Con las ventas de lienzos de los siglos XVII y XIX fundamentalmente, la casa sevillana supera con creces el millón de euros de facturación.
Concluyó la tercera licitación en Isbilya y aunque el número de ventas en lo que a pintura se refiere fue más escaso del esperado, el precio pagado por una de ellas hace que pase ya a estar por encima de otras muchas casas.
Efectivamente, los 750.000 euros dados por la paleta 7 el día 14 de abril pasarán a la historia de la casa; y es que el comprador, que deberá abonar finalmente 907.500 euros (remate + 21%, IVA ya incluido), se hizo con el ampliamente ya comentado Retrato de Felipe IV, c. 1628 (O/L, 227 x 110 cm; lote 142) atribuido a Diego de Velázquez por los expertos que lo vieron más o menos recientemente como Pérez Sánchez, Peter Cherry, Enrique Valdivieso o Carmen Garrido (ver artículo anterior).
El sencillo hecho de sacar esta complicada pieza en el exiguo mercado español y encontrar en ese precio un coleccionista para ella tiene un mérito enorme; desde estas líneas no podemos más que felicitar a la casa y desear que siga trabajando en esta senda.
En otro nivel, alto también para las cifras habituales en las subastas españolas, destacó la subida del San Jerónimo (O/L, 72 x 94 cm; 89) de Mattias Stomer, que pasó de 70.000 a 80.000 euros refrendando su calidad caravaggiesca. Lo mismo sucedió con la tabla de la Virgen con Niño, santa Ana y donantes (97 x 60 cm; 120) de Alejo Fernández, también vendida, aunque esta vez por la salida, 40.000 euros (48.400 euros premium incl.), que no deja de ser una cantidad ya importante, no lo olvidemos.
Se quedaron en el tintero, eso sí, otras piezas de calidad muy alta, pero a unos precios que el mercado ha creído excesivos; me refiero al Martirio de san Andrés de Juan de Uceda (lote 137, 50.000 euros), los Desposorios de Procaccini (57, 120.000 euros), el Baco de Carracci (90, 30.000 euros), la Huida a Egipto (55, 20.000 euros) de Escuela peruana S. XIII o el San Francisco Javier predicando (56; 10.000 euros) de Escuela española S. XVIII, entre otros. Parece que ha habido coleccionistas interesados en alguno de ellos; si se confirma la venta, lo comentaremos.
Se adjudicaron también, por los 15.000 euros de sus salidas, dos peculiares retratos ecuestres de Escuela española del XVIII: Godofredo Bouillon con el estandarte de la Orden del Santo Sepulcro en Jerusalén (O/L, 218 x 159 cm; 97) y el del Rey Arturo portando su estandarte (O/L, 218 x 159 cm: 98). Y también se vendió, por 7.000 euros, el Retrato de caballero (O/L, 53 x 43 cm; 83) de Luca Giordano.
El siglo XIX obtuvo también interesantes ventas. Destacaron los 22.000 euros dados por la pequeña tablita –con su calidad habitual- Riberas del Guadaira (26,5 x 36 cm; 161) de Emilio Sánchez Perrier, lejos de los 6.000 euros en que se vendió, la salida también, su pequeño Zoco árabe (O/T, 13,5 x 26 cm; 157).
El sevillano romántico Valeriano Domínguez Bécquer pintó un buen aunque verdaderamente inusual Retrato de Edouard Manet vestido de andaluz (O/L, 90,2 x 69,5 cm; 572), que ya publicaron Valdivieso y Fernández López en su Pintura romántica sevillana (Sevilla, 2011, pág. 160); pasó de 7.500 a 8.000 euros. Más tardío, de otro de los más conocidos sevillanos, Manuel Cabral y Bejarano, se remató por 15.000 euros su Joven con pandereta, 1883 (O/L, 83 x 60 cm; 150).
Del gibraltareño Gustavo Bacarisas se ofrecía por unos no baratos 5.000 euros Florero (O/L, 62 x 50 cm; 579), que encontró comprador en ese precio; más animada fue la puja por su colorista gouache bajo el título de Paisaje costero (61 x 45 cm; 592), que pasó de los 3.000 de la salida hasta adjudicarse, ¡un gouache!, nada menos que por 5.500 euros. Y ya que hablamos de paisajes, la Vista de Sevilla (O/L, 62 x 100 cm; 182), de Escuela sevillana S. XIX, se vendió por 2.700 euros, pero Puerto de Málaga (O/fotografía, 50 x 160 cm; 179), atribuido a Juan Martínez Abades, que salía desde los 3.000 euros, no encontró interesados. Sí, la acuarela de Mariano Fortuny, Figura femenina, 1869 (34 x 21 cm; 45), que se remató por 7.500 euros.
El siglo XX ha tenido habitualmente un mercado más complicado en Andalucía, ligada quizá más que otras partes de nuestro país a la tradición, ya sea barroca ya del siglo XIX. Sin embargo, hubo un comprador que se llevó dos buenos grabados de Picasso: Serie 347 (aguatinta y puntaseca, Bloch 1522, 19/50, 31,8 x 39,4 cm; 391) y Arlequín de la misma Serie 347 (aguatinta y puntaseca, Bloch 1517, 35/50, 31,6 x 41,7 cm; 413), pagando por cada uno de ellos los 8.000 de la salida. Y del catalán Hermenegildo Anglada Camarasa su pequeño y colorido lienzo titulado Arboleda (32 x 48,5 cm; 438), se adjudicó también en la salida, esta vez de 6.000 euros. Y para poco más dio el siglo XX; se habían vendido muy bien los siglos anteriores. Daniel Díaz @Invertirenarte