Los personajes de George Morton-Clark: entre la risa y el sarcasmo
El artista británico presenta sus obras más recientes en la sede madrileña de Opera Gallery bajo el título de Es viernes toda la semana. Protagonistas de cómic y dibujos animados como Porky, Don Gato o Piolín se ubican en extraños espacios como el desierto, un mar lleno de tiburones o un tsunami, en un juego visual cargado de pinceladas enérgicas, color e ironía.
George Morton-Clark tiene un deseo para el público. “Solo quiero que el cuadro les llene de alegría, les alegre la vida”. De hecho, el título de la muestra con la que se presenta por primera vez en España parece toda una declaración de intenciones: It’s Friday all week [Es viernes toda la semana.]
Efectivamente, muchas de las obras expuestas en Opera Gallery sitúan al espectador en un ambiente festivo y le arrancan una sonrisa; bien por la escena representada, bien por su título (a menudo cargado de humor).
Es el caso de Bad idea, donde un león se dispone a jugar con un avispero lleno de insectos, ignorando las consecuencias de tal atrevimiento; o de He matado la misma mosca cuatro veces, escena en la que un gato amarillo –que recuerda a Don Gato– se afana por acabar con el insolente moscón.
Ambas escenas resultan cómicas, simpáticas y frescas. Como el estilo del artista, que se mueve entre la estética pop, la pincelada suelta y el trazo propio del cómic. Sus personajes derivan de la animación, esa que estudió durante tres años antes de darse cuenta de que lo suyo era realmente trabajar sobre el lienzo, preferiblemente sin capa de imprimación.
Ahora una veintena de estos personajes se reparte por las salas de Opera Gallery, hasta el 10 de febrero. Todos ellos parecen formar una gran familia de seres infantiles, a menudo ubicados en espacios donde prima la abstracción gestual.
Hay grandes cuadros inundados de color, composiciones monocromas cargadas de movimiento y pinturas que parecen haber desdibujado las formas, reducidas a su mínima expresión.
En Es viernes toda la semana hay humor, sí; pero también mucha ironía. Por ejemplo, en Servir correctamente, cuyo gato viste una corbata y un chaleco con los colores de la bandera americana. O en Lady Petrol, donde un cocodrilo aparece sujetando un secador de pelo enchufado dentro de una bañera a rebosar de agua.
El propio artista se refiere a su animalario de la siguiente manera: “Todos los cuadros son una amalgama de imágenes que tengo en la cabeza y de personajes con los que he pasado mucho tiempo. (…) Las obras más recientes se han vuelto más abstractas, como si los personajes implosionaran y se comieran a sí mismos. Como si se replegaran infinitamente sobre sí mismos”.
De este modo, el artista construye una narrativa intimista en la que invita, a todo aquel que se preste, a revisitar su imaginario y observar a estos personajes inocentes e infantiles con otros ojos. Nerea Méndez y Sol G. Moreno