El universo de Nikola Tesla en CaixaForum Madrid
Después del éxito de visitantes que tuvo en Barcelona, ahora se abre al público en CaixaForum Madrid la exposición Nikola Tesla. El genio de la electricidad moderna, organizada por la Fundación ‘la Caixa’ con la colaboración del Museo Nikola Tesla de Belgrado. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 8 de enero, recorre la vida y las principales aportaciones del inventor serbio, una figura clave en la historia de la ciencia entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, quien llegó a afirmar: «Si lo que quieres es encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración».
Nikola Tesla (1856-1943), ingeniero y uno de los científicos más notables de su tiempo, irradió su influencia para la posteridad. Ha sido una figura indiscutible, a pesar de las luces y las sombras que arroja una vida llena de hallazgos para mejorar el bienestar de la vida moderna. A él le debemos contribuciones como la invención del motor de inducción, el desarrollo de la corriente alterna como fuente de energía y la transmisión inalámbrica de energía e información. En su proceso de innovación se tiene constancia de cerca de 300 patentes, aunque se cree que el número es mucho mayor pero no está suficientemente documentado.
En la presentación intervinieron la directora de CaixaForum Madrid, Isabel Fuentes, quien subrayó que con esta muestra se inaugura una nueva etapa en la vida del centro madrileño porque para el período 2022-2023 se incluirán otras dos exhibiciones más de divulgación científica. Posteriormente, el director del Área de Cultura y Ciencia de la Fundación ‘la Caixa’, Ignasi Miró, cree que la figura de Nikola Tesla es poco conocida entre el público en general, a pesar de los logros que consiguió para situarnos en la modernidad, no solo por sus hitos sino por otros procesos que desarrolló como la transmisión inalámbrica de energía a gran escala y que todavía hoy sigue siendo una asignatura pendiente de nuestro tiempo. Por último, la directora del Museo Nikola Tesla, Ivona Jevtic, agradeció el apoyo recibido en España para contribuir a un mejor conocimiento y comprensión de la figura del inventor serbio.
El recorrido de la exposición se ha organizado en seis partes, siguiendo un criterio cronológico que tiene en cuenta los principales hitos como inventor que caracterizaron su periplo vital y profesional. Un montaje cuidado e interactivo, junto a una iluminación cuidada, con paneles descriptivos en los que vamos encontrando sucesivos aparatos originales y objetos que nos ilustran sobre principios físicos que tuvo en cuenta el genio serbio, así como maquetas de algunos prototipos, pertenencias personales como ese traje al final de la exposición o un diario con sus anotaciones. Todo ello nos acerca a uno de los universos personales más fascinantes del último siglo y medio en el campo de la ciencia.
El primer ámbito, Orígenes, ilustra cómo era el lugar en el que Tesla nació y algunos rasgos de su personalidad, como poseer una gran memoria fotográfica, facilidad para las matemáticas y tener una salud muy frágil. Desde niño mostró curiosidad para observar fenómenos eléctricos. Más tarde, estudió ingeniería eléctrica en Graz y allí ya se vislumbraba con sus experimentos lo que 12 años más tarde inventó, el motor de inducción magnética.
En 1883 realizó sus primeros trabajos en Europa, colaborando en la filial europea de la Continental Edison Company, y allí desarrolló el motor de inducción, utilizando un campo magnético rotativo como fuerza motriz y no un conmutador y escobillas. Este invento, tal y como está diseñado el montaje, permite a los visitantes un juego interactivo para que puedan experimentar ese principio físico.
Como no podía poner en marcha muchas de sus ideas por la falta de ayuda financiera, Tesla decide viajar en 1884 a América e instalarse en Nueva York para trabajar con la Edison Machine Works, fundada por Thomas Edison, con el que mantendría una relación singular, no exenta de tensiones.
Durante su estancia en los Estados Unidos, el inventor serbio trabajó en la mejora del alumbrado de Nueva York, que en ese momento funcionaba con corriente continua y Tesla consiguió lo que le encomendó Thomas Edison y le prometió un premio económico de 50.000 dólares, algo que no cumplió y eso hizo que Tesla dimitiera y fundara su propia compañía, centrándose en potenciar todo lo que le ofrecía la aplicación de la corriente alterna, hallazgo que atrajo la atención del empresario George Westinghouse, que llegó a adquirir los derechos de uso de siete patentes de Tesla y de ese modo empezó a trabajar para la Westinghouse Electric, lo que posteriormente desembocó en «la guerra de las corrientes» entre Edison (corriente continua) y Tesla (corriente alterna) trabajando para Westinghouse, quien consiguió encargos para iluminar la Exposición Universal Colombina de Chicago (1893) y más adelante le adjudicaron un contrato para la construcción de un sistema de generación de corriente alterna de dos fases en las cataratas del Niágara.
Este período fue muy fértil para Tesla y entre otros inventos en su período neoyorquino trabajó en cuestiones tan diferentes como los rayos X, la transmisión inalámbrica de energía, con el primer mando a distancia; la radiodifusión; las bobinas Tesla; y los generadores de alta tensión y alta frecuencia. Sin embargo todo este conjunto de trabajos cada vez le requerían disponer de generadores más potentes y eso le hizo trasladar su laboratorio a las afueras de Colorado Springs en 1899, donde impulsó el concepto del Sistema Mundial de Transmisión, una idea que tuvo lugar muchas décadas después con lo que ha supuesto internet; el desarrollo de la radio, un invento en el que trabajaron también Marconi y Popov.
En 1900 regresó a Nueva York y se dedicó a buscar mecenas que costearan su Sistema Mundial de Transmisión de mensajes, telefonía e imágenes facsímiles, a partir de la Tierra como conductor de las señales eléctricas. Un año más tarde consiguió financiación del magnate John P. Morgan a cambio de que Tesla le diera el 51 % de las patentes generadas y empezó a planificar la instalación de la Torre Wardenclyffe, un transmisor monumental, que se vio superado por Marconi cuando unos meses más tarde este consiguió transmitir con éxito una señal desde Inglaterra a Terranova.
En los últimos años Nikola Tesla empezó una lenta decadencia como se refleja en la exposición, pero este inventor siguió creando nuevos desarrollos relacionados con la aviónica, con ese avión de despegue y aterrizaje vertical, otros para resolver conflictos bélicos. Sin embargo, los problemas de salud y sus penurias económicas le hicieron cada vez un ser solitario hasta su muerte en el hotel New Yorker de la Gran Manzana.
El último capítulo, El sueño de Tesla, hoy, es una síntesis de cómo algunas de sus ideas incipientes están vigentes en la actualidad, desde teléfonos móviles que se cargan sin cables, al reconocimiento del multimillonario y empresario de coches eléctricos Elon Musk, que nominó Tesla Motors como homenaje al inventor serbio. La muestra se complementa con un ciclo de conferencias y actividades didácticas para llegar a diferentes tipos de personas.