Cuando los artistas negros comenzaron a mostrar su realidad en Estados Unidos
El MET ha presentado Harlem Renaissance and Transatlantic Modernism, una gran exposición dedicada al Renacimiento del barrio neoyorquino que muestra la importancia de este movimiento dentro de la historia del arte estadounidense del siglo pasado.
En los últimos años se ha escrito mucho sobre artistas negros que representan la cotidianidad de sus vidas, desde los bodegones contemporáneos a los retratos de sus familiares y amigos. Quizá el más famoso sea Amoako Boafo, pero también han destacado otras figuras como Lynette Yiadom-Boakye, que expuso el año pasado en la TATE y en el Guggenheim (siendo la mujer más joven en hacerlo, junto a Cristina Iglesias).
En parte se ha puesto el punto de mira en ellos porque nos encontramos en un momento de mayor apertura, si comparamos con los siglos anteriores, en los que el foco iba más allá del hombre blanco que pinta, mayoritariamente, a otros hombres y mujeres blancos.
Por supuesto, también se ha destacado la obra de estos artistas por la habilidad pictórica y porque son frescos, novedosos. Utilizan pinceladas enérgicas, los colores brillantes que recuerdan al África de sus ancestros, sus escenas y encuadres son muy fotográficos… Además, hay otro factor evidente que ha despertado la atención tanto de la crítica como del público: están de moda en el mercado.
Pero como ocurre siempre, estos artistas que arrasan en las subastas no salen de la nada. Representar la cotidianidad negra con desenvoltura y sencillez no es nuevo, aunque quizá sí lo sea la gran admiración que esto despierta en el momento actual (especialmente viendo los resultados exorbitados que alcanzan en el mercado). Lo cierto es que el movimiento conocido como el Renacimiento de Harlem ya se encargó de plasmar la realidad del habitante negro estadounidense que se desplazó de las poblaciones rurales del sur hasta las grandes ciudades entre 1920 y 1940.
La exposición que ahora se puede ver en el Metropolitan es la primera que aborda este tema en el museo desde 1987 y busca posicionar al Renacimiento de Harlem no como un movimiento de nicho, sino como una corriente artística de pleno derecho con un gran peso en el arte estadounidense del siglo pasado. Además, ahonda en su bagaje teórico, surgido gracias a los escritos poéticos, filosóficos y políticos del denominado Movimiento Nuevo Negro. En esto radica, precisamente, la identidad del movimiento: no surgió de forma espontánea, sino que buscó crear conscientemente obras en las que quedasen fuera el racismo y los prejuicios, mostrando al mundo su propia existencia, los retratos de los suyos o los bodegones con los objetos que podían encontrarse en sus casas.
Algunos de los artistas más importantes de este grupo, cuyas obras pueden encontrarse en el recorrido de la muestra neoyorquina, son William H. Johnson, Augusta Savage y James van der Zee. Los tres se enfocaron en el retrato de personajes negros, aunque cada uno con una forma y una disciplina: Johnson con sus pinturas inocentes de carácter casi infantil, Savage con esculturas protagonizadas por mujeres y niños, y Van der Zee con sus fotografías, cuyo archivo fue adquirido por el MET en 2021 junto al Studio Museum de Harlem. En su producción se aprecia cómo el academicismo se mezcla con otros colores, formas e influencias, heredadas de las culturas africanas de las que provienen sus ancestros.
Además de las obras del Renacimiento Negro de Harlem, en la exposición pueden encontrarse otros trabajos que abordan la diáspora de negros estadounidenses, que durante las décadas treinta y cuarenta emigraron a Europa, así como la presencia negra en el Viejo Continente. En esta parte de la muestra, encontramos obras de grandes autores como Picasso o Matisse en las que aparece algún personaje negro representado.
La exposición podrá visitarse hasta el 28 de julio. En ella, además de lienzos, esculturas y fotografías, se presentan también esculturas, películas y obra en papel, en su mayoría provenientes de las colecciones de universidades y otros centros de estudio tradicionalmente negros. Sofía Guardiola