Arte y sentido del humor en el Museo Universidad de Navarra
La nueva muestra, elegida de entre los trabajos finales del Máster en Estudios de Comisariado del Museo, explora dentro de la Colección Bergé estos dos conceptos y su relación entre ellos.
El arte y el sentido del humor comparten una serie de características esenciales: ambos tienen una dimensión social, emocional y a menudo se utilizan como formas alternativas de expresar una idea, una preocupación o una crítica. Son, en definitiva, lenguajes alternativos con los que comunicarse y hacer reflexionar al público.
Todos estos aspectos comunes han sido el punto de partida para los comisarios de esta muestra, Eva del Llano, María Gallegos y Jaime Guillén. Los tres son alumnos de la IV promoción del Máster en Estudios de Comisariado del Museo Universidad de Navarra y esta exposición nace de su trabajado de fin de máster, elegido de entre todos los de la promoción.
Cuando los estudiantes comenzaron a indagar en las obras de la Colección Bergé, encontraron multitud de piezas que buscaban interpelar al espectador desde lo humorístico. Así que decidieron convertir esta tendencia en el eje central de su trabajo de comisariado, cuyo resultado ha sido Una obra es una cosa seria. La muestra cuenta con el apoyo de la Fundación Pablo Palazuelo y con el Gobierno de Navarra.
El recorrido se compone de 22 de piezas pertenecientes a 15 artistas, de temáticas y técnicas muy variadas, que sin embargo comparten esa voluntad de despertar reflexiones críticas mediante el humor, llevando primero al desconcierto y, a través de él, a la voluntad de entender y descubrir más. Según explican los comisarios, “a lo largo del proyecto nos dimos cuenta de que el humor puede ser una herramienta desestabilizadora, que incluso corre el riesgo de ofender a veces. Es muy delicado y hay que tener en cuenta los contextos. Pero, sin lugar a dudas, su función siempre es romper límites”.
Una de las herramientas principales que utilizan estas obras para generar esa carga humorística son las conexiones inesperadas de conceptos. Por ejemplo, la obra firmada por Erwin Wurm es una escultura que muestra un coche gordo, atribuyendo así a un objeto una característica humana. Al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre nuestros hábitos de desplazamiento y cómo estos afectan a nuestra salud física.
Del mismo modo, la artista Liv Arnold crea en su cuadro Cave Woman –uno de los pocos lienzos de la exposición– extrañas confluencias de elementos para contar una historia en la que tres mujeres se sitúan en una cueva con un atuendo inapropiado (de oficina). Mientras, un vídeo en el que se muestran varios coches se proyecta en la pared rocosa del fondo de la composición.
Las palabras también tienen un papel protagonista en el recorrido, gracias a creaciones como las del búlgaro Nedko Solakov. Este suele incluir frases con doble sentido en sus piezas que dan lugar a situaciones jocosas.
Otro ejemplo es la obra de Bob & Roberta Smith, quienes defienden la importancia de la educación artística desde la infancia. En su caso rompen las reglas gramaticales en favor de la creatividad, utilizando colores llamativos y estridentes para escribir palabras que, aunque están escritas de forma incorrecta, conservan la misma fonética.
La muestra, que se ubica en la sala Torre, podrá contemplarse hasta el próximo 1 de octubre. Sofía Guardiola