Vendida casi toda la colección de fotografías de Alfonso en la licitación del 25 de mayo. Destacaron sobre todo las buenas compras de los coleccionistas
Ya los romanos, hace más de dos mil años, dividieron su calendario en días fastos y nefastos, para realizar negocios y otras actividades porque parecen alinearse Saturno con Júpiter y otros en cambio en que… El coleccionista que lleva tiempo siguiendo día a día, mes a mes, las distintas licitaciones lo sabe y lo ha experimentado en repetidas ocasiones –normalmente porque otro con más posibilidades económicas puja más fuerte-, pero no se cansa de esperar, con la caña preparada en el agua, a la espera de que surja la menor oportunidad.
Eso pareció suceder el pasado jueves 25 de mayo en la sala Durán: varios teléfonos fallaron en el último momento y quedaron buenos lotes sin encontrar un comprador, y pujas dejadas en mesa con cifras importantes, previendo la batalla contra otros coleccionistas, se adjudicaron en la salida. A río revuelto, ganancia de pescadores.
En nuestro artículo de previos (ver), comentamos ya que se ofrecían varias piezas con atractivos precios, pero que subirían de precio. No sucedió así con varias de ellas, y los coleccionistas las compraron por esos bajos importes.
El más llamativo de ellos fue, en mi opinión, la colorista y buena vista de Madrid desde la Casa de Campo, 1977 (O/L, 65 x 81 cm; lote 141) de Agustín Redondela, que se ofrecía por 3.500 euros. El mes anterior, en esa misma casa, El corral, 1974, de apenas 38 x 47 cm, había subido de 2.750 a 3.250 euros; no fue una gran subida, pero hubo tres pujas, y al menos dos interesados; y en la misma sala, pero en octubre pasado ya, Iglesia con árboles, 1983 (O/L, 46 x 55 cm), se había adjudicado por 6.000 euros. Así que, en buena lógica, los 3.500 euros debían subir al menos a esas cantidades… Sin embargo, no fue así y fue vendido por los 3.500 euros escasos de la salida; enhorabuena al comprador.
Algo similar sucedió con los lotes procedentes de los familiares de Lucio Muñoz y de Amalia Avia. De esta última, su Pueblo de Galicia (O/táblex, 72 x 91,5 cm; 153) pasó de 2.500 a 4.000 euros, buen precio de compra también. De Lucio Muñoz, subió de 1.000 a 1.300 euros la temprana tabla de 61 x 53 cm del Paisaje de la casa de campo (la entrada a su casa de campo; 147). Los bocetos sobre papel, para obras ya sí típicas de su mano, en la abstracción y con cierta materia, cuatro en un primer lote y tres en el siguiente (lotes 149 y 150), se vendieron por la salida, apenas 300 euros. Y su dibujo a lápiz de Tronco de árbol, 1979 (24 x 34 cm; 146), verdaderamente atípico por ser figurativo, no encontró comprador ni por los 350 euros de la salida. Son cosas que verdaderamente a uno le cuesta comprender, por mucho que Lucio Muñoz no esté de moda…
En esta línea, se situaron también la venta por 2.250 euros de Interior (O/T, 41 x 37,5 cm; 137) de Daniel Vázquez Díaz, los 1.200 euros por el buen y temprano Arlequín (O/L, 81 x 60 cm; 144) de Álvaro Delgado, o los 4.750 euros que un buen coleccionista ofreció en sala por El parral (O/L, 90 x 99 cm; 139) de Gregorio Prieto.
Y de la colección del fotógrafo Alfonso, cabría decir semejante, con algunas ligeras subidas que debemos mencionar. De Eugenio Hermoso, el Retrato de Alfonso (O/L, 46 x 38 cm; 162), firmado y dedicado, pasó de 800 a 1.500 euros; de Enrique Martínez Cubells, Pescadores junto al mar (O/L, dedicado el 12 de julio de 1946, 31 x 39 cm; 162), subió de 1.800 a 2.000, y de José Cruz Herrera, Rostro de anciano (O/L, 46 x 38 cm; 164), se adjudicó por 950 euros mientras el cartón con Noche de Tetuán (46 x 36 cm; 165), pasó de 1.200 a 3.000 euros.
Sus fotografías, como era de esperar, tuvieron una amplia aceptación, y se vendió una cantidad verdaderamente importante aunque por precios cercanos a la salida la mayor parte de ellas. Destacaron, por citar sólo tres: la 260, S.M. la Reina Victoria Eugenia en los Jardines del Campo del Moro con el uniforme de Teniente Coronel de regimiento de su nombre (firmada por la reina, 36 x 20,5 cm) subió de 150 a 500 euros; la 266, con Julio Romero de Torres en su estudio madrileño (28,3 x 38 cm), de 100 a 275, o la 387, Richard Nixon en la Gran Vía (17 x 29,5 cm), en su visita del 2 de octubre de 1970, firmada por el propio Nixon y con carta del embajador de los estados Unidos, Robert C. Hill, de 120 a 300 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte