Antonio de Guezala y su entronque en el Museo de Bellas Artes de Bilbao

Antonio de Guezala y su entronque en el Museo de Bellas Artes de Bilbao

El pasado viernes se presentó en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, dentro de la exposición Entreacto, una selección representativa del nuevo fondo en torno a la figura del pintor Antonio de Guezala (Bilbao, 1889-1956), lo que convierte al Museo bilbaíno en el centro de referencia para el estudio y la conservación de este artista multidisciplinar, que no solo era un pintor en sintonía con las corrientes renovadoras de comienzos del siglo XX, sino también  ilustrador, cartelista, caricaturista, escenógrafo y creador de exlibris. El conjunto que ahora se incorpora procede de un nieto y dos bisnietos, quienes lo recibieron intacto de manos de la hija del pintor, Julia Guezala Guinea (1922-2008).

En el acto para dar a conocer el extenso corpus de obras de arte, documentos y objetos diversos del universo de Antonio Guezala, estuvieron presentes el alcalde de Bilbao y presidente del Patronato de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao, Juan Mari Aburto; el bisnieto de Antonio de Guezala, Oier Aranzabal Guezala; la directora de Obra Social BBK, Nora Sarasola; el director y la conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo del Museo de Bilbao, Miguel Zugaza y Miriam Alzuri. No conviene olvidar que Guezala fue un activo exponente de la vida cultural de Bilbao durante las cuatro primeras décadas del siglo pasado.

El nuevo fondo ingresa en el museo a partir de la adquisición de 42 pinturas y obras sobre papel del artista y una acuarela de Sonia Delaunay. Con un valor de 950.000 €, ha sido posible gracias a la aportación de los Amigos del Museo y la colaboración de la Fundación BBK. Como ocurre con otras iniciativas similares esta acción ha propiciado además la donación de 7.400 objetos -entre dibujos, diseños para carteles, impresos efímeros, su colección de ex libris propios y de otros artistas, álbumes de fotografía, filatelia y heráldica y parte de su biblioteca- y el depósito de seis obras de Guezala y cuatro de otros autores, entre ellos el dibujante Luis Bagaría y el pintor Anselmo Guinea, padre de Eloísa, su primera esposa.

Antonio de Guezala en la casa familiar La Cerca, Bilbao, principios de la década de 1920
De izquierda a derecha: Miguel Zugaza, director; Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao y presidente del Patronato de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao; Oier Aranzabal Guezala, biznieto de Antonio de Guezala; Miriam Alzuri, conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo; y Nora Sarasola, directora de Obra Social BBK.

Una selección representativa de este nuevo fondo se exhibe ahora en las salas 8 a 10 de la exposición Entreacto que, precisamente, analiza el contexto sociocultural que conoció Guezala durante los años de existencia del Museo de Arte Moderno de Bilbao, de 1924 a 1945. Como artista e impulsor de numerosas iniciativas, Guezala fue uno de los promotores de la vida cultural del Bilbao, participó en 1911 en la fundación de la Asociación de Artistas Vascos y, más tarde, formó parte de las juntas de Patronato de los museos de Bellas Artes y Arte Moderno de la ciudad.

El Museo de Bellas Artes ha prestado especial atención en las últimas décadas a su figura, tanto en la exposición de hace poco más de 30 años, la más relevante dedicada al pintor, comisariada  por Pilar Mur, y por contar con un número de obras muy significativas en su colección, entre las que destacan su pintura más icónica, realizada unos años antes de la Guerra Civil: La puerta giratoria o Retrato de Begoña de la Sota (1927) y otras anteriores como Concha (1915) y  Noche de artistas en Ibaigane (1927), así como los dos lienzos titulados Eresoinka, fechados en 1939.

Dentro de lo adquirido y donado gracias a la aportación de los Amigos del Museo y a la colaboración de la Fundación BBK pueden mencionarse las pinturas Eloísa Guinea de Guezala (1916) y Choque de tranvías en El Arenal (1922) de Guezala, y la acuarela Bailarina (1916) de su amiga Sonia Delaunay. También las extraordinarias caricaturas que Guezala hizo de sus colegas de la Asociación de Artistas Vascos, el boceto para el cartel de la IV Vuelta ciclista al País Vasco (1927) o los bocetos para una baraja diseñada hacia 1938.

Cabe subrayar el importante catálogo de obra sobre papel conservado por la familia y donado íntegramente al museo. Se trata de 7.400 objetos que incluye ex libris y materiales filatélicos, y un extraordinario conjunto de piezas de su faceta como diseñador e ilustrador: dibujos y bocetos originales, grabados, carteles y diseños para portadas de libros y revistas. También todo tipo de impresos efímeros, como los menús e invitaciones que realizó para los homenajes a Francisco Durrio, Pío Baroja, Julián de Tellaeche, Juan de Echevarría o Ignacio Zuloaga.

Muchos de ellos revelan su innovación en el campo del diseño gráfico, experimentando diferentes técnicas y soportes. Algunos ejemplos de esta labor están presentes en el Libro de autógrafos de Eloísa Guinea de Guezala -que quedó sin cometido con la muerte de su primera esposa, pero que incluye un interesante Autorretrato fechado en 1916- o la Caricatura de Pedro Mourlane Michelena (1916) y el Figurín bailarina de Cakewalk (1927), realizados en un lenguaje refinado y decididamente vanguardista.

En este extenso conjunto destacan varios autorretratos, los bocetos originales para el cartel de la exposición en Madrid de la Asociación de Artistas Vascos en el Palacio del Retiro (1915) y para el ballet Kardin o ¿cuál de los tres? (1931) de Manu de la Sota; una ilustración original para la novela Ardi Galdua (1918) de Resurrección Mª de Azkue o el diseño de la portada del primer número de la revista Arte Vasco. Otras piezas reseñables son los bocetos para el cartel de las corridas de toros de 1932 o para la decoración de la desaparecida Casa del Huérfano del Miliciano (1936).

La donación incorpora también 2.089 ex libris, entre los que se incluyen prácticamente todos los que realizó Guezala y un selecto grupo de otros autores, catalanes, vascos y europeos. En su labor como coleccionista también reunió más de cuatro mil sellos y materiales filatélicos, que fueron su principal ocupación en los años finales de su vida.

Por último, se ha formalizado el depósito de otras seis obras de Guezala -entre las que destaca el retrato de su primera hija, “Elito”- y cuatro de Anselmo Guinea, Luis Bagaría y José Benito Bikandi.

Choque de tranvías en el Arenal, 1922. Óleo sobre lienzo. 116 x 90 cm Adquirido por el museo en 2024
Figurín bailarina cake walk, 1927. Lápiz, acuarela y tinta negra sobre papel. 20,6 x 14,4 cm. Donación de los herederos de Julia de Guezala en 2024