Sorolla revisado y recatalogado
El Museo Sorolla presenta el primero de los cinco volúmenes que compondrán el catálogo razonado de la pintura del autor valenciano. Este libro inicial, dedicado en exclusiva a las 1.288 obras pertenecientes al museo que lleva su nombre, incluye una nueva obra autógrafa del maestro –atribuida a un discípulo suyo– y desecha finalmente otras dos pinturas hasta ahora dudosas.
“Hemos ido a revisarlo todo”, explica Blanca Pons-Sorolla, principal experta en la obra del pintor y directora de la publicación de Sorolla. Catálogo razonado, colección de pinturas del Museo Sorolla. Un volumen de 560 páginas profusamente ilustrado, con cerca de 1.300 imágenes –casi un tercio de ellas nuevas– que repasan toda la obra pictórica del maestro conservada en el Museo que lleva su nombre, y para el que se han corregido títulos, dataciones e incluso medidas.
El libro, que ha sido editado por Ediciones El Viso y la Fundación Museo Sorolla, recoge múltiples referencias del artista, así como varios apéndices: una completa biografía, la cronología de sus exposiciones, abundante bibliografía y una tabla de equivalencias entre los números de los distintos inventarios (Museo Sorolla, Catálogo de 2009, volumen de Bernardino de Pantorba de 1953 y el de la propia Blanca).
La bisnieta de Joaquín Sorolla lleva más de tres décadas dedicada al estudio y catalogación de la obra del pintor de la luz, y este tomo que ahora acaba de publicarse es el primer fruto visible de todo ese gran esfuerzo. “He querido recuperar la proyección internacional que Sorolla alcanzó en vida. Mi colaboración a ese ‘sueño’ es este catálogo, donde se sientan las bases de toda su obra”, explicó Blanca durante la presentación.
La directora del proyecto cuenta que se ha recuperado la autoría de Estudio para Extremadura. El Mercado (1917), un gouache sobre cartón atribuido hasta ahora a su discípulo Santiago Martínez Martín. “También tengo que dar como buenas tres obras que han pasado por testamentaría, pero con ciertas dudas”, añade Pons-Sorolla. A cambio, se le retiran definitivamente dos pinturas [MS01131 y MS01441] cuya autoría era dudosa.
El origen de este proyecto tenemos que buscarlo en 1987, cuando Blanca comenzó a ordenar por carpetas toda la documentación de la que disponía. Una década después, y gracias a la Fundación de Apoyo a la Historia del Arte Hispánico, creó una base de datos propia donde se informatizaron todos aquellos papeles, incluidas cartas personales. El siguiente paso fue publicar una biografía en el año 2000.
Sorolla. Catálogo razonado, colección de pinturas del Museo Sorolla es “el último eslabón” que recoge todo lo aprendido (y actualiza el volumen publicado en 2009 por Florencio de Santa-Ana). Aprendido, decíamos, por la bisnieta del pintor y por Teresa Jiménez-Landi Usunáriz y Mónica Rodríguez Subirana, quienes colaboran en el proyecto desde 2009.
Ambas documentalistas han repasado decenas de fotografías, cartas, archivos e inventarios. Por eso, durante el proceso de investigación han identificado nuevos personajes en las escenas de Sorolla que han llevado consigo cambios en algunos títulos. Por ejemplo, Contemplando el mar ahora pasará a llamarse Elena y Williams, por los dos personajes que aparecen bajo la sombrilla: la hija del pintor y el crítico de arte que pasó el verano con la familia en 1907, en la Granja de San Ildefonso. También explican que es la primera vez que se publican, juntos, anverso y reverso de ciertas obras (cuyo soporte se reutilizó).
Este primer volumen editado por El Viso es en realidad el inicio de toda una serie. Habrá cuatro volúmenes más, donde aparecerán las cerca de 4.200 pinturas existentes del artista (incluidas las de este libro madrileño).
Gonzalo Saavedra, director de la editorial, se felicitó porque se trata de “un libro que va a contribuir a conocer mejor la obra del artista”. Tanto en España como en el extranjero, ya que cuenta con una versión hispana –patrocinada por Amigos de la Fundación Museo Sorolla y la Fundación María Cristina Masaveu– y otra inglesa (patrocinada por el Grupo Barceló). Sol G. Moreno