CIEN AÑOS DESPUÉS, ‘EL JOVEN AZUL’ DE GAINSBOROUGH VUELVE A LONDRES

CIEN AÑOS DESPUÉS, ‘EL JOVEN AZUL’ DE GAINSBOROUGH VUELVE A LONDRES

CIEN AÑOS DESPUÉS, ‘EL JOVEN AZUL’ DE GAINSBOROUGH VUELVE A LONDRES

Hace un siglo que la obra del artista británico salió del país para formar parte de la colección privada del empresario estadounidense Henry E. Huntington. El lienzo, que no se había prestado hasta ahora, vuelve a colgar temporalmente en la sala 46 de la National Gallery. Se trata de una ocasión excepcional, ya que es muy probable que no vuelva a ocurrir en el futuro.

Con  esta exposición, el público de Reino Unido vuelve a encontrarse con El chico azul, una obra a la que dieron un emotivo adiós cuando saltó la noticia de que cruzaría el charco. Tanto es así, que el cuadro de Thomas Gainsborough (Sudbury, 1727-Londres 1788) se expuso en la National Gallery justo antes de que se enviara a Estados Unidos y el entonces director del museo, Charles Holmes, escribió en su reverso las palabras «au revoir», con la esperanza de que algún día volviera a la ciudad. Este esperado regreso se ha producido justo ayer, de modo que la tela podrá contemplarse hasta mayo y con acceso gratuito.

Actualmente pertenece a The Huntington Library, Art Museum and Botanical Gardens, y su actual presidenta, Karen R. Lawrence, ha declarado con respecto al regreso temporal de la obra a Londres: «Dado el estatus icónico de El chico azul en la Huntington, este es un préstamo sin precedentes».

Por su parte, el director de la National Gallery, Gabriele Finaldi, ha subrayado también lo excepcional de poder contar con esta famosa pintura, afirmando que su presencia en Reino Unido «es una oportunidad única y excepcional para que los visitantes puedan contemplar la obra del artista en su momento más deslumbrante».

Una de las peculiaridades de la pieza es el cambio de estilo que supone con respecto a lo que Gainsborough había estado realizando hasta el momento (1770). Esto se debe a que la pinta durante su estancia en Bath, ciudad balneario caracterizada por el lujo y la elegancia. El autor permaneció allí 15 años y se ganó el favor de las relevantes figuras de la ciudad, que se convertirían en sus benefactores. Para ello, estudió y copió previamente a grandes pintores de épocas anteriores, especialmente a Anton Van Dyck.

Thomas Gainsborough. El Joven Azul. 1770. Óleo sobre lienzo. © cortesía de Huntington Library, Art Museum, and Botanical Gardens, San Marino, California
Anton van Dyck. «Lord John Stuart y su hermano, Lord Bernard Stuart». ca 1638. Óleo sobre lienzo. © The National Gallery, London.

Este fue el momento en el que su obra adquirió fama nacional, pues empezó a enviar obras a las exposiciones anuales de la Society of Arts (hoy Royal Society for the Encouragement of Arts, Manufactures and Commerce), especialmente retratos de sus clientes más conocidos que funcionaban como un reclamo para el público. Ese creciente éxito cristalizaría en 1769, cuando se le invitó a ser uno de los miembros fundadores de la Royal Academy of Arts.

El hilo conductor de la muestra londinense incide precisamente en la relación entre el artista británico y Van Dyck. Por eso, el recorrido no solo presenta El chico azul como obra aislada. Esta dialoga con otros trabajos de Gainsborough en los que se aprecia igualmente la influencia del pintor flamenco, y se completa con algunas pinturas de este último, como Retrato de John Stuart y su hermano, John Bernard Stuart.

La huella de Van Dyck se aprecia especialmente en los colores que el pintor inglés empezó a utilizar en la década de los 70 —el tono del traje de El joven de azul se asemeja al de John Bernard Stuart en el cuadro previamente citado—, así como en la elección de representar a sus retratados de cuerpo entero, «a la gran manera».

Esta exposición podrá contemplarse en la National Gallery de Londres hasta el 15 de mayo de 2022. Sofía Guardiola