Buenas ventas también en Barcelona: aunque los remates no fuesen espectaculares, hubo muchas ventas que terminan sumando una cantidad importante.
La portada del catálogo mostraba perfectamente la intención de la sala de obtener una buena venta. La pieza esculpida en mármol blanco, pulida con esmero y primor, respiraba calidad, pero también una idea por encima de lo únicamente material, la Puixança de una joven, fácil metáfora para hablar del Noucentisme en el que José Clará se movía. Realizada en 1936 y de nada menos que 175 cm de altura (lote 1244) los 70.000 euros en que se ofrecía pronto quedaron superados hasta adjudicarse por 90.000 euros. Y, ciertamente, los merece.
Siguiendo con la escultura, destacó también la compra del Estado por el precio de salida, 30.000 euros, de la pieza en barro cocido y policromado, y cuerda, Sin título, 1934 (40 x 15 x 14,5 cm; 1369) de Eudald Serra; obra de juventud realizada con apenas 23 años, ofrece ese componente surrealista que caracterizará posteriormente parte de su producción. Y otras dos piezas, más habituales: de Andreu Alfaro, su Forma continuada II (acero inoxidable, 1342) se adjudicó por 6.000 euros, y de Enric Casanovas, Joven sentada (mármol, 1246) subió de 5.000 a 6.000 euros.
En los lienzos regionalistas también hubo interesantes ventas, la mayoría de las cuales fueron por el precio de salida. La más destacada, sin duda, la pequeña subida de 38.000 a 44.000 euros por Escena gallega (Zagala y yunta de las mariñas o A facenda; 1262) de Fernando Álvarez de Sotomayor; buena compra, sin duda, que hace viajar a pujas y remates de tiempos pasados… Se ofrecieron los 18.000 euros de la salida por el boceto sobre cartón (33 x 24 cm; 1298), dedicado al “ilustre Doctor D. Florestán Aguilar”, del Retrato de Teresa Carbonell de Julio Romero de Torres; no es poco para el tamaño y el asunto. De 5.000 a 6.500 euros subió la Joven con cerezas (1299) del extremeño Eugenio Hermoso, cuyas ventas habían disminuido notablemente en los últimos tiempos. Del gallego José Frau, su Vista rural (1196) se vendió por los 18.000 euros que se pedían al inicio. Y la sorpresa, que vino de la mano del madrileño Rafael Pellicer cuya Vista (Los sentidos; 1314), pasó de 2.000 a 10.000 euros.
En cambio, en los esperados paisajes catalanes las ventas fueron a parar a las piezas menores pues no hubo postores para Els xiprers de Villa d’Este (1210; 110.000 euros) ni para Cástor y Pólux (1192; 70.000 euros) de Santiago Rusiñol, ni para el Grupo de jinetes de Josep Cusachs (1154; 36.000 euros), entre otros. Se pagaron, eso sí, 19.000 euros por La parra (Paisaje de Ronda; 1213) de Eliseo Meifrén, 5.000 euros por la tablita Montaña y valles de Mallorca (1224) de Anglada Camarasa, y 7.000 euros por la del Jardín (1184) de Rusiñol. Arcadi Mas i Fondevila obtuvo dos buenos remates, que no debemos despreciar: los 6.000 euros de la salida, por su pastel Niños con ocas (1183), y 4.750 euros por la acuarela Barca arribant a la platja (1188). La gran subida fue la de Aguadoras ibicencas (1297) de Laureà Barrau, que partía de unos escasos 4.000 y se remató finalmente por 8.500 euros.
Más modernos, de Joan Miró, dos ventas, por la salida también: la tinta china y lápices de colores sobre papel de Ubu aux Baleares (1366), por 26.000 euros, y el Sin título de cera y lápices de colores por 15.000 euros. Sorprendió que no se vendiese el lienzo de Antonio García Lamolla de 1935 por el que se pedían 12.000 euros (1368), pero sí un gouache y carboncillo sobre cartulina de su mano, Sin título (1363) por el que se pedían 6.000 euros.
Acabamos. La tercera edición de los Caprichos de Goya (1052) se adjudicó también por los 20.000 euros de la salida, al igual el San José con el Niño (1082) Giovanni Battista Beinaschi por 8.000 euros.
Muchas ventas de piezas por la salida, y otras tantas en cantidades medias, pero ventas al fin y al cabo son cada una de ellas. Y es que Balclis sigue creciendo. Daniel Díaz @Invertirenarte