Bienal de Arquitectura de Venecia 2023: en busca de un futuro mejor
Este año, la exposición invita a pensar en problemas de actualidad como el cambio climático o las grandes migraciones, buscando soluciones innovadoras y propuestas que lleven a nuevas formas de vivir y consumir.
Laboratorios del futuro es el título escogido este año para la Biennale di Venezia, que invita a buscar soluciones innovadoras a los grandes problemas de nuestro siglo. Algunos de los temas en los que se han puesto el foco son la destrucción del planeta y las migraciones de grandes masas de población, que huyen de conflictos o situaciones de extrema pobreza a zonas del mundo que, si bien son más privilegiadas, no parecen capaces de ofrecer soluciones eficientes a esta población desplazada.
En este sentido, se hace especial hincapié en la Diáspora Africana, y se ha escogido para comisariar la bienal a Lesley Lokko, arquitecta de origen ghanés-escocés y escritora, cuyo trabajo gira con frecuencia en torno a la identidad cultural y racial.
Tal y como ella misma ha señalado, la temática de este año busca llamar la acción a los participantes de la muestra sobre una serie de problemas que perfilan para nuestro planeta un oscuro futuro, tratando de emplear la arquitectura para reflexionar y encontrar soluciones útiles y factibles. Además, la otra pretensión principal de la Bienal de Arquitectura de este año es crear un relato coral y multidisciplinar sobre estos problemas, mostrando una perspectiva amplia que permita ver cómo los males de nuestro presente afectan a la población dependiendo de su contexto.
La Norman Foster Foundation, por ejemplo, ha decidido realizar un proyecto colaborativo junto a Holcim, una de las empresas más importantes en el desarrollo de soluciones de arquitectura sostenibles. La propuesta, denominada Essential homes Research Project supone una investigación sobre lo que una vivienda necesita para aportar a quien habita en su interior lo esencial y necesario para vivir con dignidad.
El resultado de dichas indagaciones es el prototipo de vivienda presentado en la inauguración de la bienal, diseñado para proporcionar a miembros de poblaciones desplazadas –que, en muchas ocasiones, llegan a vivir décadas en asentamientos temporales y precarios– seguridad, comodidad y bienestar.
Además de la preocupación por proporcionar buenas condiciones a los potenciales habitantes de estas viviendas, Holcim se ha encargado de que estas infraestructuras sean lo más sostenibles posibles.
De este modo, el proyecto de Foster no solo plantea una solución a los grandes desplazamientos de población del siglo XXI, sino que lo haría de forma respetuosa con el medio ambiente. En este sentido, se ha construido pensando en la posible reutilización de los materiales, la eficiencia energética y la reducción de la huella de carbono, una de las principales preocupaciones de los organizadores de la exposición. De hecho, la propia construcción de los pabellones de la bienal ha sido planeada y llevada a cabo con la pretensión de reducir lo máximo posible la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.
El prototipo a tamaño real creado por Foster y Holcim puede contemplarse en los Jardines de la Marinaressa, mientras que en el Palazzo Mora hay una exposición que explica de forma más amplia los detalles del proyecto, hasta que finalice la exhibición el 26 de noviembre de este año.
España, por su parte, ha decidido poner el foco en otra de las necesidades del ser humano que se ven amenazadas debido a la destrucción de nuestro planeta, y que a su vez contribuyen a fomentarla: la alimentación. Para ello los comisarios Eduardo Castillo-Vinuesa y Manuel Ocaña han denominado al pabellón nacional FOODSCAPES, haciendo especial hincapié en la agricultura, en la que España tiene un gran protagonismo a nivel europeo.
La muestra supone un viaje por los distintos espacios en los que la alimentación es protagonista, desde la cocina de la casa a las vastas extensiones de terreno encargadas de suministrar productos agrarios a ciudades enteras. Para ello, se albergan entre los muros del pabellón la proyección de cinco películas, un archivo constituido por recetas y un programa público que incluye conversaciones, debates, eventos e investigaciones colectivas.
Con todo ello, se busca incitar a la reflexión sobre temas como la posibilidad de alcanzar una explotación alimentaria más sostenible, el modo en el que consumismos estos bienes y la forma en la que su producción modifica los paisajes que habitamos, invitando a encontrar soluciones reales y aplicables, tal y como Lokko ha subrayado que pretendía hacer en su edición número 18 la Bienal de Venecia de Arquitectura. Sofía Guardiola