El escriba de caliza de 1,5 millones de libras, y el gusto por la antigüedad
Sotheby’s y Christie’s celebran subastas relacionadas con escultura clásica y antigüedades en las últimas semanas antes de terminar la temporada.
La arqueología está consiguiendo sólidos resultados en los últimos meses. Eso sí, siempre que hablemos de piezas más o menos arquetípicas. Hay ciertos mercados en los que los coleccionistas se obsesionan con un restringido número de tipologías, esto resulta en luchas encarnizadas para conseguir un objeto perteneciente a dichas categorías y en ventas problemáticas para todo aquello que se salga de la “norma”. En cuanto a las piezas verdaderamente excepcionales, únicas o con referencias en los grandes museos, el resultado puede ir en ambas direcciones, es evidente que la expectación será grande, pero si se acompaña de unas estimaciones demasiado optimistas puede conllevar el fracaso de la venta. El objetivo de casas de subastas y galerías debería ser “aleccionar” al público, para que desarrolle un gusto más rico y diverso en este área.
A pesar de lo anterior, las citas convocadas por Sotheby’s y Christie’s han tenido buenos resultados. La primera recaudó más de 5 millones de libras en su subasta dedicada a “Escultura antigua y artes decorativas” -y mejoró en 1,5 millones a la anterior licitación bajo el mismo título, celebrada a finales de noviembre del año pasado- y la segunda casi alcanzó los 2 millones.
El mejor resultado fue para una pieza egipcia presentada por Sotheby’s, un retrato en caliza del escriba Nekht-ankh datado en torno al 1800-1700 a.C. La figura, de unos nada desdeñables 27 cm, representa a Nekht sentado con las piernas cruzadas -tal y como es típico, especialmente para los escribas-, cubierto por un manto y con un tocado, sobre un bloque con inscripciones jeroglíficas. La composición cerrada encuentra alivio en los detalles muy cuidados de la anatomía, tanto en las manos como en la cara. Al atractivo plástico de la obra hay que añadir su procedencia, que dibuja una línea clara desde su descubrimiento a principios del siglo XX, a su compra en el Hôtel Drouot de París por la misma familia que ahora lo vende en Sotheby’s. La claridad en el movimiento de arqueología es siempre un punto a su favor.
El arte egipcio lideró el resto de obras más deseadas de la jornada, con alguna excepción de piezas grecorromanas, y aunque no se encuentra entre las más caras sí podemos mencionar un retrato de El Fayum, el lote 46, que retrata a una joven. Estas efigies de encáustica -técnica pictórica que utiliza la cera como aglutinante de los pigmentos- son muy codiciadas por cualquier coleccionista de antigüedades, ya no solo por su escasez, sino por su aspecto sorprendentemente moderno. Las facciones están correctamente representadas y existe individualidad en cada cara, no son versiones genéricas de rostros humanos, cada uno de ellos tuvo un nombre, y es evidente para quien las contempla. Con unas estimaciones de 60.000 a 90.000 libras vio la bajada del martillo en 130.000 libras.
Christie’s se presentó a la cita con piezas de un perfil inferior y estimaciones más contenidas, pero vio buenos resultados igualmente. Destacamos de manera especial la sorpresa que brindó un relieve romano con detalles arquitectónicos y una figura mutilada que multiplicó por más de diez su estimación más optimista -calculada en 15.000 libras- y llegó a 180.000 libras. Este resultado inesperado tiene, como de costumbre, dos sencillas explicaciones. La primera, los pujadores identificaron la escena y entendieron que el valor era muy superior a lo pedido, o bien, el interés radicó en la apariencia de la pieza. No es extraño que los decoradores busquen piezas que completen sus diseños en subastas de todo tipo, y no podemos negar que lo atemporal del mármol romano cuadra en la gran mayoría de entornos a la perfección. No obstante, con una cantidad que superó las 220.000 libras una vez sumadas las comisiones resulta algo complejo de creer.
Por último, mencionar un torso de Narciso, también en Christie’s, que triplicó su estimación superior, el remate se estableció en 150.000 libras. La pieza, algo más pequeña que el natural, sobresale entre la mayor parte de los desnudos presentes en la subasta por la calidad apreciable tanto en el modelado de la musculatura, como en la gracia de su postura. Héctor San José. @hectorsanjose_