El ayuntamiento de Madrid adquiere un retrato de María Isabel de Braganza
El boceto guarda para sí una bonita historia, pues es el único testimonio que se conserva del retrato de la reina encargado a Gálvez hacia 1817 por el consistorio madrileño con motivo de su segundo embarazo. Además, al fondo de la composición está representado el Casino de la Reina rodeado de sus jardines tal y como se concibieron para la soberana. Fue adquirido por el consistorio en mayo de 2021 pasado en una subasta de la casa Segre, donde se hizo con él por su precio de salida, 21.000 euros y será expuesto en el futuro museo del Palacio del Capricho
Aunque la subasta tuvo lugar hace ya dos años, es ahora cuando hemos conocido la compra por parte del Ayuntamiento de Madrid la compra del retrato de María Isabel de Braganza (Lisboa, 1797-Aranjuez, 1818) del pintor Juan Gálvez subastado en Segre a mediados de 2021 (ver aquí). La obra en cuestión, un óleo sobre lienzo de 57 x 45 cm procedente de una colección particular francesa y fechado hacia 1817, muestra a la tercera esposa de Fernando VII. La soberana aparece representada ante un amplio fondo de paisaje, apoyada sobre una herma y con el Casino de la Reina que le acababa de regalar el consistorio madrileño con motivo de su estado de buena esperanza como telón de fondo.
Se trata de un boceto de indudable sabor goyesco para un cuadro encargado también por el Ayuntamiento con motivo del segundo embarazo de la Braganza que acabaría trágicamente con su fallecimiento durante el parto (quizás por ello nunca se llegó a pintar). Llama la atención cierto parecido compositivo con el retrato póstumo de la reina que realizó Bernardo López Piquer en 1829 y en el que, al fondo, representó el por entonces recién inaugurado Real Museo.
Como han indicado desde el Área de Cultura del consistorio madrileño, la pintura se mostrará en un futuro museo del Palacio del Capricho en la Alameda de Osuna, que en estos momentos se encuentra en pleno proceso de rehabilitación. Esta decisión tiene su fundamento: la propiedad, que en su momento perteneció a los duques de Osuna, fue uno de los espacios de recreo suburbanos más célebres de la época. Además del edificio, para el que también trabajó en su decoración Juan Gálvez, destacaron sus famosos jardines, diseñados por tres arquitectos franceses y en los que se combinaron influencias italianas, galas e inglesas.
El origen del Casino está en la casa de campo que Francisco Romero, ministro de Hacienda durante el reinado de José Bonaparte, poseía en torno a la actual glorieta de Embajadores, Roda de Toledo y Ribera de Curtidores. Tras el regreso de Fernando VII en 1814 la propiedad volvió a los padres del exministro y tres años más tarde fue confiscada y adquirida por el Ayuntamiento. Ampliados los terrenos para crear un amplio jardín romántico, el nuevo recinto fue regalado a María Isabel de Braganza en 1817.
En la pintura se aprecia, al fondo, el palacete construido por el arquitecto municipal Antonio López Aguado, que sigue los modelos de las «casitas» levantadas en El Escorial y el Pardo para los hijos de Carlos III en la centuria anterior. Del edificio, que aún se conserva a pesar de haber desaparecido casi por completo los terrenos que lo circundaban, destacaba por la decoración de sus techos a base de temples sobre óleo, que corrieron a cargo de Vicente López y el propio Gálvez. El primero pintó la Alegoría de la donación del Casino a la reina Isabel de Braganza por el Ayuntamiento de Madrid, hoy en el Museo del Prado. Por su parte, Gálvez se encargó de otras dos salas (ver aquí y aquí), también propiedad del Prado.
En cuanto a los jardines, fueron embellecidos con un laberinto, fuentes, templetes y una ría con su correspondiente isleta cuyo caudal procedía de una noria encerrada en una estructura clasicista que también estaba presente en los jardines del real sitio del Retiro y de la Alameda de Osuna. La pintura documenta por tanto la historia de los jardines de recreo madrileños de los siglos XVIII y XIX, que en su mayoría han desaparecido y que, si han llegado hasta nosotros, lo han hecho muy transformados.