Manolo Millares.
UNA MODERNIDAD ESPAÑOLA SIN ISMOS EN EL MEADOWS MUSEUM
La colaboración sin precedentes entre Estados Unidos y nuestro país ha hecho posible una gran exposición sobre el arte moderno español, con piezas inéditas para el continente vecino y un discurso ajeno a movimientos y estilos concretos.
Es la muestra más exhaustiva de arte moderno español jamás organizada en Norteamérica. Más de un centenar de obras datadas entre 1915 y 1957 ofrecen una narrativa sobre el origen, evolución y desarrollo del arte del siglo XX en nuestro país, a través de la producción de 57 artistas. Gran parte de las pinturas y esculturas proceden de los fondos de la Asociación Colección Arte Contemporáneo (ACAC), institución presidida por José Lladó que ha hecho un esfuerzo ímprobo por ceder todas esas obras al Meadows Museum, lugar donde ahora cuelgan de forma temporal.
Como adelantamos el pasado verano, el museo de Dallas organiza, en colaboración con ACAC y Acción Cultural Española (AC/E), la gran retrospectiva Arte moderno español de la Asociación Colección Arte Contemporáneo, todo un repaso por el arte patrio del siglo pasado, entendido dentro de su contexto histórico, económico y social. Tal vez por eso, el hilo conductor de la muestra no se plantea como una secuencia de estilos, sino como un discurso coherente donde se hace especial hincapié en las aportaciones estéticas de cada autor y su evolución a lo largo de las décadas (y los distintos movimientos). Para entender el recorrido, “es necesario olvidar los lugares comunes de los ismos y mirar el contenido de las obras por sí mismas”, explica Carmona.
Bajo esta premisa, ha estructurado la exposición en cinco secciones; cinco sensibilidades que recogen la realidad cultural del momento, ya se produjese en España o en el exilio. Las “Nuevas fisonomías” reflejan visualmente los cambios de una sociedad en plena transformación, especialmente en lo que se refiere al rol de la mujer. “Forma” ahonda en el estudio de las formas más allá del cubismo y del arte constructivista; “Naturaleza y cultura” analiza la relación entre arte y entorno natural; y “Nuevo lirismo” muestra las obras ejecutadas con mayor libertad y espontaneidad, algunas de las cuales son precursoras del expresionismo abstracto estadounidense. Por supuesto, también hay un apartado especial para el “Surrealismo expandido”, donde se muestran no solo las paranoias de Dalí y Óscar Domínguez, sino también las que tienen que ver con el exilio y la memoria tras la Guerra Civil.
Nombres de proyección internacional como Chillida, Tàpies u Oteiza jalonan el recorrido, en el que también están presentes Leandre Cristòfol o José Guerrero, quienes influyeron en las nuevas tendencias americanas. Puede que el principal reclamo para el público sea la presencia del trío de españoles más célebre –Dalí, Miró y Picasso–, pero el comisario ha hecho un esfuerzo por incluir también a creadores que han tenido peor fortuna entre la crítica, como Alfonso Olivares y Martín Chirino.
Todos ellos forman parte de la Colección Arte Contemporáneo (CAC), perteneciente a una asociación fundada en 1987 por un grupo de empresas privadas nacionales; un consorcio cuyo único objetivo era preservar y presentar las obras de arte al público. Ese espíritu ha permanecido incólume a pesar de las vicisitudes del mercado y de la revalorización de algunos autores, de modo que la colección se ha mantenido prácticamente intacta. Gran parte de sus fondos ha viajado de manera excepcional a Dallas, para exponerse junto a las obras maestras que atesora el Meadows Museum de Salvador Dalí y Maria Blanchar, entre otros.
“El siglo XX fue una época fértil y creativa si observamos el arte moderno en España. Ni la Guerra Civil ni el régimen franquista detuvieron la creación de magníficas obras de arte”, señala Mark Roglán, su director. Un siglo fértil y convulso que ahora puede estudiarse a través de sus obras en el Meadows Museum.
Abierta hasta el 29 de enero de 2017. Sol G. Moreno