Ansorena vende su Sorolla y su Oteiza por casi 270.000 euros
Buen cierre de temporada en los días 19 y 20 de julio al que hay que añadir las ventas de Joaquín Mir y César Manrique
Si no me equivoco, la de Ansorena era la última cita importante de la temporada, tras Abalarte, Segre y Fernando Durán, fundamentalmente. Hemos visto, este mes, la adjudicación del cuadro de Goya por los 2,5 millones de euros pedidos en Abalarte, el Zóbel de 130.000 en Fernando Durán, los buenos números de Segre… y, finalmente, Ansorena nos regala otras dos adjudicaciones importantes, por 120.000 y 100.000 euros. Y aunque cerramos la temporada con mucho calor y buen sabor de boca, la sombra de un futuro cercano incierto, frío y negro, parece crecer cada día. Veremos. Por lo pronto, el presente nos vuelve a dejar ventas significativas. Vamos por partes.
Las dos piezas más importantes de la cita cumplieron con las expectativas. En nuestro artículo de previos (ver), mencionábamos ya la batalla entre Joaquín Sorolla y Jorge Oteiza. Del valenciano, se ofrecía un luminoso Patio de la casa Sorolla. Elena Sorolla en el jardín, 1920 (O/L, 65,3 x 55,5 cm; lote 217), procedente de la colección de la propia hija del pintor, Elena, y expuesta en 1958 en la muestra Sorolla en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (número 46). Firmado en la primavera de 1920, su salida por 80.000 euros se demostró finalmente atractiva para un selecto grupo de coleccionistas que fueron pujando sucesivamente en sala, vía online, por escrito y por teléfono hasta rematarse en 120.000 euros. Sumada la comisión de la sala y los impuestos, un 22% del precio de adjudicación, la cifra final de venta es de 146.400 euros. Otra buena venta de Sorolla en Ansorena.
Y ya que estamos, de alguna manera, en esa pintura de cambio de siglo, mencionemos la esperada subida del Puerto del Havre, 1902 (O/L. 49,5 x 38 cm; 213), de Aureliano de Beruete, de 6.000 a 8.000 euros, el remate por los 6.000 euros pedidos del sensual lienzo de Modest Urgell, Añoranza (O/L, 160 x 100 cm; 216), y la relativamente inesperada subida de 2.500 a 7.500 euros del paisaje de Federico de Madrazo, Jardines de Versalles (O/L, 91 x 91 cm; 529). Mención aparte merece el remate por 22.000 euros, a cierta distancia de los 15.000 de inicio, del lienzo tardío, a base ya únicamente de manchas, de Joaquín Mir, Gallinero en un arrabal, c. 1920 (O/L, 50 x 68 cm; 539); sin ser pieza verdaderamente importante muestra el interés del coleccionismo por la obra del gran paisajista catalán.
La otra gran venta de la cita fue, como hemos dicho, la escultura en mármol negro de Jorge Oteiza titulada Fusión de dos poliedros abiertos, definiendo vacíos divergentes. De la circulación orbital, 1972 (28,5 x 35 x 28 cm; 760). Procedente de la galería Juana Mordó, de Madrid, es variante de la escultura CRJO 5.3.01.000 de su catálogo razonado. Y la misma subida de 40.000 euros que vimos con el lienzo de Sorolla sucedió aquí, al pasar de 60.000 a 100.000 euros, que sumadas las comisiones asciende a 122.000 euros finales. Buena venta, sin duda, que muestra -en mi opinión- el aprecio y la importancia que los grandes coleccionistas conceden al vasco, maestro de maestros, a su austera y relativamente escasa producción y a su honrada y terminada búsqueda. Enhorabuena también al comprador, por cierto.
En esa línea de abstracción, creo que podemos situar la telúrica y espectacular tela del canario César Manrique: Inmarcesible, 1977 (Tm/L, 162 x 130 cm; 713). Se esperaba una subida importante, que las pujas confirmaron desde los atractivos 9.000 euros iniciales hasta los 17.000 finales en que se adjudicó. En menor medida, creo que también son interesantes la venta por los 12.000 euros pedidos del Bodegón de las perdices (O/L, 55 x 70,5 cm; 537), de Benjamín Palencia, presente en la Bienal de Venecia de 1950, y los 8.500 euros finales ofrecidos por Pájaros y rosas (O/L, 64 x 78 cm; 533), de Pancho Cossío. Y, por supuesto, los 7.000 y 7.500 euros en que se terminaron adjudicando las dos litografías de Francis Bacon: parte izquierda y derecha del Triptyque, 1983 (12/180 y 131/180, 89 x 62,5 cm cada uno; lotes 710 y 711), editadas por la galería Maeght-Lelong de París (Sabatier, 17), y por las que se pedían apenas 5.000 euros por cada una. Buenas compras.
Por último, en maestros antiguos, una Visión de san Antonio de Padua (O/L, 65 x 49 cm; 52), que la sala atribuía a Alonso Cano, y procedente de la colección de Gaspar de Haro y Guzmán, Marqués de Carpio, subió de 5.500 a 8.500 euros; la gran Adoración de los pastores (O/L, 210 x 165 cm; 56), de Escuela napolitana del siglo XVII, pasó de 4.500 a 5.000 euros y, finalmente, un pequeño lienzo con la Inmaculada Concepción (O/L, 54 x 32 cm; 34), siguiendo modelos de Pietro da Cortona, de Escuela italiana del siglo XVIII, se disparó de 300 hasta los 3.800 euros. ¡Buen verano! Daniel Díaz @Invertirenarte