‘L’Onde du Midi’: Elias Crespin llega al Louvre
El museo parisino añade a su colección de arte contemporáneo una instalación cinética del artista venezolano.
Hace 30 años que Ieoh Ming Pei cambió para siempre la imagen del Louvre y, por tanto, de París. Su pirámide de cristal suscitó polémica desde el mismo momento en el que el proyecto fue aprobado, pero ha acabado formando parte indispensable del imaginario colectivo. Ese salto de fe, impensable para la mayoría de instituciones similares, fue muy consecuente con la trayectoria del museo. El Louvre presume de haber sido siempre receptivo a proyectos decorativos o escenográficos de artistas vivos. Desde los encargos a Le Brun y Delacroix, a los más recientes a Anselm Kiefer o Cy Twombly.
Este museo «vivo» ve ahora su última incorporación con L’Onde du Midi, una escultura cinética de casi 10 metros de longitud ideada por el artista venezolano Elias Crespin. La pieza –que se corresponde con la categoría de «Plano Flexionante» dentro de la producción del autor– forma ya parte integrante de la escalera meridional. L’Onde du Midi se compone de 128 tubos metálicos que cuelgan de hilos motorizados y se desplazan en una combinación de coreografías en secuencias de 30 minutos. La intención del artista ha sido la de generar una obra que, mediante su incesante e hipnótico movimiento, incite a la contemplación.
El componente mecánico dentro de la producción de Crespin se debe a su anterior trayectoria como ingeniero informático. La ciencia y el arte siempre han sido temas de su interés, así como su combinación:
«Las formas y la lógica siempre me han atraído. Soy sensible a la sensualidad y a la percepción de las cosas, como puede ser apreciar una bonita puesta de sol. Pero también hay cosas complejas que me interesan: las funciones, las propiedades de un círculo o de un triángulo, el trazado que puede resultar de una determinada relación matemática»
Nacido en Caracas en 1965 comenzó su andadura como artista en 2002, con la obra Malla Electrocinética I, que no llegó a presentar al público hasta dos años después. Sus obras pueden contemplarse en el Museo de Bellas Artes de Houston, el Museo del Barrio de Nueva York y o el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Su mayor contacto con el público parisino antes de L’Onde du Midi fue en 2018, cuando con su pieza Grand HexaNet participó en la muestra Artistas y robots del Grand Palais.