Arte japonés: entre la ansiedad y la esperanza
La exposición del Metropolitan Museum explora la relación que hay entre estas dos emociones tan primarias, así como sus representaciones a lo largo de la historia en la cultura nipona.
En todas las civilizaciones y épocas, el concepto de la muerte inspira por un lado ansiedad y por otro esperanza. La primera de ambas emociones es producida por el miedo de enfrentarse a lo desconocido, mientras que la segunda viene propiciada por la creencia en una vida eterna posterior, más próspera que esta.
Esta combinación de sentimientos, que parecen al mismo tiempo contrarios y gemelos –pues suelen aparecer juntos en numerosas ocasiones– son los que ha escogido el Metropolitan Museum para su exposición Ansiedad y esperanza en el arte japonés.
El museo neoyorquino centra su recorrido exclusivamente en representaciones de la cultura nipona alusivas a ambos afectos, que van desde la Antigüedad hasta nuestros días. Abarca todo tipo de piezas, como papiros, textos o fotografías, así como artes decorativas, esculturas e incluso prendas de vestir.
Entre ellas se encuentra, por ejemplo, un nagajuban masculino de la década de los 30 del siglo pasado. Esta prenda está pensada para llevarla debajo del kimono y suele decorarse con representaciones que solo se muestran en la intimidad. Aparecen esbozados, en la parte superior, dos esqueletos que se enfrentan en un juego de mesa con una telaraña sobre sus cabezas, haciendo referencia a lo azaroso de la muerte.
Sin embargo, lo que parece una representación lúgubre, plagada de desasosiego y extraña para una ropa interior se completa en la parte inferior con el dibujo de otra calavera junto a un cartel en el que puede leerse: “Namu Amida Butsu”, un rezo que en el budismo propicia el renacimiento en la Tierra Pura. De este modo, la prenda ejemplifica a la perfección la simbiosis entre ansiedad y esperanza que se encuentra a menudo en el arte japonés, y que funciona como eje central de la exposición.
Igual que ocurre con la muerte, también la guerra es otro tema en el que se mezclan el dolor y el miedo con la esperanza de alcanzar la paz, conquistar nuevos territorios y, sobre todo, resultar vencedor.
Por ello, la muestra cuenta con numerosas representaciones bélicas, entre las que destaca Las rebeliones de las eras Hōgen y Heiji, obra pictórica que se recrea en los detalles del sufrimiento y la angustia causadas por la contienda.
El recorrido aborda también la maternidad y en general la infancia, donde se mezclan ambas emociones por su vinculación con el futuro. Sus representaciones abarcan una gran amplitud cronológica, desde imágenes del periodo Edo –muchas veces inspiradas en Kintarō, el legendario «niño de oro» de la leyenda nipona– a fotografías actuales como las de Seiichi Furuya, que sigue en activo en la actualidad.
La muestra, situada entre las salas 223 y 232 del museo, podrá contemplarse hasta el próximo 14 de julio. Sofía Guardiola