El despertar del Renacimiento en la escultura española
La nueva muestra del Museo Nacional de Escultura se centra en las novedades que se introdujeron en el arte de nuestro país durante finales del siglo XV y, sobre todo, a lo largo del XVI, tratando de abordar toda la geografía peninsular y mostrando algunas de sus adquisiciones más recientes.
En 1550 se celebró en el Colegio de San Gregorio la junta que acabaría conociéndose como la Controversia de Valladolid. En ella, aunque no se llegó a ninguna conclusión firme, se sentaron las bases para la creación de leyes posteriores que protegieran a la figura del indígena frente al encomendero en los territorios americanos.
Este debate, que algunos consideran precursor de los muy posteriores Derechos Humanos, es un claro ejemplo de lo que supusieron las últimas décadas del siglo XV y, sobre todo, el siglo XVI en España. Fue una época de modernización y de cambio, fuertemente marcada por los viajes y los descubrimientos, algo que se refleja en un arte innovador enriquecido por numerosas influencias exteriores.
Ahora, en el edificio donde se celebró la junta –hoy en día alberga el Museo Nacional de Escultura– tiene lugar la exposición Tiempos modernos, que explora los grandes avances en las artes que se produjeron durante aquella época. Por supuesto, pone especial énfasis en la escultura, aunque también presenta pinturas, artes decorativas y documentos que aportan un valioso contexto.
La recorrido cuenta con 79 obras, muchas de las cuales proceden de museos españoles –como el Prado, el Bellas Artes de Valencia o el Museo del Greco–, así como de instituciones eclesiásticas. Al realizar la selección de piezas se ha tenido especial cuidado en representar diversos puntos de la geografía española, tanto para subrayar el carácter nacional del museo como para mostrar los diversos focos y escuelas que se desarrollaron en torno al 1500 en la península.
Una veintena de las piezas expuestas pertenece a las colecciones del museo vallisoletano y algunas de ellas son nuevas adquisiciones que se muestran al público por primera vez. Es el caso de San Pedro Mártir de Verona de Gil de Siloé o el Descendimiento de Pedro Machuca.
Entre los temas que se abordan, cabe mencionar las influencias venidas de Flandes y de Italia, o el arte realizado en América por autores emigrados desde distintos puntos de Europa. Además, se ha buscado resaltar una de las figuras más importante del Renacimiento español, Alonso Berruguete.
De él se muestran ejemplos como el Sacrificio de Isaac, que ahondan en la impronta personal del artista, difuminada a su vez en las grandes obras como el coro de la catedral de Toledo, en las que colaboró con otros autores. Se trata de encargos donde necesitaba en mucha más medida de la ayuda de su taller.
La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 17 de marzo, cuenta además con varias actividades paralelas, desde conferencias sobre esculturas de barro cocido o bustos relicarios hasta talleres para todos los públicos, pasando por una programación musical. Sofía Guardiola