Docente, erudito y crítico. Vicente Lleó Cañal, In memoriam
En estos atribulados momentos que nos está tocando vivir, supone para mí un pellizco de tristeza escribir una necrológica del que fue mi gran amigo y compañero, el profesor Vicente Lleó Cañal, una de las figuras más representativas de la historia del arte español, junto a otros que ya se fueron, Juan Antonio Ramírez o el maestro Antonio Bonet. Catedrático de esta disciplina en la Escuela de Arquitectura y en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, su erudición y afición a las letras la heredó de sus antepasados, bisabuelo y abuelo, que ostentaron la dirección de la Real Academia de Buenas Letras sevillana. Anglófilo convencido, dominaba además de esta lengua, el francés, tenía conocimientos de alemán e italiano, además del latín y griego que hablaba y traducía en clase ante el estupor de los estudiantes.
Lector y estudioso incansable obtuvo desde muy joven importantes premios antes de presentar su tesis doctoral titulada Nueva Roma. Mitología y Humanismo en el Renacimiento sevillano, que se convertiría desde su publicación en un clásico para los investigadores de la historia del arte del siglo XVI. Su novedosa interpretación de la historiografía sevillana del Renacimiento inició una corriente de distintas vías de investigación sobre el tema que permitió a alumnos y estudiosos otros enfoques de la Sevilla quinientista.
Vinculado como alumno y profesor a la Universidad de Sevilla, su labor docente la desarrolló también en distintas universidades europeas y americanas a las que asistió como profesor invitado. Cabe destacar su estancia en el Institute for Advanced Study de Princeton (New Jersey), donde fue Research Assistant del Prof. Sir John Elliot al que le unió una gran amistad. Su estancia en esa universidad puede considerarse como la coyuntura más destacada de su currículum, al incrementársele sus ya extensas vías de investigación y abrírsele nuevas perspectivas en su vida profesional.
Su estancia como profesor visitante en la Universidad de Michigan (Ann Arbor) propició la creación de un programa de intercambio cultural de estudiantes y profesores entre esta universidad, Cornell University y la Universidad de Sevilla que desde 1985 sigue vigente. Participó como miembro del equipo interdisciplinar de investigación del Centro de Estudios Históricos del CSIC y de l’Ecóle des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Francis.
Su ingente producción bibliográfica ha destacado por su rigor científico, su capacidad de análisis y sus siempre interesantes visiones de determinados contextos histórico-artísticos. El dominio de otras lenguas le permitió la consulta asidua de bibliografía extranjera, como se aprecia en sus extensas publicaciones. Sus estudios se han centrado en la arquitectura y pintura de la Edad Moderna, en el coleccionismo, en las relaciones artísticas España-Italia y, en general, en el arte sevillano.
Las dos ediciones de su libro Nueva Roma, así como los centrados en las fiestas del Corpus de Sevilla, la colección de los duques de Montpensier, el Alcázar sevillano, la Casa de Pilatos, el Palacio de Dueñas o el Palacio de la condesa de Lebrija ofrecen análisis exhaustivos del contexto histórico en el que se desarrollan las distintas trayectorias artísticas de sus componentes. Su extensa bibliografía abarcó 30 capítulos de libros, más de cien artículos en revistas especializadas y reseñas de libros que ofrecen el mejor documento de su imbatible vocación como historiador del arte.
Perteneció a diversas instituciones y organismos donde ha desempeñado su trabajo con tesón y maestría. Vinculado a la Fundación Focus-Abengoa, patrono de la Comisión Andaluza de Museos y Artes Plásticas, de los Reales Alcázares de Sevilla y de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli. Académico numerario de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. Fue miembro asesor de diversas revistas españolas y extranjeras, entre ellas Goya de la Fundación Lázaro Galdiano. Tuvo un relevante papel en la revista Separata que unió a diversos intelectuales de los años setenta que quisieron renovar el panorama artístico de la Sevilla de la época.
Sus conocimientos de la Historia del Arte se han fundamentado en la investigación y en una curiosidad ingénita que lo han llevado a ser un lector apasionado. Siempre ha mantenido y defendido unas ideas claras con respecto a lo que debía ser la universidad española y los estudios a los que ha dedicado su vida, lo que a veces le resultó dificultoso en el desarrollo de su carrera profesional. Ha sido una verdadera suerte para el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla contar con un profesor de su talla al que siempre he considerado además de amigo un verdadero maestro y humanista en el más amplio sentido de la palabra. Su titánica lucha contra una salud más que frágil no le impidió nunca perder la ilusión por cualquier iniciativa que tuviese interés artístico. La amistad que nos ha unido desde hace muchos años y las largas conversaciones compartidas de charla profesional y trivial motivaran que tanto yo como otros compañeros de departamento sigamos trabajando en las vías que este insigne profesor nos ha abierto. Descanse en paz. Fátima Halcón (Universidad de Sevilla)