El desnudo en la modernidad del arte español en el Carmen Thyssen

El desnudo en la modernidad del arte español en el Carmen Thyssen

El género del desnudo ha sido uno de los temas clásicos en la pintura y escultura en la historia del arte y ha ido evolucionando en la modernidad como algo más transformador en el mundo más contemporáneo. Ahora el Museo Carmen Thyssen Málaga acoge hasta el 9 de marzo en sus salas temporales la exposición Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970), que reúne cerca de 90 obras, entre pinturas, esculturas, dibujos y fotografías,  que tienen al cuerpo humano como columna vertebral del arte moderno durante ese siglo, desde el último tercio del siglo XIX a 1970. Cuenta con la colaboración de la Fundación “la Caixa”.

La muestra, comisariada por Bárbara García y Alberto Gil, ambos del Área de Conservación del Museo Carmen Thyssen Málaga, supone por un lado una reflexión sobre la representación del cuerpo humano y por otro un recorrido por las diferentes corrientes artísticas que cuestionaron el canon clásico de la formación académica durante buena parte del siglo XX;  y ahonda en cómo la irrupción de cuerpos, frente a la tradición, no representaban una lección moral disfrazada de mito o alegoría, sino el proceso en el que el desnudo se convirtió en desvestido.

En la presentación estuvieron presentes, entre otras personalidades, la concejala de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Málaga, Mariana Pineda; el conservador general de la Colección Carmen Thyssen, Guillermo Cervera; el responsable territorial de la Fundación “la Caixa” en Andalucía, Ceuta y Melilla, Juan Carlos Barroso; el director de Área de Negocio de CaixaBank en Málaga, Antonio Caballero; y la directora artística y el gerente del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno y Javier Ferrer, respectivamente, junto a los comisarios que se han ocupado de seleccionar las obras que se exhiben.

El recorrido que plantean los responsables del Museo Carmen Thyssen Málaga tiene como objetivo mostrar cómo en España, país carente de tradición en la representación del desnudo -más allá del ámbito académico y formativo de los artistas- la verdadera desnudez del desnudo nace con las distintas corrientes de modernidad y vanguardia, con una nueva mirada al individuo, cada vez más liberada y retadora.

Según Lourdes Moreno, directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga, la exposición “se plantea como un relato heterogéneo y abierto a la interpretación personal del espectador, con la intención de apelar al placer sensitivo y hacer reflexionar sobre la idea de belleza, el canon y la naturaleza mutante del arte moderno”.

Ignacio Pinazo. Desnudo de frente, c.1879-1880 Óleo sobre lienzo, 183 x 99 cm. Museo Nacional de Cerámica “González Martí"
Julio González. Joven lavándose, c.1920-1926 Óleo sobre lienzo, 65 x 55 cm. Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona. Donación de Roberta González, hija del artista, 1972

Son casi 90 piezas, de 54 artistas diferentes, que abordan el género con sus inquietudes y estilos. Entre ellos cabe mencionar a algunos creadores españoles, protagonistas de la vanguardia internacional, como Pablo Picasso, Salvador Dalí o Joan Miró; junto a otros pintores de gran calidad pero menos conocidos como Gabriel Morcillo, Gregorio Prieto o Juan Hidalgo, o escultores como Eduardo Chillida, Mateo Inurria o Julio González. Y también se han incluido obras de mujeres artistas como Teresa Condeminas, Menchu Gal, Maruja Mallo, Aurelia Navarro o Amèlia Riera.

Al pasear por las salas vamos encontrando obras de gran calidad como Desnudo de frente de Ignacio Pinazo (c. 1879-1880), el Viejo al sol de Mariano Fortuny (1871), La Oterito en su camerino de Zuloaga (1936), una sorprendente versión de Las señoritas de Aviñón pintada por Dalí en 1970, Los maniquíes de Gregorio Prieto (c. 1932), una prueba litografía abstracta única de Miró, de gran formato (c. 1976) o una creación de Ágata de Saura (1960), entre otras.

Como en otros géneros de la historia del arte, en el desnudo confluyen temas muy diversos:  academia, mitología, retrato, deporte, toilette. Pero, sobre todo, abundan imágenes sin más asunto que el cuerpo desnudo, claro testimonio de la liberación que logró el arte moderno para poder mostrar un cuerpo al natural sin trasgredir los prejuicios morales, paulatinamente dinamitados por los artistas desde finales del siglo XIX.

Entre los desnudos pintados por mujeres, ya que para ellas fue una temática prácticamente vedada o al menos muy limitada, dado que en la sociedad volcó más prejuicios morales y restricciones para ellas que para los creadores masculinos: Aurelia Navarro, Teresa Condeminas, Maruja Mallo o Amèlia Riera ejemplifican, así, la mirada femenina sobre el cuerpo de la mujer en distintos momentos y escenarios históricos, sociales y morales del arco cronológico que se ha acotado en la muestra.

Tanto Bárbara García como Alberto Gil, comisarios de la muestra, han pretendido que los visitantes se acerquen a las obras de un modo intuitivo, gracias a un montaje que plasma la progresión en la liberación de la mirada al desnudo y en la búsqueda de formas artísticas novedosas para representarla.

Hay todo un juego de interacciones entre los artistas, las imágenes y las miradas que se entrecruzan para ir observando  desnudos recatados e impúdicos; la belleza y la fealdad; seres humanos y maniquíes; cuerpos completos y fragmentarios; individuos con nombre propio y genéricos; exhibicionismo e irreverencia; mujeres y hombres (artistas y modelos); juventud y vejez. En definitiva nos plantea un abierto y extenso panorama sobre el cuerpo desnudo y cómo se interpretó el arte español de la modernidad.

Gregorio Prieto. Los maniquíes, c. 1932 Óleo sobre lienzo, 154,3 x 173,5 cm. Museo Gregorio Prieto