Apostando por la pintura antigua y el siglo XIX, la casa madrileña se reafirma en sus buenas ventas, que superan los 600.000 euros.
Que estamos en una situación económica mejor que hace un año, lo han demostrado la mayor parte de las casas de subastas desde febrero hasta ahora. Pero al final hay que vender las piezas que se ofrecen, lo cual nunca es sencillo; y si las obras se adjudican por la salida, sin espectaculares remates, parece como si no tuviesen importancia, cuando sí que la tiene.
Vender el cuadro del Estudio de Cristo (O/L, 97 x 62 cm; 108) de Joaquín Sorolla –con un Cristo crucificado vivo y coronado de espinas, digámoslo claramente- por 100.000 euros (con comisiones e impuestos sube a los 121.000 euros), tiene mucho mérito, verdaderamente. Si no, que se lo digan a Alcalá Subastas que en diciembre pasado consiguió que su Chispero (O/L, 169 x 72,4 cm) de ese mismo 1883 y mucho más amable, subiese hasta los 95.000 euros.
Lo mismo sucedió con el San Mateo con el ángel (O/L, 150 x 170 cm; 179) de Salomon Koninck, adjudicado también por los 70.000 euros de la salida. Repintado en épocas pasadas para pasar como un filósofo en vez de un evangelista, la calidad de la pieza era superior a los 84.700 euros que deberá pagar el comprador, no en vano las exposiciones en que ha estado hablan de ello; una pena, por cierto, que finalmente no se pudiese contactar con el otro pujador al teléfono…
Continuemos con estas ventas por la salida, pero ventas al fin y al cabo. En este sentido, destacaron los 18.000 euros ofrecidos por un teléfono por la otra pareja, de Flores en jarrones de cristal (O/L, 74,5 x 55 cm; 1064) de la escuela italiana S. XVII; los 13.000 euros por la Escena de asedio en un ciudad, posiblemente Maastricht (O/L, 102 x 131 cm; 31) de escuela flamenca S. XVII; y los 8.000 euros en que se remató también el colorista óleo con la Multiplicación de los panes y de los peces (O/L, 75 x 62 cm; 86) del círculo de Corrado Giaquinto.
Ante la sorpresa del público, subió de 16.000 a 19.000 euros el Paisaje con figuras (O/L, 107 x 161 cm; 1169) de escuela italiana S. XVII, adjudicado finalmente en sala; y fue especialmente emocionante la lucha telefónica por hacerse con la pareja de buenos lienzos con Tarro con dulces y Cerámica con melocotones (O/L, 35 x 28 cm; 84) del círculo de Luis Egidio Meléndez, que pasaron de 8.000 a 18.000 euros en animada sucesión.
Avancemos por la senda del siglo XIX. La obra más temprana era un empastado Paisaje romántico (O/L, 65 x 88 cm; 1093) del ferrolano Jenaro Pérez Villaamil, procedente de la galería de Manuel Barbié; los 8.000 euros de la salida fueron cubiertos por un coleccionista al teléfono; lo mismo sucedió, pero esta vez por los 25.000 euros de la salida, con la preciosista pero muy finamente dibujada Fiesta de la Virgen de los Desamparados (O/L, 39 x 65,5 cm), firmada en Roma por Juan Pablo Salinas y que debe figurar, por derecho propio, entre sus mejores y más logradas composiciones…
En cambio, una pintura de peor calidad como el Retrato de D. Alejandro García Martín (O/L, 75 x 55 cm; 1043), un alto cargo en Filipinas, pintado por el filipino Juan Luna, pasó en pocos minutos de los 4.500 euros de la salida hasta adjudicarse, a un coleccionista en sala que pujaba con un teléfono, por 22.500 euros, en una nueva demostración de la potencia asiática.
La réplica ‘española’ llegó poco después con tres importantes subidas. La más esperada, la del pequeño cartón inédito de Darío de Regoyos titulado En un parque de Bruselas (O/L, 40 x 32 cm; 1053) y pintado hacia 1880; dedicado en francés a un amigo belga, este estudio número XXV se ofrecía por sólo 3.000 euros, y las pujas se sucedieron hasta rematarse por 18.000 euros, un precio más que digno dada la fecha, la técnica y, sobre todo, el motivo. La segunda fue la del nocturno de Hermenegildo Anglada Camarasa titulado Puente sobre el Sena, París, c. 1900/4 (O/T, 26 x 35 cm; 1056); publicada por Fontbona y Miralles en su monografía de referencia (Ba37) pasó de 17.000 a 20.000 euros. Y la del gran lienzo de Antonio Ortiz Echagüe, Retrato de Carmen, Lola y Pilar Ortiz de Zárate y Echagüe (O/L, 150 x 150 cm; 118), que subió de 12.000 a 15.000 euros.
El siglo XX, ya casi telegráficamente. De Picasso, se vendieron los dos estudios con habitual línea clara, de 1919: Étude pour ecuyer nu (tinta, 19,5 x 24 cm; lotes 229 y 230) por 39.000 euros cada uno. Francisco Farerras se apuntó también a la fiesta de las ventas, y su oscuro pero potente 715 A, 2005 (Relieve en madera pintada, 140 x 120 cm; 1123) se vendió también en la que pasa a ser su segunda mejor venta desde 2008, sólo superada por Pozuelo, 1975 (Tm/T, 140 x 200 cm) adjudicada en Ansorena en mayo de 2011…
Parece que la escultura vuelve a interesar, al menos eso parecen indicar las últimas ventas en ésta y otras salas. De Baltasar Lobo, La femme et le centaure, 1967/8 (bronce, EA, 8+4PA, 13,5 x 10 x 16 cm; 49) subió de 12.000 a 14.000 euros, en una nueva muestra de entusiasmo por este autor. De Miquel Navarro, Testa Amagatall-Torre, 1990 (acero cortén, 90 x 37 x 637 cm; 1194) se vendió por los 13.500 euros de la salida, lo mismo que, por 11.500 euros, sucedió con la cabeza Extra, 2007 (bronce, 7/7, 27,5 x 11 x 26 cm; 215) de Rafael Canogar.
Balance muy satisfactorio para una sala que lleva menos de un año y que, si sigue este ritmo, se posicionará mejor aún, por delante de otras con mucha más solera. La decepción fue que ni las dos academias de Antonio López del curso 1951/2 (65, 12.000 euros, y 66, 21.000 euros) ni el San Hermenegildo de Maella (144, 45.000 euros) encontrasen comprador. ¡No siempre se vende todo! Daniel Díaz @Invertirenarte