Frida Kahlo vuelve a España tras 40 años de ausencia
La Casa de México en España junto con el festival Photoespaña organizan la primera muestra individual de la artista en nuestro país desde 1985. La exposición destaca por la cantidad y variedad de las obras expuestas, que van desde los lienzos más característicos, pasando por algunas de sus obras menos conocidas, hasta una película casera en la que aparece la artista.
La Casa de México acoge la primera exposición individual que se dedica a Frida Kahlo en nuestro país en 40 años. Se ha coordinado en colaboración con Photoespaña y cuenta con 31 de sus obras y 87 fotografías, en su mayoría pertenecientes a la colección del Museo Dolores Olmedo Patiño, quien posee la mayor conjunto de obras de la artista.
En toda su vida, Frida Kahlo creó múltiples pinturas e innumerables dibujos, muchos de ellos en las páginas de su famoso diario, pero solo realizó un grabado. La apariencia de este recuerda a las láminas con las que tradicionalmente se enseña anatomía, y en él plasma uno de sus abortos, con un feto de extraña forma amarrado a su cuerpo mediante un fino cordón umbilical y un llanto que sale de los ojos de la propia Kahlo para hacer que tres plantas germinen en la tierra, bajo sus pies. Esta pieza única es una de las que podemos contemplar en la muestra Alas para volar.
Junto a este grabado o a otras piezas poco conocidas como El círculo –diminuta pintura en la que plasma un cuerpo femenino que parece ser devorado por la maleza– se encuentran algunos de los lienzos más emblemáticos de Kahlo. La columna rota o Unos cuantos piquetitos son algunos de ellos, así como Hospital Henry Ford, en el que vuelve a representar de nuevo el tema del aborto.
En general, la ausencia de salud y los problemas tanto físicos como emocionales están presentes en toda la exposición, pues son indudablemente el eje central del trabajo de la artista, como demuestra su propia frase «Mi pintura lleva dentro el mensaje del dolor… La pintura me completó la vida. Perdí tres hijos… Todo eso lo sustituyó la pintura».
La muestra comienza, de hecho, con los retratos que comenzó a pintar de sus conocidos y amigos cuando enfermó en su juventud. Posteriormente, hace un repaso por el fatal accidente de autobús que condicionó toda su vida, por sus problemas de fertilidad, su complicada relación con la sexualidad, sus enfrentamientos con Diego Rivera y sus carencias afectivas.
Esto último queda reflejado en pinturas como La máscara, cuadro en el que se muestra a sí misma mirando al espectador a través de los orificios de una careta sonriente; ocultando, por tanto, su dolor tras una apariencia alegre que no le pertenece.
Todo esto puede apreciarse, además, en las fotografías que ocupan la última sala de la exposición, pertenecientes también al archivo del Museo Dolores Olmedo. Entre ellas se encuentran cuatro retratos de la mexicana realizados por Manuel Álvarez Bravo. En muchas de las imágenes se aprecia a una Frida sonriente que posa junto a Diego Rivera en el jardín de la Casa Azul; pero también hay otras tomas en las que aparece postrada en su cama, pintando mediante un caballete especial que le permitía hacerlo sin levantarse, o recuperándose de una cirugía en la habitación de un hospital.
Como material documental cabe destacar también una película casera en la que se ve a Frida Kahlo y Diego Rivera con Leon y Natalia Trotsky, así como con André Breton, celebrando una reunión informal en un jardín.
Para finalizar, antes de salir de la exposición se encuentran, colgadas del techo por hilos que permiten contemplar las dos caras de las hojas, algunas de las páginas del diario de Kahlo, plagadas de dibujos abstractos, anotaciones apresuradas, autorretratos deformes y frases tan lapidarias como “Diego, estoy tan sola”.
Esta muestra, que rinde homenaje a Frida Kahlo, una de las creadoras más populares de los últimos años, podrá visitarse en la Casa de México hasta el próximo mes de noviembre. Sofía Guardiola