Warhol gana a Picasso: 195 millones de dólares y récord para ‘Marilyn’
Christie’s celebró ayer en Nueva York la subasta de parte de la colección de Thomas y Doris Amman con la que recaudó 318 millones de dólares. La pieza protagonista era Shot Sage Blue Marilyn de Andy Warhol, una versión de las únicas cinco serigrafías realizadas con la misma técnica, que se remató en 195 millones de dólares. A pesar de que no alcanzó la meta de 200 millones esperados, este Warhol se ha convertido en la pieza de arte contemporáneo más cara de la historia adjudicada en venta pública, destronando a Les femmes d’Alger de Pablo Picasso.
Otro triunfo para Christie’s. Las mejores –y más previsibles– predicciones se han –casi– cumplido. La obra celebrada por la casa de subastas como «una de las imágenes más escasas y trascendentales que existen» –un argumento que ya discutí en el artículo previo a la venta– ha encontrado comprador por 195 millones de dólares, cinco por debajo de su estimación.
El presidente del departamento de arte de los siglos XX y XXI de la casa de subastas, Alex Rotter ha declarado: «Esta noche ha sido histórica para Christie’s y para todo el mercado de arte contemporáneo. [La venta del Warhol] es testimonio de la fuerza, vitalidad y el entusiasmo general del mercado del arte actual. Esta venta demuestra el poder de persuasión de Andy Warhol así como el duradero legado que ha dejado en el mundo del arte, la cultura popular y la sociedad».
En el artículo previo se explicaba que el precio de 200 millones de dólares no solo sigue la tendencia lógica de resultados de Warhol en los últimos años, sino del mercado en general. Según esta última, los resultados para piezas sobresalientes siguen aumentando exponencialmente, mientras que otros segmentos de precios inferiores pueden estancarse. Los balances finales crecen sin parar, pero se debe a la concentración de récords en unos pocos lotes.
A priori, es complicado sacar estas conclusiones con la subasta de la colección de Thomas y Doris Amman, ya que las siguientes piezas más cotizadas después del Warhol han sido un Cy Twombly –21 millones– y un Robert Ryman (20 millones de dólares). Solo recordando que Marilyn ha obtenido casi diez veces esas cifras nos podemos situar en la perspectiva adecuada.
No obstante, hay otros récords de la velada muy interesantes y que sirven como termómetro cultural. A pesar de que ninguna pieza de la colección tiene un autor nacido después de 1973, sus características reflejan dos intereses actuales que se están convirtiendo en hegemónicos en el panorama internacional –si es que no lo han hecho ya–: el retorno de la figuración y la institucionalización del posmodernismo.
En el caso de la figuración, tenemos dos buenos ejemplos. El primero, The Fourteen Stations, No. XI de Francesco Clemente, que triplicó el mejor resultado del autor y multiplicó por más de diez su estimación superior cuando se adjudicó por 1,8 millones de dólares. El segundo, los 478.000 dólares que ofreció el último de los 15 pujadores interesados en I Wasn’t Sorry de Ann Cravens, que superaron ocho veces su anterior récord.
En cuanto a la aceptación definitiva del arte posmoderno, debemos decir que la subasta al completo tenía ese perfil. Obras que hacen referencia a otras, artistas que copian ideas sin hacerlas suyas más que simbólicamente… el triunfo del collage que solo usa el copyright como una herramienta de promoción.
Hay dos lotes que ilustran esto perfectamente. Por un lado, Not Picasso (Bather with Beachball, 1932) de Mike Bidlo, que estaba valorado de 60.000 a 80.000 dólares y se remató en 1,3 millones. Se trata de una copia exacta de la pintura del mismo título de Picasso en las colecciones del MET; Bidlo tuvo el «buen gusto» de no replicar la firma del malagueño.
Por otro, Lichtenstein But It’s Hopeless de Sturtevant –estimación de 600.000 a 800.000 y remate en 2,2 millones de dólares– que sigue una dinámica similar con un original de Lichtenstein.
Podemos imaginar a los satisfechos propietarios, que disfrutarán visualmente de copias millonarias casi indiscernibles de originales mucho más valiosos, relatando el «concepto» con una sonrisa pícara.
En unos años en los que la idea de original y propiedad ha sufrido cambios tan drásticos –de nuevo hay que mencionar el fenómeno de los NFT– no puede extrañarnos el éxito de este tipo de obras. Otro triunfo para Christie’s. Héctor San José.