El Mercedes-Benz que Hitler regaló a Franco, en la primera exposición de la Galería
A una semana de la apertura de sus puertas, la institución ya tiene lista su primera exposición: En movimiento.
Los tiempos de inauguración para la Galería de las Colecciones Reales no están siendo sencillos. La institución ha tenido que reaccionar con rapidez ante un cambio en las fechas sobrevenido por el adelanto electoral, pero eso no ha impedido que hoy se haya anunciado la primera exposición temporal una semana antes de la apertura de sus puertas.
Se trata de En movimiento, un recorrido histórico por la colección de carruajes, carrozas –y dos Mercedes-Benz– pertenecientes a Patrimonio Nacional. A la presentación han asistido su presidenta, Ana de la Cueva, el director gerente de la Fundación Banco Santander, Borja Baselga, y la comisaria de la muestra, Isabel Rodríguez.
De la Cueva ha declarado con respecto al título de la exposición: «Nos gusta que sea el estreno. Es un símbolo de la Galería. Adentrarse en esta museografía es hacer un viaje en el tiempo».
El proyecto dirigido por Rodríguez lleva fraguándose –al igual que el museo que lo contiene– mucho tiempo, tal y como ha comentado: «Es el fruto del trabajo de décadas. Pone de relieve una colección poco conocida». Una colección que hasta ahora estaba alojada en el Museo de Carruajes en el Campo del Moro. Está previsto que el edificio se someta a trabajos de rehabilitación gracias a los fondos europeos. Aunque no se ha revelado el tiempo estimado de esas obras, De la Cueva ha puntualizado que debido a los plazos exigidos por Bruselas, no podrán prolongarse más allá de 2026.
La relación con ese jardín es precisamente uno de los objetivos de la Galería, que cuenta con dos accesos, uno a la altura de la plaza de la Armería y otro en el nivel más elevado del Campo del Moro.
Este último ha sido, hasta ahora, un lugar reservado a los trabajadores de Patrimonio Nacional, pero que a partir de la inauguración estará disponible para todos los visitantes, especialmente los grupos, que accederán por el nivel -3 –el que aloja la sala de exposiciones temporales– al edificio.
A pesar de que la presentación con los reyes y el resto de autoridades tendrá lugar el 25 de julio, a partir del próximo 29 de junio –y durante los tres jueves siguientes– las puertas de la institución estarán abiertas de forma gratuita para todos los visitantes. Estos podrán recorrer tanto las salas de la colección permanente –que de momento han visto solo unos pocos afortunados– como En movimiento.
La muestra reúne piezas de gran valor «tanto artístico como tecnológico», como ha puntualizado De la Cueva, desde la litera de Carlos V –que inicia el recorrido y suele ser una de las piezas más relevantes custodiadas en el Monasterio de Yuste–, pasando por la Berlina Dorada, de mediados del siglo XVIII, hasta llegar a los vehículos de motor.
Estos últimos son, probablemente, las piezas más chocantes. Por un lado, se encuentra un modelo de chasis de automóvil, de pequeñas dimensiones y principios del siglo XX, y por otro, uno de los platos fuertes: dos Mercedes-Benz de los años 40. Uno de ellos, un todoterreno blindado, fue un regalo de Hitler a Franco. Ambos son ejemplos de la tecnología más puntera y se encuentran en excelentes condiciones. Hasta tal punto que el todoterreno se puede considerar único en el mundo.
También es interesante señalar que el Museo del Prado ha prestado siete lienzos que ilustran el uso que se dio a estos vehículos históricos, lo que pone de relieve el comienzo de la colaboración entre ambas instituciones.
Toda esta actividad es el preludio de una muy deseada inauguración, aunque sea en diferido, que nos permita ver la selección de obras –650 en total, de las que un tercio rotarán periódicamente– que todos deseamos descubrir. Héctor San José.