El Estado adquiere por medio millón una obra de David Noveliers para el Prado
La procesión de gigantes en Bruselas el 31 de mayo de 1615 forma parte de una serie encargada por los archiduques Alberto de Austria e Isabel Clara Eugenia para el rey Felipe III y ha costado 504.450 euros. Se suma así a las otras tres escenas que conserva el museo madrileño.
El puzle se sigue completando. Al menos en el Museo del Prado, gracias a la última adquisición del Ministerio de Cultura, que acaba de hacer pública la compra de La procesión de gigantes en Bruselas el 31 de mayo de 1615 del pintor David Noveliers.
La obra, de grandes dimensiones, fue un encargo de los archiduques Alberto de Austria e Isabel Clara Eugenia para el rey Felipe III, hermano de la infanta. Forma parte de una serie de ocho lienzos que representan las celebraciones organizadas en 1615 en Bruselas con motivo de la procesión de Nuestra Señora del Sablón, fundada por el Grand Serment (o gremio de los Ballesteros).
El conjunto ya figura entre las riquezas del monarca en 1636, en cuyo inventario del Alcázar de Madrid se describen cada una de las escenas representadas en los ocho lienzos. Incluido este de Noveliers recién incorporado al Prado: “El cuarto, de doce pies de largo y el mismo alto [que el cuadro anterior], en que están los cuatro gigantones y cuatro gigantillos que sacaron en esta fiesta, y hay una figura de un caballo muy grande encubertado de negro y encima cuatro hombres armados con sus espadas desnudas y en la ducha cubierta tres escudos de armas”
De aquellos trabajos encargados por los archiduques solo se conservan seis lienzos. Dos pertenecen al Victoria & Albert de Londres y otros tres se conservan en el Prado (todas de Denis van Alsloot). Ahora el museo madrileño acaba de sumar una cuarta escena de la serie por un precio que, hasta el momento, parece la adquisición pública más cara del año.
Las fiestas, a la vez populares y religiosas, que se organizaban en torno a la procesión de Nuestra Señora del Sablón en Bruselas habían ido perdiendo importancia desde sus años de apogeo en el siglo XVI. Sin embargo, el 15 de mayo de 1615, la archiduquesa Isabel Clara Eugenia participó en el campeonato anual de tiro enmarcado en estas festividades. La infanta logró abatir el pájaro colocado sobre la aguja de la torre, de modo que fue proclamada reina de la cofradía y las fiestas se sucedieron durante varios días, recuperando así el esplendor perdido.
Esta compra del Estado se suma a otras recientes sobre las que ya hemos hablado en ARS Magazine las últimas semanas, como la escena mitológica de Francisco Rizi, la tabla del Maestro de Gamonal en Abalarte, los dos sorollas con destino a su museo o la terracota de La Roldana. Más la adquisición de una decena de vestidos procedentes de la colección de Carmen Lomana subastados ayer en Durán.