pero la sorpresa saltó donde era menos esperada. Quiero decir, de vez en cuando una obra original puede estar mal catalogada y se dispara, o es un autor desconocido en nuestro país pero mucho más en otro y sus coleccionistas pujan y lo compran a un precio no esperado; vale, puede suceder. Pero que ocurra con una obra gráfica es mucho más inusual y la única explicación lógica en mi opinión no es el desconocimiento sino el capricho. Algo de eso sucedió ayer con el aguafuerte con aguatinta y collage (de Klee, por cierto) de Manolo Valdés, Perfil VII, 2009 (24/50, 170 x 130 cm; 579), que ante nuestras atónitas miradas subía y subía desde los 9.000 euros de inicio, sin parecer querer pararse ninguno de los dos compradores. Al final, un remate por 26.000 euros, fuera de mercado, que terminará doliendo.
En una figuración mucho más cercana al pop de Wesselmann, se ofrecía por 22.000 euros Ella me ofrece su cintura astral, 1971 (A/L, 162 x 130 cm; 379), de Eduardo Úrculo; expuesta en su retrospectiva de 1997 en el Centro Cultural de la Villa, en Madrid, un coleccionista ofreció por escrito en puja previa esa cantidad, que terminó siendo la definitiva. Cercano, el lienzo de Eduardo Arroyo, 1988, 1988 (O/L, 55 x 46 cm; 390), pasó de 7.000 a 9.000 euros.
En esculturas, debemos mencionar dos remates importantes. El primero, del vasco Jorge Oteiza, cuyo Hau Madrilentzat 6.3.LT 72 (Desarrollos a partir del elemento prismático), 2001 (bronce, 2/5, 39 x 39 x 32,5 cm; 455), a partir de la variante del modelo FMUO LT 00331 del Laboratorio de tizas 1972, pasó de 19.000 a 20.000 euros. La segunda, de Pepe Espaliú, cuyo Sin título, 1990 (bronce y madera, 227 x 46 x 16 cm; 394), se remató por los 16.000 euros pedidos.
De los años en torno a El Paso y posteriores, debemos citar algunas buenas ventas. De Manolo Millares, Sin título, c. 1960/1 (gouache sobre papel, 50 x 65 cm; 371), subió de 14.000 a 16.000 euros. De Manuel Hernández Mompó, Sin título, 1969 (O/L, 53,5 x 65 cm; 365), pasó de 10.000 a 14.000 euros, mostrando una cierta recuperación, como equilibrando precios tras los años pasados. Lo más destacado de ese entorno, en mi opinión, fue la subida de 6.500 a 11.000 euros ofrecidos por un buen y atractivo gouache con collage sobre papel de Esteban Vicente, Sin título, 1970 (29 x 40 cm; 364).
De la pintura de cambio de siglo, hubo un coleccionista que ofreció los 12.000 euros pedidos por el lienzo de Raimundo de Madrazo, Retrato de Solita Kuntz Rambaud (O/L, 73 x 60 cm; 109).
Y en maestros antiguos, sobresalió la venta del lienzo de Juan de Valdés Leal, por los 25.000 euros de inicio de pujas. Se trataba de una buena Visión de san Francisco en la Porciúncula, c. 1672/80 (O/L, 63 x 47 cm; 90), dada a conocer por Gestoso en 1916 y expuesta en las dos retrospectivas en Sevilla de su obra, en 1922 y en 2022. Años de plenitud, es buena noticia aunque sólo hubiera un coleccionista que ofreciera su puja. Similar fue el caso de la tabla de Nicolás Solana, activo en Aragón entre 1401 y 1441, Ángel con filacteria (temple y fondo de oro sobre tabla, 58 x 37,5 cm; 50), procedente de la colección del Nelson-Artkins Museum of Fine Arts de Kansas City. Ofrecida por 9.000 euros, se remató en la siguiente puja, 9.500 euros. Lo citado aquí suma unos remates por valor de 460.000 euros. Feliz verano para el merecido descanso. Daniel Díaz @Invertirenarte