El Trecento en Siena: 50 años que lo cambiaron todo

El Trecento en Siena: 50 años que lo cambiaron todo

La National Gallery de Londres continúa celebrando su bicentenario con una gran exposición compuesta por decenas de obras de Duccio, Simone Martini y los hermanos Pietro y Ambrogio Lorenzetti. Las tablas de algunos conjuntos como la Maestà o el Políptico Orsini vuelven a reencontrarse por primera vez en tres siglos.

Duccio. Maestà (panel de La Anunciación). 1308-1311. © The National Gallery, Londres.

Es una reunión inédita: el espléndido retablo de la Maestà, que en su día dejó con la boca abierta a todos los asistentes aquel 9 de junio de 1311 cuando se presentó en procesión hasta la catedral de Siena, vuelve a colgar parcialmente completo y en una misma sala, para deleite del público del siglo XXI.

Resulta sorprendente ver, en la planta baja de la National Gallery de Londres, algunas de las tablas de ese conjunto, que ilustran perfectamente el estilo del artista sienés más influyente de su tiempo: La Anunciación, la Natividad, las Tentaciones de Cristo en el templo, las bodas de Caná…

Es una pena que no haya podido viajar la gran Madonna que lideraba el retablo y que ahora se conserva en el Museo dell’Opera del Duomo de Siena, pero esta institución sí que ha prestado otras escenas del grupo que son suficientes para apreciar la naturalidad inusitada e impropia con la que Duccio desarrolló su trabajo.

Por si esto fuera poco, cuando rodeamos cada obra descubrimos, ¡oh, sorpresa! que en el reverso hay otras tantas composiciones, esta vez con episodios relacionados con Cristo.

Efectivamente, el recurso de concebir un retablo a doble cara fue una de las novedades más impactantes que el pintor del Trecento llevó a cabo en este retablo. Pero no fue el único. La ambición a la hora de encarar todos y cada uno de los paneles, su fascinante colorido –sumando al dorado, el azul lapislázuli de los mantos– y el estilo naturalista de los personajes, supusieron una auténtica revolución para la pintura de la época, que transitó del Gótico al prerrenacimiento en apenas medio siglo.

El conjunto de la Maestà se disgregó en 1777. Entonces todas sus tablas se dispersaron, hasta acabar en museos tan diversos como la National Gallery of Art de Washington, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid o la National Gallery de Londres.

Esta última institución es, precisamente, la responsable de mostrar juntos algunos de aquellos paneles en una exposición con la que continúa celebrando su bicentenario (las actividades empezaron el año pasado con la retrospectiva en torno a Van Gogh). Esta vez, el museo ha fijado su mirada en algunas de los cuadros más antiguos de sus fondos, tomando como punto de partida el capolavoro que atesora de Duccio.

Siena: The Rise of Painting 1300-1350 profundiza en uno de los periodos más prolíficos e importantes de la historia del arte, que tuvo lugar durante la primera mitad del siglo XIV en la ciudad toscana. Por aquel entonces, gozaba de una población floreciente y una economía muy dinámica.

Aquello supuso el caldo de cultivo perfecto para que mecenas de todo tipo –tanto religiosos como ricos mercaderes– comisionasen encargos a los artistas locales. Por supuesto a Duccio, pero también a Simone Martini y los hermanos Lorenzetti, cuyos modelos entonces radicales, que buscaban el movimiento, el realismo y la conexión con el fiel, acabaron por imponerse en toda Europa. Es entonces cuando la pintura empieza a brillar con luz propia en el continente.

Simone Martini. La Virgen con el Niño. Hacia 1326-1327. © The Metropolitan Museum of Art, Nueva York .
Pietro Lorenzetti. Políptico de Pieve. Hacia 1320. © Gentile concessione dell’Ufficio Beni Culturali della Diocesi di Arezzo-Cortona-Sansepolcro / L.A.D. Photographic di Angelo Latronico.

Y es que al retablo de doble cara de Duccio se sumó también el Políptico Orsini de Simone Martini, en este caso plegable. Realizado para devoción privada probablemente para el cardenal Napoleone Orsini, este conjunto constaba de varias tablas intercambiables que podían mostrarse a modo de díptico o en forma de acordeón. Tal era la originalidad de la pieza. De Ambrogio Lorenzetti, por ejemplo, se exhibe el conjunto que cuenta las Historias de la vida de san Nicolás, prestado por los Uffizi.

Vírgenes que abrazan a sus hijos, niños Jesús juguetones, Santa Ana recostada recién parida, mujeres limpiando a una Virgen bebé, rostros de asombro o incluso de asco como en la Resurrección de Lázaro, multitud de gestos y movimientos… ¡vida! Porque todas las escenas cuentan historias y lo hacen con una cercanía más afín al relato cotidiano que a los episodios bíblicos.

Además de las pinturas de los cuatro artistas principales, el recorrido se completa con una serie de creaciones sienesas realizadas en diversos medios como el metal, el esmalte, el vidrio de oro, el mármol o la madera. De igual modo, se exhiben varias obras procedentes de otros países y culturas -marfiles, manuscritos ilustrados, alfombras y sedas, entre ellas- que arrojan luz sobre los vínculos entre la pintura sienesa y sus coetáneos.

Siena: The Rise of Painting 1300-1350 está organizada por la National Gallery junto con el Metropolitan Museum de Nueva York, ciudad donde ha podido verse la muestra con anterioridad. Ahora recala en Londres hasta el 22 de junio. Sol G. Moreno

Hermanos Limbourg. Las Bellas Horas del duque de Berry. 1405-1408/09. © The Metropolitan Museum of Art, New York.
Tondino di Guerrino y Andrea Riguardi. Cáliz. Hacia 1320. © The Trustees of the British Museum.
Círculo de Simone Martini. El matrimonio místico de santa Catalina. Hacia 1340. © Museum of Fine Arts, Boston, Massachusetts.