Ansorena vende su Hiepes y su Rusiñol por 275.000 euros
En la cita de Ansorena de los días 28 y 29 de marzo se adjudicaron el Hiepes y el Rusiñol por sus salidas de 120.000 y 105.000 euros, respectivamente.
La licitación en Ansorena nos ha traído algunas buenas sorpresas pero me temo que también un par de malas noticias. Si comenzamos por lo bueno y destacado hay que hacer referencia en primer lugar a la venta de la portada de su catálogo, un flamante Jarro con flores (O/L, (O/L, 64 x 47 cm; lote 175), firmado con un claro “Thomas Hiepes Fecit”, que salió a la luz tras su limpieza y restauración. El lienzo de Tomás Hiepes, o Yepes, como también se le conoce, se ofrecía por 120.000 euros, tras haber sido no sólo dado a conocer en 2009 en Icono por Rafa Romero sino también publicado por el propio especialista de pintura antigua de la sala, Víctor Marco, en 2021 en su imprescindible y clarificador Pintura barroca en Valencia (1600-1737) (pág. 449, Tomás Yepes, núm. Cat. 80), como comentamos ya en nuestro artículo de previos (ver). Así, fue más sencillo que un coleccionista ofreciera la cantidad pedida, que sube a 146.400 euros si sumamos los 26.400 euros del 22% del premium de la sala.
Más interés hubo por parte de los coleccionistas primero por la Virgen con el Niño (O/T, 50,5 x 39,5 cm; 177), del milanés Marco D’Oggiono, que pasó de 14.000 a 18.000 euros, y luego por la más dulce y tardía Sagrada Familia con san Juanito (O/L, 97,5 x 74 cm; 178), de Francesco Trevisani, que subió también, de 18.000 a 20.000 euros esta vez. Y para cerrar este apartado, mencionaré las dos tablas del valenciano Onoré Falcó, Anunciación y Adoración de los pastores (O/T, 32 cm diámetro; 167); en mayo pasado habían salido por 9.000 euros y no se vendieron (ver), pero los 7.000 euros de inicio debieron animar a más de uno y terminó adjudicándose la pareja por 10.000 euros.
La otra gran venta de la cita es el lienzo del paisajista catalán Santiago Rusiñol. Se ofrecía de su mano, por 105.000 euros, un tardío pero muy luminoso y atractivo El Tajo (Aranjuez), 1930 (O/L, 108 x 135,5 cm; 39), publicado en el razonado de Laplana, Palau-Ribes y O’Callaghan (2004, vol. III, pág. 192, núm. 17.11.11) donde aparecía titulado como El Tajo IV (Aranjuez), y expuesto el mismo 1931 -año de la muerte de Rusiñol- en la Sala Parés (28 de febrero a 13 de marzo, nº cat. 6). La potencia colorista que se exhibía gustó al único comprador que ofreció los 105.000 euros pedidos, y añadido el 22% de la sala, 23.100 euros, se lo llevará por los 128.100 euros finales.
En otra escala, de otro catalán como Luis Graner, se ofrecía un gran lienzo como La Familia en el jardín (O/L, 163 x 121 cm; 40), firmado en 1895. Tras subir de 32.000 a 40.000 euros, fue adquirido por el Estado en ese remate.
Piezas menores ya, de Joaquín Sorolla, su óleo sobre cartón Mercado de León (8,5 x 12 cm; 38), pasó de 9.000 a 14.000 euros; de Emilio Sala, lienzo con La actriz Teodora Lamadrid en La Ricahembra, 1886 (O/L, 80 x 65,5 cm; 33), subió también de 6.000 a 10.000 euros; de José Jiménez Aranda, su pequeña pero fina tabla con El violinista, 1887 (O/T, 32,5 x 24 cm; 34), no sorprendió que pasara de 7.000 a 8.500; y, por último, el Paisaje con campesinos catalanes, río y pueblo al fondo (O/L, 31 x 79 cm; 35), de Baldomero Galofre, se adjudicó por los 8.000 euros, una puja por encima de la salida de 7.500 euros.
El paso al siglo XX quedó facilitado por la venta del lienzo con la Última Cena (Tm/L, 125 x 200 cm; 532), de José María Sert, en la línea de sus obras realizadas para San Telmo, en Bilbao; dos coleccionistas pujaron por él, y pasó de 28.000 a 30.000 euros.
Ayer, en el artículo sobre las ventas en Segre, hacía notar el problema que las salas están teniendo a la hora de poner precio a las obras sobre papel y sobre lienzo de Antoni Tàpies. Hoy, creo que hay que comentar lo mismo con las piezas de fundamentalmente los años sesenta de Juan Genovés pues no hubo interesado que ofreciera los 100.000 euros pedidos por Las flechas, 1969 (O/L, 170 x 130 cm; 694); el precio se demostró excesivo y el coleccionista prefiere, a los hecho me remito, sus últimas piezas, más coloristas y decorativas, que repiten los mismos esquemas sin los significados, que estas de los años cincuenta o sesenta, auténticas, inspiradas en hechos concretos y reales de la dictadura, como denuncia social. Y pienso que algo de lo comentado con Tàpies sucede también con Antonio Saura: de su mano se ofrecían tres y no se vendió ninguna. A saber: Autodefé, 1983 (Tm/cubierta de libro, 32 x 54 cm; 688), por 13.000 euros; Multitud, 1983 (gouache y tintas sobre papel, 70 x 100 cm; 692), por 25.000 euros; y, finalmente, Dama, 1985 (acrílico, tinta china, grafito y esmalte sintético sobre cartulina, 108 x 75 cm; 693), por 58.000 euros. Precios excesivos, visto lo visto.
Dicho lo cual, pienso que Ansorena sigue siendo la que mejor vende a Eduardo Arroyo: era lógico que subiera su buen Parmi les peintres, 1976 (collage con papel de lija sobre madera, 80 x 100 cm; 696), y pasó de 17.000 a 32.000 euros; lamentablemente, como era de esperar también, su ya un tanto tardío y simplificado 2000-2005, 2005 (O/L, 162 x 130 cm; 695), ofrecido por nada menos que 28.000 euros, no encontró comprador. Absolutamente inesperada me pareció la subida del lienzo de Cristóbal Toral, Sin título (O/L, 156 x 165 cm; 699), de 9.000 a 32.000 euros, que me recordó a la del día anterior en Segre, cuyas Manzanas, c. 1980 (117 x 136 cm) subieron de 13.000 a 20.000.
Por último, me gustaría mencionar tres obras sobre papel. La primera, los 12.000 euros ofrecidos, la salida, por la Malla, la red de prejuicios que nos arrastran, 1991 (tinta sobre papel, 101 x 72 cm; 689), del argentino León Ferrari; y los dos de Jaume Plensa, Sin título, 1992 (Tm/papel, 66 x 46 cm c/u; 684 y 685), que subieron de 5.000 euros a 8.000 y 7.000 euros, respectivamente. Sólo lo mencionado aquí asciende a 414.500 euros, así que enhorabuena a la sala. Buenas vacaciones de Semana Santa, bien merecidas. Daniel Díaz @Invertirenarte