Éxtasis, desierto y muerte en el Jardín Botánico
La nueva exposición de BBVA, Arte y espiritualidad, bucea en las colecciones de la entidad bancaria para mostrar una serie de obras relacionadas con la simbología, filosofía o religiosidad, entendida en un sentido amplio y no únicamente ligada al cristianismo, de una serie de artistas tan aparentemente dispares como Luis Vélez y Marina Abramović.
Tal y como explica Alfonso de la Torre, comisario de la muestra, esta exposición se organiza de igual modo que el ciclo de la vida: del origen a la muerte. Entre medias, jardines y desiertos, es decir, goces y sufrimientos, que se suceden a lo largo de la existencia de cualquiera, desde el inicio hasta su final. Por ello, la exposición se articula en cuatro partes: la primera de ellas se dedica al origen de la vida, la segunda a los ya citados jardines y desiertos, la terca a la interrelación entre el dolor y el éxtasis, y la última a las vanitas, es decir, al recordatorio de que somos mortales. En cada una de las áreas, se pretende mostrar cómo los distintos artistas reflexionan y hacen frente a estas cuestiones enigmáticas, que han preocupado desde siempre al ser humano.
Es por ello que la muestra no se ha concebido como un censo de nombres de artistas, ni como un recorrido con el que se busque demostrar una tesis sino, también en palabras del comisario, tomadas a su vez las de Mark Rothko, se han creado una serie de “bolsas de silencio en que arraigar y crecer”.
Además, destaca el hecho de que muchas de las obras —que comprenden tanto pintura y escultura como fotografía y videoarte— se encuentran habitualmente decorando los espacios de trabajo de las oficinas de BBVA o en la sede central de la Ciudad BBVA, que se conoce como “La Vela”, por lo que el público general no había podido contemplarlas hasta ahora.
Debido a la gran horquilla cronológica que abarca Arte y espiritualidad, se crean en ella encuentros sorprendentes e inesperados, como el de Luis Vélez y Bill Viola. Del primero podemos fijarnos en la tabla Resurrección del señor, mientras que hay una video instalación, Estudio para la aparición, donde vemos la salida de Jesús resucitado del sepulcro. De igual modo, una vanitas de Sorolla se encuentra enfrentada a una de Plensa, y una enorme corona de espinas de Mar Solís cuelga a pocos metros de un Juan de Soreda que representa a la Virgen con el Niño Jesús y con un ángel.
En una exposición así, cargada de simbolismo, el emplazamiento en el que se encuentra —concretamente el Pabellón Villanueva del madrileño Jardín Botánico— adquiere en este caso un papel significativo, pues en la propia muestra el jardín se relaciona con las delicias y los placeres. Arte y espiritualidad podrá contemplarse allí hasta el 23 de octubre, y además de ser vista, la muestra está pensada también para escucharse, gracias a la lista de Spotify realizada por Joan Gómez Alemany y titulada Música y espiritualidad. Oír lo extraordinario. Sofía Guardiola