Francisco de Goya. Autorretrato con el doctor Arrieta. The Minneapolis Institute of Art, Minneapolis.
LA MIRADA ANALÍTICA Y PSICOLÓGICA DE GOYA
La National Gallery de Londres se rinde a la faceta del pintor como retratista con una exposición que reúne cerca de 70 obras de personajes célebres y anónimos
La Duquesa de Alba con gesto altivo y orgulloso, Fernando VII como un príncipe histriónico, Martín Zapater con la mirada franca, el conde de Floridablanca en actitud altanera… Francisco de Goya pintó las caras de gran parte de los protagonistas de la Corte española del siglo XVIII, pero también reflejó su carácter, sus debilidades y su profundidad psicológica. El pintor aragonés retrató certeramente a decenas de personajes, conocidos o anónimos, gracias al lápiz y el pincel, instrumentos que utilizó como un singular escalpelo con el que diseccionó el alma de cada uno de sus retratados. En los personajes públicos, como la aristocracia o la familia real, el artista aplicó toda su audacia e ironía; en los anónimos, en cambio, familiares o amigos en la mayoría de los casos, puso todo su cariño. Un maestro del retrato acostumbrado a captar el alma de sus personajes, que aprendió con el modelo que mejor conocía: él mismo.
Hasta tres autorretratos están presentes en la muestra Goya. The Portraits, la primera gran retrospectiva organizada en Londres en torno a esta faceta del pintor, que abarca aproximadamente un tercio de su producción. Cerca de 70 retratos de diferentes técnicas y épocas dejan constancia de la evolución del artista, que dominó este género no solo en la pintura sobre lienzo sino también en las miniaturas sobre cobre o los dibujos en tiza negra y roja. La exposición recorre desde sus inicios en la corte madrileña hasta su nombramiento como pintor de cámara del rey Carlos IV y retratista favorito de la aristocracia española. Pues, en contra de lo que se pueda pensar actualmente sobre la crítica acerada de Goya hacia sus coetáneos en cada retrato, lo cierto es que los protagonistas de la Corte le adoraban. Políticos, intelectuales, militares y familias aristócratas al completo posaron ante la mirada analítica y psicológica del pintor, que dibujó la estampa de una sociedad dividida entre ilustrados y absolutistas con un refinamiento técnico y un especial atención por el detalle.
La muestra ofrece un recorrido por algunos de los protagonistas que participaron en los episodios más importantes del momento, desde el reinado de José Bonaparte y la ascensión al trono de Fernando VII, hasta sus últimos trabajos en Burdeos, donde Goya murió en un exilio voluntario. Personajes célebres como los duques de Osuna, el duque de Wellington o la duquesa de Alba conviven con pinturas menos conocidas -es el caso de la condesa-duquesa de Benavente- e incluso inéditas, como el retrato de Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro, que se exhibe por vez primera tras ser adquirido por la Fundación Villar Mir. Entre los ejemplos familiares, pintados hacia el final de su carrera y alejado ya de los encargos reales, destacan las figuras de su mujer Josefa Bayeu, su único nieto Mariano Goya o su mejor amigo, Martín Zapater, con quien se carteó a menudo. Todos ellos completan la nómina de personajes inmortalizados por “un pintor que trascendió los códigos del retrato, por sus habilidad para desvelar la vida interior de sus modelos, incluso en sus retratos formales más solemnes y memorables”, según destaca Xavier Bray, comisario de la exposición.
Un Goya enfermo y envejecido, patético y sufriente, cierra el recorrido de la muestra. Seguramente él mismo fue el retratado que más veces posó ante sus pinceles y, probablemente, también el más crítico. Goya. The Portraits podrá visitarse hasta el 10 de enero de 2016. Sol G. Moreno @solgmoreno
* Más información sobre el retrato inédito de Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro en el artículo de Xavier Bray El hombre de blanco: un nuevo goya publicado en ARS28.