La Galleria Borghese adquiere ‘Baile en el campo’ de Guido Reni
El museo romano amplía este 2020 su colección de manera significativa por primera vez desde su fundación en 1902. El cuadro de Reni, cuya atribución y procedencia eran una incógnita hasta hace no mucho, se ha podido rastrear gracias a un inventario del siglo XVII hasta la colección reunida por Scipione Borghese. Esta incorporación se ha sumado a la primera campaña por micromecenazgo llevada a cabo por una institución italiana, que pretende recaudar 8 millones de euros para la compra de un busto de Urbano VIII en bronce de Bernini.
No es habitual que ahora, tras sus más de cien años de existencia, la Galleria Borghese haya recurrido a la compra de una obra para completar la colección reunida por el cardenal Scipione Borghese a comienzos del siglo XVII. Adquirido por el gobierno italiano en 1902, el conjunto de obras maestras de Caravaggio, Bernini, Leonardo o Rafael, ha sido siempre tan apabullante que los esfuerzos de la institución se han dirigido en otras direcciones, alejadas de completar posibles «huecos» en sus fondos. No obstante, su directora Anna Coliva se ha propuesto cambiar esta política centenaria.
Todo comenzó en enero, cuando se dio a conocer la campaña de micromecenazgo que activaba el museo para la adquisición por 8 millones de euros de un busto en bronce de Bernini que retrata a Urbano VIII. La pieza, que sigue en manos de los descendientes del papa, en la colección Corsini de Florencia, será una importante adición, ya que la Galleria Borghese no posee ningún retrato del que fuese tío de Scipione. Una vez recaudado el dinero necesario, ocupará un lugar de importancia en las salas de la villa junto con una mención a todos los donantes.
Tras esta primera incursión, le ha llegado el turno a la pintura recientemente atribuida a Guido Reni, Baile en el campo. La identidad del artífice del lienzo ha sido desconocida hasta hace poco tiempo, de hecho, la pieza fue subastada en Bonhams en julio de 2008 como Escuela boloñesa. No se pudo encauzar su estudio hasta que Keith Christiansen, conservador del Metropolitan Museum of Art, sugirió el parecido existente entre este paisaje y el pequeño cobre de Reni que había estado en la colección Pat Combs. Gracias a este enfoque se pudo determinar que, a causa de su composición y características formales, se correspondía con un periodo temprano en su producción, en la primera década del 1600.
Además, y gracias al número –115– que se encuentra en la trasera del lienzo, Aidan Weston-Lewis, jefe de Conservación de las National Galleries of Scotland, pudo determinar su presencia en el inventario de la colección Borghese en 1693, donde ya aparecía mencionado como Guido Reni. El investigador argumentó que tan pocos años tras la muerte del pintor boloñés era imposible que se le atribuyesen piezas tempranas de cuya autoría no se tenía total seguridad.
Este hallazgo hizo que la pintura cobrase una gran importancia para la Galleria, ya que se trata de una pieza que había formado parte del conjunto originalmente. Una vez identificada pasó por varias galerías especializadas en arte antiguo –Lauraine Diggins Fine Art o Matthiesen Gallery– hasta llegar a su nuevo hogar. La compra se ha motivado en la intención de volver a reunir la colección que dio origen al museo y, una vez emprendido este camino, no se puede descartar que continúen las adquisiciones. Eso sí, con unas condiciones muy concretas.