Dorothea Tanning, tras la puerta invisible del olvido

Dorothea Tanning, tras la puerta invisible del olvido

El Museo Reina Sofía reivindica la figura de la artista americana surrealista al organizar la primera y más completa retrospectiva en torno a su prolífica y longeva vida –102 años–, a través de más de 150 pinturas, esculturas, poemas, cartas manuscritas, películas y diseños de vestuario.



Pintora, grabadora, diseñadora, escultora y poeta, Dorothea Tanning fue una artista con una obra tan prolífica como su vida. Vivió 102 años, durante los cuales creó joyas, muebles, vestuario para ballets y teatros, esculturas hechas de tela, pinturas de gran formato e incluso poemarios (ella misma se autoproclamó como «la más vieja de los poetas emergentes», ya que publicó su primer libro con 94 años y el segundo con 101).

Su actitud inconformista y rebelde le llevó a replantearse algunos de los convencionalismos de su época, tal vez por eso rebasó fronteras con su arte poco convencional. Formó parte del grupo de surrealistas, de hecho su nombre figura en los manuales de arte, sin embargo la historia a menudo la recuerda como la mujer de Max Ernst (su cuarta esposa, para ser más exactos).

Ahora, el Museo Reina Sofía recupera del olvido a esta artista «insuficientemente conocida», en palabras del director Manuel Borja-Villel, y reivindica la inagotable capacidad creadora de Dorothea Tanning. Una exposición que lleva por título Detrás de la puerta, invisible, otra puerta, que está organizada en colaboración con The Destina Foundation y la Comunidad de Madrid.

"Some Roses and their Phantoms". 1952. Óleo sobre lienzo. Tate: presentada por el Tate Collectors Forum 2003.
"The philosophers". 1952. Óleo sobre lienzo. Colección particular.

El recorrido presenta más de 150 piezas entre collages, pinturas, cartas manuscritas, grabados, lienzos y esculturas fechadas entre 1930 y 1997, que ofrecen una perspectiva de la carrera de la autora estadounidense, quien creía en el poder del arte para crear espacios, sensaciones e ideas que fueran más allá de lo real.

Se trata de la primera vez que una institución reúne tal cantidad de obras suyas, una muestra sin procedentes que es mérito de Alyce Mahon, la comisaria que ha trabajado durante tres años en el proyecto.

El resultado final supone un repaso por 60 años de creación de Dorothea Tanning, que comenzó trabajando en la década de 1930 como diseñadora gráfica en Macy’s de Nueva York, se dejó seducir por las formas surrealistas en los años siguientes, exploró el mundo de la escenografía teatral hacia mediados de siglo y dio el salto a la tercera dimensión con sus esculturas blandas en los años 60, antes de crear instalaciones (ya en la década de los 70).

Walter Benjamin consideró el Surrealismo como «el último destello de la inteligencia europea». Ese fulgor europeo brilló con fuerza en el continente vecino, cuando se presentó en el MoMA de Nueva York, en 1936, Fantastic Art Dada Surrealism. Las obras que allí se presentaron fueron un revulsivo para Tanning; quedó tan fascinada, que tres años después viajó a París para conocer a los creadores surrealistas en persona.

"Birthday". 1942. Óleo sobre lienzo. Philadelphia Museum of Art.

El estallido de la Guerra Mundial le obligó a regresar a su país natal, pero la  suerte quiso que finalmente conociese a sus admirados artistas en Hollywood (huidos de los nazis como Man Ray o Max Ernst). Precisamente fue este último quien dio nombre a una de sus primeras obras surrealistas: Birthday (1942), un autorretrato que el alemán descubrió en el estudio de Tanning y que marcó el inicio de una relación entre ambos. Ese mismo día Ernst se quedó a jugar al ajedrez con Dorothea, cuatro años después se casó con ella.

El mencionado autorretrato marca el inicio de la exposición madrileña, cuyo broche final es también una imagen íntima suya: Woman Artist, Nude Standing (1985-1987). Entre medias, ocho salas plagadas de obras a menudo autobiográficas y de temas recurrentes como la familia, el ámbito doméstico, la intimidad, el ajedrez, la femme-enfant o el deseo.

Pero por encima de todos estos asuntos, destaca la puerta. Y es que, en el fondo, su obra resulta una provocación constante al espectador que, irremediablemente, se adentra en cada una de las puertas que la propia Tanning abre: desde las más íntimas que conducen a sus autorretratos, hasta las más siniestras, como esa Chambre 202 del Hôtel du Pavot (1970-1973) que solo unos pocos se atreverían a cruzar.

La exposición podrá verse en la tercera planta del Edificio Sabatini hasta el 7 de enero. Seguidamente, viajará a Londres para presentarse en la Tate Modern. Sol G. Moreno

"Woman Artist, Nude, Standing". 1985-1987. Óleo sobre lienzo. The Destina Foundation, Nueva York.
"Eine Kleine Nachtmusik". 1943.
"Étreinte". 1969.
"Bonimenteurs". 1966.